En un medio de comunicación la información nunca para, pero este lunes 9 de marzo, las mujeres en MILENIO hemos decidido sí hacerlo; no salir a la calle a cubrir las asignaciones ni acudir a la redacción a diseñar, escribir o editar las páginas del impreso o las notas en el sitio web.
Hoy las mujeres de MILENIO estamos en paro por todas aquellas que un día ya no pudieron regresar a casa o no llegaron a sus trabajos porque fueron víctimas de la violencia de género.
Mujeres de MILENIO alzan la voz y comparten sus razones para sumarse al paro:
Melissa del Pozo, reportera
"Por mi valiente hermana que denunció a su profesor acosador de la maestría y lo corrieron de la UNAM. Por todos los años que mi madre no trabajó, obligada por mi padre que prefería que ella se quedara en casa a cuidarnos y hacerle de comer. Por todas las veces que me dijeron que un hombre era mejor para una cobertura de "riesgo". Por las veces que entrevisté a políticos y estos me decían que era bonita para ser reportera o que aceptara una cena o regalos y no me pusiera 'pesada'. Por todos los años que mis compañeras y yo hemos recibido un salario más bajo que el de mis compañeros hombres. Por mis amigas madres que han decidido criar a sus hijos sin necesitar de nadie. Por las incansables mujeres que buscan a sus hijos y les queda energía para reír. Por las madres de los niños heridos y fallecidos en la Guardería ABC que exigen justicia. Porque quiero que mis sobrinas crezcan fuertes, seguras, saludables; porque ninguna mujer merece violencia de ningún tipo. Porque merecemos ser felices. Porque estamos hartas de tener miedo".
Jimena Campuzano, editora web
"Porque es necesario decir 'ya basta'; alzar la voz y exigir un trato digno y seguridad ante las agresiones contra las mujeres que han ido en aumento. Porque quiero sentirme segura cuando salgo a la calle, voy al trabajo o a la casa y tener la certeza que estaré bien en el trayecto, que además de robos y otros delitos, no tenga que estar enfrentándome a personas que se sientan con el derecho de agredir a través de miradas lascivas o frases sugerentes por la vestimenta o porque simplemente se les da la gana. Porque se ponga fin a la serie de desigualdades y se pondere el valor, aportación y capacidades que tenemos para desempeñar nuestras actividades. Porque cada uno, mujeres y hombres, pongamos nuestro granito de arena para avanzar, cambiar la situación y nos demos cuenta que todos los seres humanos, sin importar género, somos valiosos, merecemos respeto y tenemos los mismos derechos".
Claudia Amador, coordinadora de El Asalto a la Razón con Carlos Marín
"Hace poco, leí una frase de quien se convirtió en mi escritora favorita desde mis años adolescentes porque se propuso retratar el desamor y el dolor que por él sentimos, ese maltrato al miocardio que sólo nota quien lo sufre. Pero ese no es el tema.
La recordé hace algunas semanas cuando recibía cada vez más fichas de mujeres y niñas desaparecidas, algunas de ellas asesinadas; pocas “localizadas”, tristemente en la condición de ser otra en el mismo empaque juntando las piezas del corazón y la mente tratando de encontrar un resquicio de esperanza para querer seguir viviendo.
Desde entonces la repite mi memoria de tanto en tanto. De alguna manera, para mi, resume la indefensión que nos ha venido alcanzando. Dice Ángeles Mastretta: “Nuestro destino es impredecible y azaroso como los sueños. Por eso temblamos cada mañana cuando el mundo se ilumina y nos despierta".
Estremece escuchar las noticias, da temor cuando las mujeres de mi vida, madre, abuela, amigas, vecinas, van rumbo a tomar la calle. Tenemos, en todos los sentidos, un destino incierto, impredecible…
La razón fundamental por la que escribo este texto es porque pienso en el dolor. El dolor ante la pérdida de vidas, respeto, seguridad, igualdad, libertad. Indignan la desventaja, la opresión y el abuso.
Escribo este texto porque fui acosada y maltratada tres veces tres, como en los toros: en mis primeros años laborales, allá por el estallamiento zapatista, un brillante director de Culturas Populares insistió durante un año para que cayera en sus garras. Pese a todo, lo pude capotear amablemente sin consecuencias que lamentar realmente. Tal vez eran otros tiempos. Ahora, de vez en cuando leo muy esporádicamente alguna nota sobre él y sus dichos. A estas alturas debe ser hombre senil físicamente. ¿Qué hice? Nada. Inexperta, me daban miedo las represalias y la persecución.
