El cardiólogo Américo Villarreal no imaginó que la sangre política la cual corre por las venas de su familia lo llamaría a convertir su consultorio en Ciudad Victoria en una casa de gestión legislativa.
Su padre, el gobernador Américo Villarreal fue uno de los últimos políticos de buena fama en Tamaulipas. Avenidas, colonias y deportivos llevan su nombre, ese que hoy será bandera de campaña…
El gobierno del político priista cuya administración coincidió con la del mandatario tabasqueño, Leandro Rovirosa, a quien el presidente Andrés Manuel López consideró uno de los mayores impulsores de su carrera política.
La amistad entre el tabasqueño y el tamaulipeco fue algo que el hoy Presidente tenía presente cuando en 2016, durante una visita al estado, mandó llamar al médico Américo Villareal para conversar sobre su padre, pedirle ayuda en su campaña presidencial y de paso, ofrecerle ser senador. Así fue como se trazó la ruta que lo llevó a ser el candidato de Morena-Verde-PT a la gubernatura de Tamaulipas.
Su perfil, primero lo llevó a ganar el escaño en 2018 y cuatro años después a ganar la candidatura morenista entre más de 10 aspirantes.
En su primer mensaje, tras su registro ante el Instituto Electoral, Américo Villarreal habló de honestidad, unidad y esperanza. Poco mencionó de la política que se ha visto manchada en Tamaulipas por el encarcelamiento de dos ex gobernadores, la muerte de un candidato y un gobernador sometido a desafuero. Tampoco de las divisiones que prevalecen en Morena por la disputa de cargos en el partido.
Américo Villarreal platicó con MILENIO sobre un estado convulso, con problemas de violencia y crimen organizado, pero también harto de la política y la mala fama de algunos que han dejado mal parada la imagen de Tamaulipas.
—¿Cómo es que decide dejar su profesión de cardiólogo para meterse de lleno a la política?—
—En 2016, el Presidente se enteró de mi presencia en Tamaulipas, él conoció a mi padre 30 años antes en conjunción en que tuvieron un jefe en común, el ingeniero Leandro Rovirosa que, por esas fechas fue gobernador de Tabasco y fue la situación en como coincidieron en un tiempo político.
Se enteró que había un Américo Villarreal en Tamaulipas y le dijeron que era yo y que era médico, así mandó un mensaje de que le daría gusto conocerme porque había conocido a mi padre. Yo con mucho gusto y acertadamente acepté.
Después de eso nos mantuvimos en contacto y me interesé en sus postulados. A finales de 2016 decidimos sumarnos a Morena. Luego nos entró lo de los antecedentes de mi padre que siendo ingeniero, desarrollador de presas, también tuvo su etapa política, así decidimos participar como senador.
—Tamaulipas ha sido gobernado ya por el PRI y por el PAN, ¿Cómo ve las posibilidades de Morena, más por la cercanía que tiene con el presidente López Obrador?—
—Tamaulipas había sido un estado priista hasta esta administración que debido a los antecedentes de no haberse conducido correctamente, la ciudadanía pensó en una alternativa y pensó que podría ser la de Acción Nacional, pero lamentablemente no fue así, los resultados no son nada favorables en el percibir de la ciudadanía y no lo digo yo, lo comparto yo, pero es el sentir de lo que vemos en las encuestas, en la gran aceptación del modelo humanista de Morena y que conduce el Presidente y que en el estado tiene una aceptación del 83 por ciento, mientras que el gobierno local tiene aceptación del 33 por ciento y eso es lo que da la gran oportunidad para un cambio de rumbo y una nueva alternancia. Esto ya se dio en 2021 en una etapa preliminar donde los principales municipios son ahora morenistas, ahí se va viendo el cambio paulatino.
—Cuando decide dar el paso hacia la política en 2016, el estado estaba en niveles altísimos de violencia, además con dos gobernadores en la cárcel, vio que su estado era un foco rojo en política y seguridad, ¿fue eso factor para que, siendo médico, se decidiera a buscar la gubernatura de su estado?—
—Yo creo que hemos tenido estas situaciones y esto obedece a un fondo de potencial económico que tiene nuestro estado y todas sus bondades no han sido conducidas con la inercia adecuada para poder traducirlo al desarrollo de la entidad.
Para mi es el mejor estado de la República, con la mejor localización geográfica. Somos la puerta de entrada para el intercambio comercial con Estados Unidos, pero estas circunstancias han dado pie a intercambios de intereses como las drogas y las armas y por no tener gobiernos atentos a administrar un estado con estas características ha derivado a estas situaciones y por tanto a inseguridad, pero queremos que eso sea lo que cambie.
—¿Qué tiene para ofrecer a los ciudadanos tamaulipecos?—
—La política no es otra cosa que medicina a gran escala, así como el médico atiende a una persona y ve y lo interroga para saber mediante el decir qué problemas tiene, establecer un diagnóstico de la enfermedad y establecer el tratamiento adecuado. Es el mismo problema de la sociedad. Hay que ver y escuchar a la sociedad. Tenemos muchos diagnósticos que nos dan una visión de las problemáticas que se tienen y tenemos que ir a corroborar con la gente para priorizarlas.
—¿Cómo hacerlo?—
—Yo veo que los tamaulipecos tienen la voluntad de salir adelante y hacer un cambio en la forma en que estamos viviendo y que esta situación de esperanza es lo que nos va a dar la oportunidad en adelante con un gobierno que tenga liderazgo y confianza, que sea honesto y esté atento de lo que le corresponde hacer como gobierno, aseadamente, sin corrupción y con austeridad.
Es parte de lo que nos han estado induciendo, pensar que el fututo es incierto, que el futuro es impredecible y que no sabemos qué va a pasar. Si queremos tener una sociedad creciente, con oportunidades de trabajo y desarrollo es lo que tenemos que trabajar hoy. Si queremos más seguridad tenemos que construir paz.