Con un pleno incompleto por dos magistraturas que ni siquiera se presentaron a la sesión solemne, el Tribunal Electoral despidió a José Luis Vargas y a Indalfer Infante como magistrados de la Sala Superior, en donde hubo desde gratitud y respaldo al Poder Judicial, hasta una larga lista de reproches, una denuncia de amenazas, quejas y señalamientos para las magistraturas y para las presiones del poder.
Los dos perfiles más opuestos de la Sala Superior, el más polémico y el más discreto, concluyeron su cargo como magistrados de la máxima autoridad electoral. Pero en su último día, no todo iba a ser el fin nostálgico de un ciclo entre amigos.
A pesar de tratarse de una sesión solemne, a la que las magistraturas siempre asisten por su relevancia, a Janine Otálora y Felipe de la Mata Pizaña los representaron con sus sillas vacías.
En un comunicado, el Tribunal calificó las ausencias como “justificadas”, a pesar de que Otálora horas antes estuvo ahí mismo en un evento electoral, mientras De la Mata alegó aparentes síntomas de covid-19. Así, con un pleno incompleto, como se ha caracterizado la Sala Superior en los últimos años, la despedida de dos magistrados no fue la excepción.
Fue Mónica Soto quien solicitó despedir a sus compañeros. Como suelen ser sus posicionamientos, habló más que los que se despedían.
Durante 24 minutos enlistó infinidad de cualidades de sus colegas, como personas y como juzgadores, dijo que era un momento difícil y en algunas ocasiones pidió disculpas porque se le entrecortó la voz.
Pero fiel a su estilo, en medio de los halagos y las risas y los buenos deseos, Mónica Soto lanzó un dardo a la mayoría del pleno del que nunca ha formado parte y acusó devastación, en respaldo a su único amigo en la Sala Superior y en la última ocasión para defenderlo: José Luis Vargas.
“No han sido tiempos fáciles los que compartimos, también hubo devastación en esta integración, pero como todas y todos los mexicanos, tenemos la grandeza de la resiliencia y así hemos podido avanzar”.
Pero las magistraturas que orquestaron hace dos años la caída de José Luis Vargas no fueron las únicas ausentes, también los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que como en aquel momento MILENIO dio a conocer, respaldaron esa acción, no estuvieron en su mayoría provocando que la primera fila luciera medio vacía.
Sólo llegaron los ministros Luis María Aguilar Morales, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo.
El ambiente ríspido estuvo presente desde el inicio y se reafirmó cuando José Luis Vargas tomó la palabra para enlistar cada reproche y queja, tras los últimos cuatro años de polémicas imparables en su cargo.
"Fui presionado y amenazado"; Vargas
El magistrado Vargas comenzó concentrado en evitar quebrarse. Se detuvo para respirar y dijo que éste, era un día muy importante para él y “como todo en la vida, para unos lo hice a cabalidad y seguramente, para otros no”. Y se tomó más de 20 minutos para explicar en su última oportunidad, “por qué dejó esta honorable función sintiéndome con la satisfacción del deber cumplido”.
Recordó aquel 21 de octubre de 2016 cuando después de más de seis horas de negociaciones, el Senado de la República lo eligió como magistrado electoral de la Sala Superior y reconoció, desde ese día su cargo estuvo delineado por la polémica.
“No desconozco que desde el inicio de mi designación fue polémica debido a que había llegado hasta esta etapa por la vía de los méritos y no me debía a ninguna fuerza ni actor político; lo cual, para algunos significaba independencia e imparcialidad, pero para otros advertía riesgos. Ese episodio, a mi leal entender, me permitió ejercer la función jurisdiccional sin ataduras políticas”.
La lista de polémicas siguió con los primeros años de este gobierno, cuando, sin mencionarlo directamente, fue denunciado por la Unidad de Inteligencia Financiera entonces a cargo de Santiago Nieto.
MILENIO reveló en aquel momento, que lo denunciaban por anomalías en su patrimonio por más de 140 millones de pesos, por haber construido un supuesto esquema de empresa fachada para desviar recursos al extranjero y por tener una red inmobiliaria que no coincidían ni con los ingresos de toda su carrera.
Vargas no dudó en recordar que la Fiscalía General de la República cerró el caso y por primera vez, acusó que incluso, fue amenazado.
“El ejercicio de mi independencia como juzgador con el tiempo se convirtió en factor de presiones que luego se tradujeron, inclusive, en amenazas, razón por la cual, mi familia y yo sufrimos una burda campaña de ataques y de persecución que hasta la fecha, hoy sigue impune. Mi convicción de ayer y hoy ha sido enfrentar esos ataques a través de las instituciones de justicia y con elementos de prueba”.
“La verdad material y jurídica hoy la tengo en mis manos frente a cualquiera a través de resoluciones firmes, mismas que acreditaron que mi patrimonio y el de mi familia son absolutamente lícitos y se deben únicamente a nuestro trabajo”.
“Hoy aprovecho esta tribuna para agradecer a todos aquellos que nunca dudaron de mi probidad y la de mi familia, así como recordarles a quienes causaron este daño la frase antigua: ‘veritas vos liberabit’, que significa ‘la verdad nos hará libres’. Y yo agregaría: su infamia los perseguirá toda la vida”.
El magistrado hizo una pausa y siguió con el golpe más duro que haya enfrentado en su labor.
Aquel caótico agosto cuando después de acusar a sus compañeros de “votar en manada”, se unieron para quitarlo de la presidencia del máximo tribunal de justicia electoral. Lo que por primera vez desde entonces, reprochó abiertamente en el pleno que una vez dirigió.