Otro, tristemente, fue el primer director de este medio, sí, director de Milenio. Un sujeto aparentemente terso, muy inteligente pero sumamente atroz. Ese hombre no solo me acosó laboralmente, me maltrató terriblemente. No sólo a mí, a la mayoría de mujeres a su alrededor. Era la viva imagen del desprecio. Muchas no se han dado cuenta todavía de su oscuro influjo sobre ellas. Su peso, en todos los sentidos, fue aplastante. ¿Qué hice? Nada. Sabía que de mi silencio dependía no solo mi trabajo.
Y el tercero vino de quien menos hubiera esperado, de un amigo querido que perdió la razón por su cotidiana inactividad. ¿Qué hice? Denunciar. ¿Qué resultó? Un año de pesadumbre.
Sus madres, a ellos y a todos esos malnacidos, debieron decirles: “Cuando maltratas a una mujer dejas de ser un hombre”.
Total que me animé a escribir esto porque duele esa violencia muchas veces imperceptible que ni el agresor repara en ella. Duele la que alcanza grados extremos y salvajes, sangrientos, que te hace pensar que ese es el límite de la atrocidad, pero siempre se escala.
Escribo esto porque duele haber callado cuando alguna de mis compañeras lloró en mi hombro por alguna injusticia, maltrato u acoso y no pude ayudarlas o convencerlas de que denunciaran pero, de nuevo, la necesidad, como a mi, las hizo callar.
Escribo esto porque duele ver que el trabajo que amabas caiga en manos de un hombre que lo acepta con tal de mantener el suyo. La violencia y la deshonestidad son el último recurso del incompetente y el mediocre.
Escribo esto por la sobrina niña de una amiga que hace pocos meses fue llevada lejos de su hogar y encontrada “viva” en otro estado.
Escribo esto porque indignan, duelen los argumentos falaces que nos criminalizan.
Escribo esto porque duele ser tomadas como moneda de cambio.
Escribo esto porque duele la crítica con sonrisa en cara.
Escribo esto porque no te creen cuando delatas a quien te hostiga y terminas siendo una histérica mentirosa.
Escribo esto porque duele, a cada amanecer, recordar la imagen del rostro brutalmente golpeado de quien amas profundamente.
Escribo esto porque duele ver que entre machos hay solidaridad a pesar de que les conste que han dicho o actuado con miserable condición.
Por esto y más, debemos romper con el silencio, el miedo; unirnos, pedir ayuda, ser solidarias, E-M-P-Á-T-I-C-A-S entre nosotras y trabajar para alcanzar nuestra seguridad, justicia, equidad. Porque erradicar (ahorita parece sueño guajiro) la violencia contra nosotras no solo es una buena idea, buscarla se convierte en la obligación de cada una, de nuestros compañeros de viaje y de cualquier gobierno que se respete.
Es garantizar la dignificación de nuestra naturaleza y valores. Nuestra fortaleza. Que nos aquilaten como similares, fuera de cualquier subordinación, pero sin dejar de reconocer las obvias diferencias de género que dan a cada quien su valor único.
Les deseo que 8 y 9 sean días colmados de buenas y profundas reflexiones.
Tomemos partido ante las atrocidades. La posición neutral ayuda siempre al agresor, nunca a la víctima.
Ojalá pronto escuchemos el sonido de nuestros pies alejándose del miedo, el riesgo y el dolor".
