Buenos días, señores, soy directo con ustedes: al candidato le gustaría que le preguntaran sobre ‘el espíritu emprendedor de los nuevoleoneses, de su industria, del Tecnológico y la Universidad...’, ustedes saben, todo en positivo”.
Palabras más palabras menos, fue lo que nos dijo el secretario particular del candidato presidencial Miguel de la Madrid y hoy ex senador, Emilio Gamboa Patrón, en el desayuno previo a la entrevista que haríamos en el Salón Perla del Gran Hotel Ancira de Monterrey. Esto ocurrió durante los primeros días de marzo de 1982 y los entrevistadores eran Horacio Alvarado Ortiz (Televisa Monterrey), José A. Báez Gutiérrez (Canal 8 Cempae), Alberto Brünell (TV Nuevo León ) y Héctor Benavides (Canal 12).
La entrevista se desarrolló sin contratiempos, excepto la cara molesta del secretario particular del candidato, quien al final nos dijo en tono de reproche: -
-¿En qué quedamos, señores periodistas?
-¿En qué quedamos de qué, señor secretario? –, le contestó el licenciado Alvarado Ortiz.
Se dio un silencio incómodo en todo el salón y contestó el candidato:
-Me gustaron las preguntas Emilio, no te exaltes y ofréceles una disculpa a los señores, por favor.
Y luego, cada uno de los entrevistadores nos tomamos una foto con el candidato Miguel de la Madrid.
24 horas antes (como de película)
Una muda de ropa limpia había llegado al Gran Hotel Ancira de Monterrey la tarde anterior a la entrevista que cuatro periodistas le harían a Miguel de la Madrid, candidato a la Presidencia de la República para el periodo 1982–1988.
Como parte del equipaje de don Miguel, venía un juego sport de pantalón y una camisa con chaqueta oscura. Esto último me lo dijo mi amigo el sastre Concepción Alejo quien, junto con su hermano, trabajaba para el Gran Hotel Ancira, planchando, remendando y poniendo botones para los huéspedes que lo necesitaran.
El gerente del hotel —refiere Concepción Alejo— le pidió que plancharan parte de la ropa del candidato que llegaría a primera hora del día siguiente para su conferencia de prensa.
Un descuido quemó el pantalón del candidato.
Recuerda el maestro Alejo que su hermano Carlos dejó la plancha sobre el pantalón y el calor marcó y quemó una parte de la línea, en la pierna derecha de la prenda. Asustados y temiendo lo peor reportaron al gerente lo que había pasado. Después de recibir la regañada les ordenó que “a ver cómo le hacían”, pero tenían que buscar una tela de la misma textura y color, y confeccionar no un parche, sino un nuevo pantalón.
Después de recorrer tiendas del centro comercial de Monterrey encontraron algo parecido a la tela del pantalón quemado del candidato y se pusieron a confeccionar uno nuevo. Recuerda el maestro Alejo que estuvieron trabajando durante la madrugada del día siguiente, horas antes de la conferencia de prensa de Miguel de la Madrid.
El gerente les advirtió que no se fueran y ofrecieran una disculpa al candidato y a esperar que no los demandaran. El maestro Alejo y su hermano se quedaron sin dormir hasta la hora en que llegó el candidato y pidió la ropa para cambiarse, y ya no hubo tiempo de explicarle lo que había ocurrido con su pantalón.
A casi 30 años, Concepción Alejo y el que esto escribe no nos explicamos cómo pudo suceder que el candidato no se diera cuenta que lo que le habían entregado no era su pantalón, sino un pantalón hechizo, confeccionado en menos de 12 horas.
Quién sabe en qué estaría pensando esa mañana de marzo el licenciado Miguel de la Madrid.
*Este artículo está dedicado a la memoria de un gran amigo, Carlos Alejo, sastre cortador(QEPD).