El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró los 213 años de la Independencia de México con la histórica ausencia de los poderes Legislativo y Judicial y con un viva al amor, otro a los migrantes y un muera la avaricia.
A las 10:58 de la noche, el mandatario caminó por los pasillos de Palacio Nacional para recibir la bandera y salir al balcón presidencial, con el fin de lanzar 21 “vivas”, cuatro “mueras” y hacer repicar la campana de Dolores 53 veces mientras un láser color verde le apuntaba por momentos a la cara y el cuerpo.
Tras mencionar a los héroes de la Independencia, López Obrador arengó: ¡Vivan los héroes anónimos, viva la libertad, viva la igualdad… que muera la corrupción, que muera la avaricia, que muera el racismo, que muera la discriminación, que viva el amor, que vivan nuestros hermanos migrantes, que vivan los pueblos indígenas! ¡Viva México!”.
El Presidente estaba visiblemente conmovido en su penúltimo Grito de Independencia, incluso después de retirarse del balcón, a las 11:18 horas, regresó para despedirse de los asistentes que lo vitoreaban.
Tras las arengas, en los balcones del Palacio se pudo observar a los integrantes del primer círculo presidencial disfrutando del espectáculo pirotécnico.
En el primero estaban los titulares de Gobernación, Luisa María Alcalde; de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y de Marina, Rafael Ojeda, así como el jefe de Gobierno de la capital, Martí Batres.
El segundo balcón lo ocuparon las secretarias de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez; de Economía, Raquel Buenrostro, y la canciller Alicia Bárcena; el tercero se quedó vacío y en el cuarto estuvo el titular de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jorge Nuño, y el ex presentante de México ante la ONU Juan Ramón de la Fuente.
Al Presidente lo acompañó en el festejo su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller.
Y como no había ocurrido, se abrieron las ventanas del primer nivel de Palacio para invitados especiales del cuerpo diplomático acreditado en México.
Los asistentes que llegaron al Zócalo pese a la lluvia que cayó por la tarde, respondieron con toda fuerza a la arenga presidencial para dar paso al espectáculo de fuegos artificiales que iluminó la noche al ritmo de la música.
Por supuesto, no faltaron las porras al Presidente y el tradicional ¡Es un honor, estar con Obrador!; los gritos de ¡Viva México! tampoco dejaron de escucharse hasta que el escenario principal empezó a tener actividad.
Después, regresó la fiesta. Grupo Frontera tocó por alrededor de una hora más sus éxitos.
Por la tarde, la lluvia sorprendió a los asistentes; unos sortearon la tormenta con capas de a 10 pesos, impermeables de 100 o paraguas de diferentes tamaños; a otros nos les quedó otra más que correr a refugiarse.
Los portales del edificio de la antigua Asamblea Legislativa y del gobierno capitalino se atiborraron de animados patriotas y simpatizantes de Morena que querían atestiguar el penúltimo grito de López Obrador.
Cuando la lluvia amainó, después de unos 40 minutos, salieron al segundo escenario los niños de los Semilleros Creativos, de la Secretaría de Cultura, quienes amenizaron la incipiente noche después de las 19:50 horas.
Grupos como Tamborileros de Tabasco, la Orquesta Carlos Chávez, la Banda Nacional Comunitaria y la Orquesta de Música Tradicional Mexicana entonaron diferentes canciones como “La Paloma”, “Sones con marimba”, “Piel Canela”, “Latinoamérica”, una de las canciones preferidas del Presidente, y otras.
Entre las canciones y poemas de los Semilleros, Yahritza y Su Esencia tuvo una breve participación con “Frágil”, provocando una rechifla entre los asistentes, pese a las peticiones previas del Presidente de perdonarlos.
Después del mal trago y algunas canciones del mariachi de las fuerzas armadas, llegó el momento estelar: Grupo Frontera y su éxito “No se va”.
Y como siempre la política se infiltra, algunos asistentes aprovecharon para gritar: “¡El que no brinque es Xóchitl!”.