"Desde que tengo memoria me enseñaron cosas que 'debemos hacer las mujeres'. 'No camines así', 'no digas groserías', 'vístete más femenina' 'cómo vas a entender el futbol americano si eres mujer', 'las niñas bien no tienen amigos hombres' y la peor 'hazte mujer' y yo de alguna forma siempre quise llevar la contra. Cuando me enseñaron defensa personal primero pensé que era para integrarme a hacer un deporte, después entendí que era porque en algún momento de mi vida lo iba a necesitar. A los 15 años descubrí que los hombres a mi al rededor daban por hecho cosas de mí, si bebía, si me maquillaba, si me peinaba, si usaba una falda, un vestido o una blusa involuntariamente ajustada era para gustarles... y si les gustaba, ellos tenían derecho de decirme su opinión o de hacer lo que quisieran. Conozco a una chica que le pusieron algo en su bebida y terminó hospitalizada, la culparon a ella por salir de fiesta. Conozco una chica que tiene una enfermedad de transmisión sexual incurable porque su novio se negó a usar protección, la culparon a ella por tener relaciones. Conozco a una chica que su novio la golpeó tanto hasta que su cara fue otra, la culparon a ella por no dejarlo. Conozco a una chica que iba caminando por la calle y un señor en una camioneta le dio una nalgada tan fuerte que le dislocó la rodilla, la culparon a ella por caminar sola. Todas ellas y yo aún estamos vivas pero, y si nos matan ¿qué pasaría? No quiero que seamos un número más, una estadística, un dato. Somos personas, somos integrantes de familias, somos parte importante de la sociedad porque trabajamos, estudiamos, producimos a este país, un país que lo mínimo que podría hacer, es trabajar para que dejemos de temer salir a la calle, dejemos de creer que es ser valiente caminar trayectos largos, dejemos de ver como un atrevimiento tener opiniones, ideas, salarios justos, que salir de fiesta no se convierta en una justificación a adueñarse de nosotras. Quiero que todas estemos seguras, estemos tranquilas, QUE ESTEMOS VIVAS y no solo pensemos en sobrevivir".
Miriam Castro, jefa de información de Negocios
¿Por qué paro? Por mi hija de tres años. Para que nunca sea abusada sexualmente como yo, para que nunca sea violada y golpeada como sus abuelas. Por todas las mujeres de mi familia y sus propias historias. Por mí, por mí, por mí.
Inés Rocha, diseñadora
"Yo paro por mi niña interna, que alguna vez fue abusada por un familiar y sólo pudo sacarlo en terapia y perdonarse por callar tanto tiempo por miedo, por vergüenza y con la seguridad que nadie le creería. Paro porque me aterra que mis hijas salgan un día a sus actividades, y de seguir así, un día ya no regresen. Paro por mi yo del presente, que sale cada día a trabajar y agradezco cada vez que llego a casa sana y salva para un nuevo día. Paro por mis hermanas, mis sobrinas, mis primas, mis amigas, mi madre y todas las mujeres que conforman mi entorno porque quiero tenerlas siempre a mi lado sin estar con la zozobra de no volverlas a ver".
Miriam Ramírez, editora web
"¡Cuídate!, ¡Qué Dios te lleve con bien!, ¡Vete con cuidado! Pasaron de ser simples frases trilladas a gritos de auxilio que pronuncia la gente que me rodea hoy día: la tía, el amigo, el marido, el chofer de Uber, la vecina e incluso una total desconocida del transporte público; un lunes, una muerta por aquí; el martes, una desaparecida; el miércoles, una víctima más de violación; el jueves, el cuerpo encontrado de una niña; el viernes, una mujer que fue golpeada por su vecino. Por éstas y otras atrocidades más, exijo un alto y la libertad para quienes somos hijas, madres, tías y abuelas, exijo una sociedad con equidad y justicia, pues no puedo permitir que mis hijos crezcan en un entorno y un país donde matar y violentar a una mujer sea normal y que crezcan pensando que si un día su madre no aparece no pasará nada. ¡Ya basta!".
"Paro por mi madre que fue trabajadora doméstica violentada por sus patronas y fue violentada por mi padre que la abandonó. Por Tita Luz, la nana de mis hijos que ha vivido un matrimonio de violencia psicológica y económica; por las víctimas cuyas historias he contado como reportera: la colombiana Ximena Quijano, Ingrid, Fátima, María de Lourdes Sánchez, Serymar Soto, Jaqueline y sus hijas de uno y cuatro años. Paro por la vida de mis hijas y la mía, por mis nietas que un día llegarán y las mujeres que no han nacido. Porque un día vivamos libres y en paz".
Itzaxaya Campos, editora web
"Paro porque no quiero un día más salir a la calle con miedo. Negarme a ir a una reunión o fiesta para no tomar taxi sola en la noche e imaginar que no volveré a mi casa. No quiero más ver una fotografía de nota roja con una mujer asesinada y pensar que es mi mamá, hermana o amiga. Porque quiero que mi hermana deje de enviarme su ubicación cada que sale a la calle preocupada por no regresar y mi mamá duerma tranquila sabiendo que estoy en un sitio seguro. Me sumo al paro del 9 de marzo porque en México las mujeres hemos dejado de vivir en libertad física, emocional e intelectual. Y porque, ojalá algún día dejen de darnos permiso para protestar".
