Ahora parte del gabinete presidencial, Tatiana Clouthier es una mujer que ha buscado su propia vía en los límites entre diferentes posturas políticas.
Quizá precisamente eso buscaba el presidente López Obrador. Ayer, al anunciar su nombramiento, explicó: "En el caso de Tatiana, es una mujer con principios, con integridad, honesta, y va a ayudarnos para que se siga promoviendo la actividad económica en el país y se tenga buenas relaciones con el sector empresarial y con el sector obrero, y que se siga fomentando el comercio exterior. Ese fue el motivo por el que decidí nombrarla secretaria de Economía".
Los industriales de Nuevo León le dieron una bienvenida cálida: “Desde Caintra felicitamos a Tatiana Clouthier por su nuevo encargo como secretaria de Economía”, dijeron en un comunicado. Subrayaban la cercanía: “Los industriales de Nuevo León y Tatiana Clouthier han coincidido en múltiples ocasiones dentro de nuestra comisión de Enlace Legislativo en CAINTRA, por lo que Tatiana conoce en primera persona la agenda industrial y la preocupación actual del sector de la micro, pequeña y mediana empresa en nuestro estado”. El CCE, por su lado, ofreció su disposición al diálogo y las propuestas.
La conocen bien. Lleva años viviendo en Nuevo León, desde que se fue a estudiar al Tec de Monterrey. Su cercanía con la iniciativa privada proviene de su propia familia: primero por su padre, el Maquío, en su natal Sinaloa, y después por su esposo, empresario, y sus amistades regiomontanas.
En Nuevo León se volvió parte activa de Acción Nacional. Fue diputada federal en 2003, pero en 2005 se convirtió en legisladora independiente: renunció al PAN porque veía en el partido un parecido cada vez mayor al PRI: compra de voluntades a cambio de puestos políticos.
Su vida como política independiente pasó por diversas organizaciones ciudadanas. En una de ellas coincidió con Gilberto Lozano, actual líder y promotor de del movimiento opositor a López Obrador, FRENAAA, con quien terminó abiertamente distanciada.
Tatiana Clouthier ha vivido durante años en San Pedro Garza García, el municipio rico de Nuevo León, con sus hijos y su esposo. Su casa, sin embargo, no tiene lujos ni espacios de sobra. Desde ahí coordinó sus actividades hasta que se consiguió una oficina no lejos, en los límites del municipio.
En 2009 buscó una candidatura independiente, cuando éstas aún no existían en las leyes mexicanas. Se lanzó a la presidencia municipal de San Pedro, bajo las siglas prestadas del Partido Nueva Alianza. Y se lanzó de un paracaídas, literalmente, como acto de cierre de campaña, para mostrar que valía la pena jugarse riesgos. No ganó, pero obtuvo votación suficiente para que, en elecciones posteriores, otros candidatos independientes obtuvieran cada vez más votos hasta que lograron el gobierno del municipio.
Tatiana Clouthier siguió viviendo en San Pedro, pero laboral y políticamente cruzó la línea municipal y se salió de ahí. Comenzó a trabajar en la Universidad Metropolitana de Monterrey, institución que recibe adolescentes y jóvenes de bajos ingresos, propiedad de Alfonso Romo. Difícil saber qué tanto eso transformó su vida, pero fue claro que su trabajo la impactó. Y Romo fue la vía, al menos una de las más importantes, de su actual cercanía con Andrés Manuel López Obrador.
Una de sus principales preocupaciones ha sido que el PRI “se adueñe” del proyecto morenista. Lo ha dicho una y otra vez. Ha subrayado la necesidad de trazar los lineamientos propios del partido, tanto en lo económico como en lo político y lo social.
Hasta hace unas semanas, Clouthier era una fuerte aspirante a la candidatura morenista al gobierno de Nuevo León. Había sido coordinadora de la campaña presidencial de López Obrador. Había rechazado un ofrecimiento de subsecretaria en Gobernación por motivos familiares y había preferido quedarse como diputada federal para echarse sus vueltas a casa: parecía encaminada a ser candidata y levantaba la mano para decir “voy” en cualquier circunstancia que lo ameritaba. Hasta que un día se retiró: era más importante su aportación al país, dijo. Ayer se supo por qué.