Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), denunció que el Primer Visitador, José Martínez Cruz, era un “instrumento” para evitar esclarecer el paradero de los 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa.
“La CNDH desmiente categóricamente que haya intención de torcer las nuevas investigaciones del caso Iguala”, afirmó en un comunicado de prensa.
Reiteró que existe un compromiso con los familiares de los estudiantes desaparecidos, “asumido de cara a ellos el 27 de enero” en el sentido de revisar la Recomendación emitida en 2018, además de “coadyuvar con ellos hasta el esclarecimiento pleno de la verdad, sea cual sea ésta y los involucrados”.
Se señaló que “hasta la fecha de su renuncia, el director (Primera Visitaduría) no presentó un análisis del expediente” sobre esas desapariciones.
Pese a que ese había sido el compromiso, desde que asumió el cargo: atender y valorar el alcance de la recomendación de la CNDH 15VG/2018.
Sin entrar en detalles, la ombudsperson no mencionó quién era “instrumento” José Martínez Cruz y dejó ver diferencias con los renunciados.
El 26 de junio, la titular de la CNDH le pidió su renuncia, tanto al primer visitador, como al sexto visitador, Édgar Sánchez, “el motivo fue la pérdida de confianza que se fue gestando durante los ocho meses que estuvieron laborando en la CNDH”.
A partir del 1 de septiembre están en la primera visitaduria, Paolo Martínez Ruiz y en la sexta visitaduria, Alexander Brewster.
En el comunicado de prensa se afirmó que “el proyecto de convertir a la CNDH en un organismo autónomo (… ) fue traicionado por los dos directores al no existir un compromiso con su función y en los nulos resultados de su trabajo”.
“Puedo desmentir, una a una, la serie de falsedades y mentiras que usan los ex directores para torcer lo que sucede en esta CNDH.“Existe la documentación de hechos y causales (que en cualquier momento puedo mostrar) por las que tomé la dolorosa decisión de pedirles su renuncia”.
Piedra Ibarra, señaló que mantuvo "silencio durante varios días, pues ilusamente esperaba que el afecto basado en principios al que aluden en sus renuncias los hiciera actuar con la verdad y no seguir denostando a mi persona”.
Se dijo que ambos han atacado a la CNDH “con infundios y calumnias”, además de que “están violando el Código de Ética de la CNDH, al afirmar sin pruebas que este organismo no es autónomo”.
Argumentó que el hecho de haber nombrado a activistas sociales al frente de esas visitadurías, tenía por objetivo generar “empatía con las víctimas, que se manifestara en el trabajo arduo, eficaz y eficiente, pero sobre todo comprometido con los miles de ciudadanas y ciudadanos de este país”.
Evidenció algunas de esas calumnias contra su persona. “El decir que las decisiones me las impone el Secretario Ejecutivo, Francisco Estrada Correa, denota dos cosas: que no conocen las funciones de esa Secretaría”.
jlmr