"Paro porque al día están matando al menos a 10 mujeres, porque la violencia de género debe visibilizarse, porque las actitudes machistas deben eliminarse y porque aunque se crea que es un problema mínimo, es algo que nos está rebasando. No importa cómo iba vestida, en dónde andaba o con quién salía, la seguridad debería estar garantizada para todas y todos y debemos de dejar de culpar a las víctimas".
Fernanda Soto, editora web
"Decidí sumarme al paro para que los compañeros entiendan que la parte que nos toca hacer en el espacio de trabajo es igual de importante que la suya. Para que mi jefe deje de creer que mi labor es sencilla y los demás hombres empiecen a asumir sus responsabilidades laborales. También para fomentar la unión entre las compañeras y sabernos acompañadas".
Verónica Maza, reportera y editora
"En México, las mujeres somos mayoría. Si se hace un paro real sin consumo, la economía de ese día va a caer. A muchos no les conmueven los gritos de dolor, los pleitos de los políticos que quieren ‘asumir’ el feminismo ni les importan las marchas o los cantos, pero en cuanto la economía patriarcal se vea mermada porque baja la fuerza de consumo, nos van a ‘ver’. Es decir, se trata de desaparecer por completo para que por fin nos vean. A la vez, el paro me servirá para hablar con mi hijo sobre unidad de género: desde pequeñito lo he educado sin machismos, pero siempre es buen momento para educar con ejemplos. También voy a parar porque necesito estar en silencio, conmigo misma, sin ese ruido excesivo del exterior que va de un lado a otro, confundido, agresivo. Porque quiero reflexionar qué puedo hacer desde mis labores y conocimientos, así como pensar en más proyectos permanentes que debo realizar y que apoyen un cambio. Paro porque quiero que los hombres de mi empresa vean todo lo que hacemos las mujeres para el grupo. Quiero que haya calles con pocas mujeres para que se imaginen cómo sería si siguen matando a las congéneres, una a una, hasta acabar con todas. Esas y muchas razones más".
Melisa Agüero, editora web
"Me adhiero al paro para visibilizar de manera simbólica toda la labor no remunerada que las mujeres realizan y que de no hacerse afectaría también a los hombres que se han rehusado al trabajo doméstico, porque si ninguna mujer se hubiese encargado del hogar, los hombres no hubiesen tenido tiempo para ‘triunfar’ en la escala laboral o en la esfera pública; si hubiesen tenido que encargarse de las labores del hogar, lo más probable es que no hubieran podido dedicarse de lleno a su carrera y por ende muchos no tendrían los puestos que tienen. Y sobre todo para visibilizar las condiciones laborales a las que accedemos muchas mujeres, en las que si bien podemos ganar lo mismo que nuestros pares, el no estar contratadas de planta significa que no generamos antigüedad ni derechos laborales como licencias de maternidad, es decir que si quisiéramos tener hijos, nos quedaríamos sin trabajo porque no podríamos acceder a esta prestación, que contrario a un hombre que decide ejercer la paternidad, éste no tendría que elegir entre una opción y otra, lo que claramente es un situación de desigualdad".
"Por el dolor de todas las mujeres que perdieron a otra mujer en su vida por la violencia. Por el miedo y el tormento que vivieron las mujeres víctimas del feminicidio. Por todas las que han sido golpeadas o amenazadas, por todas las que sienten miedo o culpa ante el acoso. Por el machismo que se normaliza y se oculta en cosas cotidianas como la desigualdad salarial, falta de confianza en las capacidades profesionales de una mujer o en cuestionarla o pensar que es menos 'productiva' por ser madre o por querer serlo. Por mis hermanas, amigas, por mi mamá, por mi sobrina que está por nacer y porque quiero que en las calles, en las escuelas, en sus trabajos y en su casa las mujeres se sientan seguras, no valientes".
Isabel Medina
"Quiero que ninguna mujer, joven, niña, bebé o anciana que esté en su casa, la escuela, el trabajo, o en la calle, tenga miedo a sufrir abuso, agresión, acoso, discriminación, o a ser asesinada por el hecho de ser mujer.
Quiero que sepan las mujeres que cada día somos más las que trabajamos para que crezca la sonoridad y empatía... Que muchas estamos dispuestas a apoyar y escuchar a las víctimas y sobrevivientes de trata, violación y abandono... Escuchemos a las mujeres trans y travestis, que libran una batalla diaria porque se reconozca su identidad y la autodeterminación de abolir roles... Hermanas las abrazo y respeto".
