Un joven sordomudo llegó con miedo de haberse contagiado de covid-19. Médico y enfermeras no entendían lo que aquel joven trataba de comunicar, por lo que llamaron a Eréndira Franco Corsa, oficial de Servicios Técnicos de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) 40.
Franco Corsa estaba resolviendo trámites burocráticos relacionados a incapacidades, altas y bajas del sistema, cuando se le pidió ayuda para auxiliar al paciente debido a que cuenta con una licenciatura en educación especial en el área de audición y lenguaje donde aprendió la lengua de señas.
“Tenía varios síntomas compatible a covid. En el interrogatorio y, conforme a lo explicado al médico se llegó a un diagnóstico. No tenía covid pero si una infección tratable con medicamentos”, explicó Franco Corsa tras referir que su intervención contribuyó a reducir la frustración del joven y, sobre todo, a identificar el problema de salud.“No sabía comunicar y no le entendían qué quería decir. Cuando encuentran una persona que realmente los puede entender o comunicar al médico lo que sienten, ellos se sienten contentos, se sienten tranquilos de que van a ser atendidos de buena manera”, indicó.
Por ello, dijo, fue posible identificar “sus síntomas, el tiempo de desarrollo y diversas cuestiones que llevaron a un diagnóstico, a ofrecerle medicina y darle las indicaciones para protegerse contra SARS-CoV-2”, comentó en entrevista.
“Identificar realmente cuáles son los síntomas, qué enfermedad está presentando es esencial para no darle un medicamento que no le ayudará y si afectará su salud”, explicó.
En el IMSS, el personal Técnico en Atención y Orientación al Derechohabiente (TAOD), está capacitado para orientar al personal con alguna discapacidad hereditaria, congénita o traumática, pero Franco se ha convertido en la favorita de médicos y pacientes.
Ella con gusto presta su voz y manos a todos aquellos que cursan con alguna discapacidad auditiva y de lenguaje para que, sin demora, se les otorgue la atención requerida.
“¡Hola! ¿Cómo estás?, ¿Cuál es tu nombre?, ¿Estás enferma?, ¿Qué te duele?”, y comienza a detectar si el dolor se presenta en la garganta, en todo el cuerpo, o en algunas articulaciones.
Si esa persona ha tenido escurrimiento nasal, perdió el olfato y sentido del gusto, súbitamente; hubo episodios de fiebre, salpullido o puntos rojos, tos, cansancio y agotamiento. Todo en escala numérica.
Logra determinar si al caminar esa persona se le dificulta respirar a la hora de caminar, correr, hacer actividades comunes.
Cuando es necesario, se interna al área de triage diagnóstico con su Equipo de Protección Personal para comunicarse con un paciente cuya familia está toda contagiada con covid.
Incluso, es empática cuando le comentan sobre muertes recientes vinculadas a la falta de respiración y una súbita neumonía.
En esos casos, Franco Corsa es aún más puntual para conocer si el paciente sufre o tiene antecedentes de hipertensión, taquicardia, cáncer, obesidad, afecciones renales, o alguno, ya requiere terapias sustitutivas con diálisis.
“Fumas, tomas vino. Estas embarazada. ¿Cuánto tres meses? Eres alérgica a algún medicamento, o algún alimento. Vamos a platicar con el doctor”.
En la Secretaría de Educación Pública, donde estuvo 22 años, no pudo poner en práctica sus conocimientos como ahora lo hace en plena pandemia.
“He estado en otras unidades. Las personas sordas y mudas van directamente a buscarme cuando llegan a la consulta. No tengo que esperar a que venga por mí. Para mí es muy gratificante ayudar porque marca una diferencia entre una atención oportuna y morir”.
Su lema es: “Si tú necesitas ayuda para una interpretación de lengua de señas, yo puedo ayudarte”.
JLMR