Durante los últimos tres años, un migrante podía cruzar de manera irregular a Estados Unidos decenas de veces sin ser fichado. Era una consecuencia del Título 42 que benefició al crimen organizado que vio en esta medida de salud pública, un negocio. Con cada cruce, había un cobro de por medio.
Esta medida implementada con la pandemia del covid-19, durante el último tramo del gobierno de Donald Trump en 2020, concluirá el 11 de mayo, pero dará paso a la mano dura de la ley migratoria (Título 8) que dejará de aplicar las expulsiones expeditas para fichar a todas las personas que crucen a territorio norteamericano sin documentos.
Contrario a la idea colectiva que fomenta la conformación de caravanas, e impulsadas por el crimen organizado a través de los polleros, no habrá vía libre para la entrada a Estados Unidos. La medida será levantada de no haber una orden judicial que la frene nuevamente.
A partir de esa fecha, las autoridades migratorias procesarán a todo aquel que intente ingresar irregularmente y para ello, los nueve sectores de Patrulla Fronteriza que cubren la franja limítrofe con México se alistan para procesar a cientos de migrantes que son mal informados por los grupos criminales que fomentan el cruce irregular, en ocasiones desde el sur del continente.
Orlando Marrero, agente de la Patrulla Fronteriza en El Paso, señala que con tal de ganar dinero, los polleros han creado la expectativa de que una vez que se levante el Título 42 habrá facilidades para el cruce a Estados Unidos, así como flexibilidad en el trámite de asilo político que solicitan, en su mayoría, los ciudadanos venezolanos. Es totalmente falso, por el contrario, cada migrante que cruce de manera irregular será fichado y retornado.
“Nosotros si estamos preparados para procesar a toda persona que entre de manera ilegal y exhortamos a que no sigan la información falsa de las organizaciones criminales… las fronteras de los Estados Unidos no están abiertas, se les va a detener, se les va a procesar y van a ser expulsados”, advirtió.
De acuerdo con cifras de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en los últimos seis meses se han registrado un millón de encuentros con migrantes que han intentando cruzar, comparado con los 2.3 millones que se registraron durante el año fiscal 2022. De estos, el sector El Paso es el más saturado con 265 mil, lo que representa un incremento del 134%, comparado con el sector Yuma en Arizona donde ha habido una disminución del 23%.
Además, una vez que el Título 42 pierda vigencia, aquellas personas que hayan solicitado una cita para asilo político a través de la aplicación digital CBP ONE, y que ingresen de manera irregular, perderán ese derecho y no podrán volver a hacer el trámite, explicó el agente de la Patrulla Fronteriza, Fidel Baca.
En las últimas semanas y conforme se acerca el 11 de mayo, la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso se ha llenado de migrantes que intentan cruzar a Estados Unidos, muchos se entregan a la Patrulla Fronteriza en su desesperación por conseguir, sin resultados, una cita a través de la aplicación para aquellos que buscan aplicar para el asilo político. Sin embargo la cifra de quienes consiguen presentarse ante un juez, y más aun, quienes logran obtener ese beneficio es ínfima.
Tan solo del aeropuerto de El Paso, la frontera donde los ingresos irregulares de migrantes han crecido exponencialmente, salen hasta 10 vuelos al día con 150 personas originarias de países centroamericanos. Esposados de pies y manos y con apenas la ropa que llevan puesta y una bolsa de plástico con objetos personales que les fueron confiscados tras su detención, regresan a sus países de origen. Algo que en ocasiones sucedía en más de 10 ocasiones porque así se los permitía ser procesados bajo el Título 42. La expectativa es que la cifra de vuelos se incremente al doble, ante la información errónea sobre lo que ocurrirá en la frontera después del 11 de mayo.
Lo mismo sucede en el sector del Rio Grande que abarca casi 277 millas y 317 más en la zona costera del Río Bravo, donde a diario son detenidas entre 600 y mil personas que cruzan por los ranchos o en lanchas. De ellos, entre el 8 y el 9% son menores no acompañados. Este sector es uno de los que más niños llegan, además de ser uno de los más acechados por el crimen organizado en la zona de la ribereña tamaulipeca.
aag