Guadalupe Barbosa, editora web
"Falto por todas las mujeres que luchan por otras; por las que buscan a sus hijas, por las que exigen justicia. Yo paro porque deseo que haya más sororidad y solidaridad en los trabajos. Porque estemos en ambientes libres de violencia, de cualquier tipo, pues las mujeres no merecemos sufrir agresiones patriarcales. Porque el feminismo sea un hecho y no sólo un discurso".
Adriana Anguiano, editora web
"Por todas aquellas mujeres que no llegaron a sus casas o trabajos y no pudieron envejecer, terminar una carrera, ejercerla, ver crecer a sus hijos, decirle adiós a sus padres o a sus seres queridos, porque algún hombre se creyó con el derecho de matarlas. Hoy grito ¡basta! para que nunca más haya una nota de una mujer violentada; para que la violencia de género deje de verse como algo normal; para que mi madre, mis hermanas, mis amigas y todas las demás mujeres puedan vivir de manera libre y ejerciendo todos y cada uno de sus derechos, por los cuales no deberían luchar. Y porque ya no quiero correr las dos calles que separan mi casa de la avenida, por miedo a que alguien pueda hacerme algo aprovechando la oscuridad de la madrugada".
Laura Mildred Ponce, redactora web
"Hacer visible lo invisible. Con el paro 'Un día sin nosotras' buscamos evidenciar el papel que tienen las mujeres en la vida pública del país. Que nuestra ausencia en los bancos, escuelas, oficinas, avenidas y prácticamente cualquier lugar, pueda lograr la valoración del trabajo que realizan millones de mujeres todos los días.El paro del 9 de marzo es una demostración de solidaridad entre nosotras que busca romper con la estabilidad de un sistema y cuestionar los roles y conceptos establecidos sobre nuestro género.
También, queremos honrar la memoria de todas aquellas que han sido asesinadas a manos de la violencia de género, ¿qué harían los hombres si desaparecemos?, ¿si todas morimos, como lo hacen cerca de 10 mujeres al día en México? Al parecer, estamos a punto de averiguarlo".
Graciela Olvera, reportera
"Yo Graciela, me fui a paro por la compañerita de la prepa de mi primo, un familiar la secuestró, violó, mató y arrojó su cuerpo en un baldío en Tecámac. Por Valeria, tenía 11 años cuando el chofer de una combi la rapto, violó y mató, cerca de mi casa. Por todas las mujeres y niñas víctimas de trata que no pueden hacerlo y pidiendo a Dios que todas siempre regresemos sanas y salvas a casa o en su defecto, que sus familiares puedan encontrar su cuerpo y tener un lugar donde llorarles".
Sandra Medina, editora de redes sociales
"Salgo de casa cada día, con un efímero pensamiento de si tal vez ya no regresaré.Me visto todas las mañanas pensando en sí con ese atuendo y con esos zapatos podré correr si alguien va tras de mí. Lo he convertido en rutina, pero no es normal. La violencia no es normal, el acoso no es normal. El miedo no es normal.
Miedo es más bien, normalizar todo esto que pasa. Aquí todas estamos cansadas, hartas frustradas.
Paro hoy para que mañana no vuelva a ser un día normal, paro hoy como una primera acción de todas las batallas que aún vienen. Paro hoy porque solo es el comienzo del cambio que todas queremos. Ese que parte de una sola, simple y complicada cosa en este país: respeto".
Natyelly Meneses Arias, coordinadora editorial Milenio Digital
“Por Gaby, mi vecina con la que crecí, y a quien su novio la asfixió y las autoridades le pidieron a su mamá que mejor no siguiera la investigación porque el “galán” era “muy pesado”. Por mi amiga Mónica que lleva 15 años desaparecida, luego de que la secuestró un compañero de la universidad. Por mi mamá, mis hermanas y mis sobrinas, porque tienen derecho de caminar por la calle sin que ningún hombre las toque o insulte. Porque tengo un hijo a quien quiero enseñarle, con el ejemplo, sobre amor, respeto e igualdad. Por eso, hoy paro”.
En Milenio, las mujeres paramos
Hoy, 9 de marzo, las mujeres en Milenio no estamos en la calle, no estamos en la redacción, estamos de paro por todas las mujeres que un día ya no pudieron regresar a casa, por todas las mujeres que ya no pudieron ir a trabajar porque fueron víctimas de la violencia…
Todo el dolor y miedo que hemos visto y sentido de cerca, hoy lo convertimos en esperanza y acción.
