Los intereses de Morena y los partidos de oposición, no coinciden para lograr una reforma electoral “híbrida” como pretende el partido en el poder, pues lo que le interesa a cada bando es opuesto o descartado por el otro. La única coincidencia entre sus propuestas, es legalizar en todo el país el país el voto digital y dejar detrás la obligación exclusiva de hacerlo de forma presencial y en papel.
Las iniciativas de reforma en materia electoral son dispersas, contrapuestas y ninguna logra consensos. Al partido en el gobierno le interesa reformar al INE y eliminar cuatro espacios en el Consejo General, el PAN apuesta por regular las mañaneras y la segunda vuelta presidencial, y el PT quiere blindar a los partidos ante la pérdida de registros.
Mientras el PRI, ni siquiera formalizó una iniciativa más allá de una conferencia de prensa en mayo pasado, donde enlistaron 10 ejes, entre los que destaca crear la figura de la vicepresidencia de la República, y otras ideas ideas que no hicieron oficiales y que nunca dieron detalles de cómo lograrlo, como frenar la intervención del crimen organizado en los procesos electorales.
De las más de 40 propuestas de reforma electoral presentadas en los últimos años, destacan las que se presentaron este 2022 y que son el centro del debate: la del presidente Andrés Manuel López Obrador, la del PAN y la del PT.
En lo que coinciden todos los partidos, es en la necesidad de modificar la exigencia constitucional de que la votación debe ser exclusivamente en papel y de forma presencial, por lo que están de acuerdo en que se avale la modalidad de voto digital.
La principal apuesta de Morena y en la que nadie está de acuerdo, por lo que podría terminar siendo descartada, es reducir los espacios del Consejo General del INE de 11 a siete, y mantener las mismas siete magistraturas de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Sin embargo, su propuesta es que estas personas sean electas mediante votación popular tras una lista de propuestas de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Cada uno ofreciendo 20 propuestas para el INE y 10 para la Sala Superior.
También plantearon eliminar los Organismos Públicos Locales Electorales para que todas las funciones electorales se concentren en el INE que, además, se convertiría en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC). Mientras el PAN busca dejar intacto al INE, el PRI propuso fortalecer su autonomía y el PT solicitó que siguiera el mismo proceso de selección, pero en lugar del Comité Técnico de Evaluación, crear un Órgano de Dirección Política confirmado por un representante de cada grupo parlamentario.
Y en cuanto a la fiscalización, el Partido del Trabajo propone crear la Unidad Especializada, que sea independiente del INE y que el titular lo designa la Cámara de las y los Diputados.
Aunque la propuesta del presidente y Morena deja intacto al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, propone que concentren las labores estatales y eliminar los Tribunales Electorales locales; mientras el PT plantea fijar que las resoluciones del TEPJF no pueden exceder de 20 días. Y que ni el INE ni la Sala Superior pueden emitir criterios, lineamientos o acuerdos que modifiquen las reglas del proceso electoral una vez iniciado, como lo hicieron en las acciones afirmativas del 2021 para garantizar la paridad.
Una coincidencia entre Morena y el PRI es la reducción del financiamiento público de los partidos políticos, aunque el partido oficial plantea eliminar el financiamiento ordinario y entregar únicamente dinero público para las campañas. También coinciden en reducir las diputaciones federales de 500 a 300, sin que el PRI explique cómo, Morena propone crear listas como las diputaciones plurinominales en cada Estado con la diferencia de que quienes aparezcan ahí deberán hacer campaña.
Y el PAN plantea que las listas plurinominales ahora se conformen intercalando una lista de acuerdo interno de partidos y otra con las y los candidatos que no ganen la elección pero que tengan las votaciones más altas.
Una coincidencia entre el PAN y las propuestas no formales del PRI, es la segunda vuelta presidencial para que las dos candidaturas con mayor votación en la primera jornada, si ninguna supera el 50 por ciento de los sufragios, compitan por segunda ocasión. Aunque los priistas también buscan incorporar una vicepresidencia que no contempla el PAN.
Respecto a la intervención del crimen organizado, la iniciativa del PAN proyecta anular cualquier elección en la que se acredite, como sucedió en el caso de Michoacán el año pasado, “la intervención, involucramiento, acto de intimidación, amenaza o influencia de persona o personas que pertenezcan o se encuentren vinculadas a un grupo del crimen organizado”.
El PT además, pretende blindar a los partidos de la pérdida de registro, estableciendo que si no logran el tres por ciento de votación local en 17 entidades federativas puedan mantenerlo aunque no lo alcanzaran en la votación nacional. Y aprovecha para regular que la votación válida emitida se contemple sólo por los sufragios a los partidos, eliminando los votos nulos, los emitidos a candidaturas no registradas e incluso a las independientes.
Sobre la reelección, el Partido del Trabajo pide que si la o el legislador pertenecía a un partido que pierde su registro, mantiene su derecho de elección consecutiva. Y contrario a las normas actuales ofrece cancha libre para que puedan reelegirse por el partido, el distrito, la circunscripción o la entidad que deseen, por lista nacional o plurinominal.
En otras propuestas, Morena también quiere regular los tiempos en radio y televisión y reducir el número de diputaciones locales, regidurías y senadurías.
El PAN impulsa los gobiernos de coalición y una reforma en materia de comunicación electoral para regular las conferencias de prensa mañanera, contrario a Morena que retoma la interpretación del Congreso para que en campañas, sólo se considere propaganda gubernamental lo que se apagado con recursos públicos, a pesar de que las autoridades electorales ya declararon la inaplicación de esta interpretación.
Por lo que las propuestas se contraponen y será difícil que los grupos parlamentarios lleguen a acuerdos que complazcan los intereses de todos los bandos, aunque por lo pronto, se prevé que quede completamente descartada la idea morenista de reducir funciones, acortar autonomía y enviar a las urnas a las y los consejeros del Instituto Nacional Electoral.
LG