La fiesta de la Candelaria es una celebración que realizan los fieles católicos cada 2 de febrero, la cual no solo consiste en comprar los tamales, en caso de que te haya salido muñequito en la rosca, sino que principalmente se viste al Niño Dios con atuendos relacionados a la festividad.
Al ser una de las tradiciones mexicanas más importantes, hay una gran cantidad de personas que se dedican a fabricar la ropa para el Niño Dios, como la familia Salas Rascón, que lleva más 60 años dedicándose a la elaboración de los trajes.
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La familia Salas Rascón tiene un taller ubicado en Cuernavaca, Morelos, donde realizan todo el proceso; sin embargo, su tienda está en la calle Talavera, local 16 b, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
En entrevista para MILENIO, Lucía Amalia Salas Rascón narró que el negocio familiar comenzó con su abuela, quien le enseñó a coser cuando ella tenía solo 10 años, para que apoyara en la elaboración de los trajes.
No obstante, con el paso de los años, junto con sus primos y hermanos, fue pasando la tradición a sus hijos y sobrinos.
“Cuando tenía 10 años, mi mamá y mi abuela me enseñaron a coser, a mí, a mis hermanos y a mis primos, de esa manera iniciamos en el negocio, después nosotros le enseñamos a nuestros hijos y esperamos que nuestros hijos les enseñen a sus hijos y así seguir con esta tradición”, mencionó Lucia.
La familia cuenta con un catálogo en donde se muestran los 50 modelos diferentes que ofrecen. Cada año el compendio se renueva, añadiendo detalles a las vestimentas o agregando cambios a los diseños.
“Cada año tratamos de modificar nuestros diseños porque la gente viene y ya no se quiere llevar los del año pasado, dicen que es lo mismo, por lo tanto, tenemos que hacerlos cada vez más bonitos y con más detalles”, añadió.
“Entre los modelos que más vendemos y que más nos piden, se encuentra el de Santo Niño de Atocha, Justo Divino Juez, San Judas Tadeo, Sagrado corazón de Jesús, Niño Guadalupano, Jesús pescador y el de Ángel de la Guarda.”
Elaboración de vestidos para Niño Dios
Para realizar los vestidos de Niño Dios, el proceso se inicia seleccionando las telas de la mejor calidad, las cuales son compradas con antelación y se cuenta con un suministro amplio de estas.
Posteriormente, se toma como referencia el molde de acuerdo al diseño del vestido y del tamaño del Niño Dios, el tamaño puede ir de los seis hasta los cuarenta centímetros.
Una vez que se tiene seleccionado el diseño que se va a realizar, se comienzan a realizar los cortes, los cuales deben ser precisos en cuanto a tamaños para que no haya problema al momento de realizar la costura.
Cuando se cuenta con las piezas cortadas a los respectivos tamaños, el siguiente paso es realizar la costura de las telas, proceso que se realiza con máquina de coser.
Finalmente, se bordan los detalles que llevan los trajes, en muchas ocasiones, es un proceso que se llega a realizar a mano, debido a que muchos detalles son con lentejuelas y no es posible coserlas con la máquina.
En el caso de los accesorios que pueden llegar a tener diferentes modelos, como pueden ser sombreros y las sandalias, la familia también los elabora siguiendo un procedimiento similar, a partir de un molde.
El legado de la abuela
El negocio familiar lo inició la señora Lucía Rascón, en los años 70's, cuando confeccionaba los vestidos en su hogar y el proceso era muy artesanal, ya que todo lo hacía a mano.
"En aquel entonces mi abuela no contaba con una máquina de coser, todo el proceso lo hacía a mano, era muy hábil al momento de utilizar la aguja". Mencionó la nieta.
En un principio, la manera de vender los vestidos, era poniendo un pequeño puesto días antes de la celebración de la Candelaria en la calle Venustiano Carranza, en la Ciudad de México, muy cerca de donde actualmente se encuentra el Metro Salto de Agua. En aquel entonces únicamente se realizaban tres modelos diferentes de vestimenta, los cuales eran el de Santo Niño de Atocha, Sagrado Corazón y el Niño de la Salud.
"Mi abuela colocaba su puesto en el suelo, llevaba sus telas, agujas y todo lo que requería para los vestidos. Llevaba algunos ya hechos pero muchas veces tenía que cortar, bordar y coser las vestimentas en el puesto porque le pedían modelos que no llevaba o no tenía de la medida que solicitaban, pero era muy rápida cociendo" recordó Lucia.
Posteriormente, las hijas de la señora Lucía, quienes también iniciaron a trabajar en la confección de vestidos para Niño Dios, decidieron introducir al proceso de elaboración, máquinas de coser, las cuales facilitaron el trabajo y en menor tiempo estaban listos, además, les permitió aumentar su producción.
Para el 2002 decidieron abrir su local en la Ciudad de México, en donde actualmente se dedican a vender las vestimentas que fabrican. El espacio lo abren a partir del mes de noviembre y hasta febrero. Para la elaboración, el proceso se inicia en marzo y culmina en octubre, durante ese tiempo se planean los diseños que se lanzarán el próximo año.
A consecuencia de la pandemia por covid-19, los nietos decidieron abrir también su Sitio Web, en donde puedes pedir el diseño que más te guste y es así como el legado continúa de la manos y creatividad de la familia Salas Rascón.