A partir de toda la energía que nos han dado las recientes movilizaciones de mujeres de este país… algunas trabajadoras de Milenio nos vinculamos, nos organizarnos, decidimos comprometernos aún más de lo que ya lo estábamos y sumarnos a la lucha por un país sin violencia y sin machismo contra las mujeres…Esta lucha no es nueva, pero creemos que estamos viviendo un momento histórico y queremos iniciar por nuestra propia casa.
Ya empezamos por construir sororidad entre compañeras.Decidimos re-evaluar la actitud que tenemos sobre nosotras mismas y sobre nuestro género y decidimos fortalecer redes de apoyo, estamos comprometidas a erradicar al verdadero enemigo, el machismo, que ejercemos por ignorancia, imposición social o costumbre.
Hemos descubierto que no estamos solas...
Evidenciaremos comportamientos machistas, acoso o misoginia y aportaremos a la construcción de un cambio. no volveremos a permitir violencia en nuestros espacios de trabajo.
FIRMANTES DE MANIFIESTO MUJERES EN MILENIO
1. Vanessa Job
2. Kattya Gutiérrez
3. Abril Herrerias
4. Alma Paola Wong
5. Erika Vazquez
6. Graciela Olvera
7. Nicole Salas
8. Jacqueline Sánchez
9. Itzel Cabrera
10. Andrea Gómez
11. Araceli López
12. Karina Chalaca Palacios
13.- Verónica Díaz
14. Jennifer Moreno
15. Fanny Miranda
16. Verónica Maza Bustamante
17.Patricia Garay
18. Carolina Pérez González
19. Fanny Martínez
20. Aline Ramírez
21. Ariana Pérez
22. Avelina Martínez
23. Ivett Salgado Méndez
24. Elisa Alanís
25. Inés Rocha Jimenez
26. Regina Reyes-Heroles Cardoso
27. Myret Coello
28. Lluvia Méndez
29. Rosa Emilia Porras Lara
30. Laura Cantú
31. Natalia García
32. Samantha Guerra
33. Hilda Ocaña
34. Michelle Laguna
35. Angélica Vargas
36. Nelly Baez
37. Claudia Amador
38. Bárbara Anderson
39. Karina Pineda
40. Estrella Álvarez
41. Ángelica Ponce
42. Isabel Zamudio
43. Bárbara Jaramillo
44. Martina Spataro Tron
45. Norma Ponce
46. Hilda Ruiz Cervantes
47. Nelly Salas
48. Gabriela Jaimes
49. Lorena López
50. Ximena Clara
51.- Aracely Garza Cantú
52. Susana Moscatel Levy
53. Liliana Padilla
54. Carolina Rivera
55. Guillermina Ayala
56. Paola Olivares
57. Elia Castillo
58. Evelyn Miranda
59. Patricia Olivares
60. Marisela López
61. Lenina Ramos
62. Rosalía Solís
63. Georgina Navarrete
64. Ezbaydee Aldana
65. Susana Mendieta
66. Nancy Corro
67. Grecia Castillo
68. Jimena Rodríguez Padilla
69. Yazmín Veloz
70. Juana Suarez
71. Isabel Hernández Medel
72. Andrea Céspedes Rodríguez
73. Selene Flores
74. Patricia Delgado
75. Adriana Obregón Viloria
76. Azucena Uresti
77. Erika Montoya
78. Sandra Ramírez
79. Karla Fernández
80. Violeta Moreno
81. Claudia Treviño
82. Lucero Charco
83. Jocelyne Fernández
84. Nayeli Salazar
85. Nadia Ricardo
86. Marysol García-Soto
87. Aziyadé Sabines
88. Ilse Medina Benítez
89. Guadalupe Ramírez
90. Ilse Gallegos Pineda
91. Mónica Martínez Elizalde
92. Isabel Medina Rojas
93. Alejandra Mejía Arzate
94. Kenya Vázquez Sánchez
95. Leticia Sánchez
96. Liliana Sosa
97. Azul Alzaga
98. Marce Contreras
99. Montse H. Tula
100. Fanny Ramírez
101. Karla Paulina Fuentes Pantoja
102. Marisa De León Arriola
103. Paloma Lafuente
104. Sandra Medina
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