“No puedo obviar señalar lo que todos sabemos, ¡ni quiero dejar de hacerlo!, mi encomienda llegó a un término abrupto ante los desacuerdos que aquí enfrentamos. Reconozco varios errores que tuve como presidente, pero, sobre todo, el que no tuve la capacidad para generar esa unidad tan necesaria entre los integrantes de esta Sala Superior”.
“Sin embargo, ello en nada justifica, a mi modo de ver, los muy cuestionables hechos que se dieron el 4 de agosto del 2021, cuando algunos integrantes de este pleno tomaron sin atribuciones la presidencia del máximo Tribunal en la materia electoral. En verdad, deseo que en nuestra vida institucional, algo así de grave, no vuelva a repetirse y que volvamos a ser ejemplo de un actuar institucional y apegado a la ley, en donde las diferencias se logren desahogar internamente y exclusivamente, a través de los cauces legales”.
Y dirigiéndose al magistrado presidente que colocaron en su lugar, dijo: “por el bien institucional, de verdad, deseo de cara al proceso electoral federal, que ya ha iniciado, y al magistrado Reyes Rodríguez Mondragón que logre la armonía y unidad indispensable que requiere este pleno”.
Luego, pasó a otro episodio que marcó su labor, a pesar de los múltiples señalamientos y de las votaciones públicas en las que se mantuvo en votaciones solitarias para defender posturas que no afectarán al partido en el poder, Vargas defendió su desempeño como juez, su autonomía, su independencia y hasta su congruencia.
“Condicioné el ejercicio de esta importante responsabilidad a una legalidad escrupulosa al margen de cualquier tipo de influencia o amenaza. Es decir, me creí juez constitucional del máximo tribunal del país en materia político-electoral y actué como tal”.
Despidió a Indalfer Infante y sólo tuvo agradecimientos para una magistrada con nombre y apellido: Mónica Soto, su única amiga y la única que rechazó aquel golpe con la que le quitaron la presidencia mientras él, salía a hablar por teléfono para pedir asesoría a un ministro que nunca atendió su llamada.
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"Me voy en paz conmigo mismo": Indalfer
El magistrado Indalfer Infante no perdió su estilo conciliador. En su última participación en el máximo pleno de la justicia electoral mexicana, agradeció, se dijo satisfecho de su labor y aprovechó la coyuntura para defender la labor del Poder Judicial y desearle a sus pares, un poco de la tanta suerte que necesitarán en lo que dijo “está por venir”.
A diferencia de José Luis Vargas, Indalfer no tiene enemistades en el pleno. Recibió aplausos sinceros y abrazos fraternos, y aseguró que dejó el cargo en paz y satisfecho.
“Dejo hoy este espacio simbólico donde se manifiesta aquello que llamamos justicia electoral. Dejo aquí, como lo hice cada vez que nos reunimos en este recinto, las palabras del prócer José María Morelos y Pavón, ‘que todo aquel que se queje con justicia, tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda contra el arbitrario’.
“Hoy concluyó un ciclo en esta institución que me brindó la oportunidad de contribuir a construir y fortalecer la democracia electoral en este país, llegué sin prejuicios ni compromisos, con el pleno convencimiento de generar armonía y de construir con dedicación y esfuerzo en la alta responsabilidad de garantizar los derechos político-electorales. Siento haber cumplido con dignidad mi función”.
Y aunque no estuvo exento de votaciones polémicas, como aquella defensa solitaria para impedir que el extinto partido Fuerza por México perdiera su registro a pesar de no haber logrado la votación mínima que marca la Constitución, Indalfer también defendió su labor como juez.
“Puedo decir, parafraseando a Amado Nervo, que estoy en paz conmigo como profesional del derecho y con mi desempeño como juez electoral, me llevo la satisfacción del deber cumplido y estoy convencido de que hemos hecho todos, un buen trabajo”.
Infante recordó que los jueces deben conducirse con independencia y autonomía y legitimarse con sentencias congruencias y con soluciones razonables, por lo que no dudó en defender al Poder Judicial del que ha formado parte toda su carrera profesional, pues como él mismo dijo “he sido juez la mayor parte de mi vida”.
Y aconsejó a sus colegas a tener prudencia y hasta imaginación, para mantener la independencia del Tribunal Electoral y saber conducir la contienda electoral que está por venir.
“En estos tiempos en que se cuestiona la legitimidad de la judicatura, la mejor forma de generar confianza es que sus instituciones funcionen con compromiso y lealtad institucional, con experiencia y profesionalismo, con esperanza en la construcción del andamiaje y la estructura jurídica que se requiere para mantener en pie el edificio de la democracia constitucional".
“Les deseo el mayo éxito que se pueda desear a un tribunal y a sus integrantes, que tengan siempre la paciencia, la prudencia y la imaginación para resolver con justicia todas y cada una de las controversias electorales que están por venir, que tengan siempre serenidad en su espíritu, sabiduría y conciencia en sus determinaciones, la alegría en sus corazones, a la par de tensiones pero que no sean nunca más de otras facetas judiciales, sabedores que la templanza se forja con los golpes de cada día”.
Desde este miércoles, la Sala Superior del Tribunal Electoral quedó incompleta. Mientras el Senado de la República sigue incumpliendo los plazos constitucionales para definir vacantes que debían tomar protesta hoy mismo, a la salida de las dos magistraturas que concluyen su cargo.
Pero las y los senadores no pueden seguir en omisión por mucho tiempo, pues de lo contrario, pondrían en riesgo la validación de la elección presidencial que exige constitucionalmente que haya al menos, seis de las siete magistraturas.
RM