El gobierno de Texas desplegó a lo largo del río Bravo a aproximadamente 400 efectivos de la Guardia Nacional, intimidando a los migrantes que se ubican del otro lado, en Ciudad Juárez, Chihuahua, un día después de que el Tribunal Supremo anunciara que se mantiene de momento el Título 42, una norma sanitaria que permite la expulsión de la mayoría de indocumentados.
La zona fronteriza de Ciudad Juárez, muy cerca del puente internacional Paso del Norte, amaneció con alambre de púas y uniformados que llegaron en vehículos Hammer; incluso los agentes bajaron más cerca a la zona federal, en un hecho inédito.
El gobernador Greg Abbott aseguró que Texas no está preparada para manejar los niveles récord de migrantes, quienes corren el riesgo de morir congelados en las calles de la ciudad por el frío intenso; además, exigió al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que despliegue activos federales en esa región.
Por separado, el Pentágono afirmó que está “preparado” para responder ante una hipotética petición del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) de asegurar la situación en la frontera con México ante el creciente el flujo de migrantes.
“El Departamento de Defensa continuará listo. No hemos recibido ninguna petición del DHS en este momento de proporcionar ningún tipo de apoyo”, dijo el portavoz Pat Ryder.
Ante ello, el gobierno de EU pidió a la Corte Suprema que no retire estas restricciones antes de Navidad y admitió que poner fin al Título 42 provocará “trastornos y un aumento temporal de cruces fronterizos ilegales”, pero solicitó que rechace los intentos de estados conservadores de mantener una medida que expulsa a solicitantes de asilo.