El zacatecano se sentó en uno de los salones estilo barroco. El 7 de diciembre de 2020 estaba en una de las sillas tipo neoclásicas de madera, desde donde se alcanzaban a ver las puertas monumentales talladas a mano.
Sobre la mesa tallada en madera se sirvieron tamales de hoja de plátano, dos tazas de café y dos vasos con jugo natural. A pesar de la formalidad del lugar, a Ricardo Monreal, senador y ex gobernador de Zacatecas, se le veía relajado: llevaba un suéter rojo de cuello alto y medio ciper que combinaba con el marco de sus lentes, también rojos.
Ricardo comía, sonreía, y seguía masticando su tamal de cerdo con frijol. Andrés Manuel López Obrador hablaba sentado a su lado. El político de provincia estaba ahí, sentado en un Palacio con un Presidente de México.
En aquel tiempo solía reunirse con frecuencia con el presidente López Obrador, una costumbre que se rompió en el contexto de la elección federal de 2021.
Desde entonces se habla de un distanciamiento entre los antiguos aliados. La escena de un tabasqueño y un zacatecano almorzando en la casa presidencial parecería imposible en los tiempos en que el PRI dotaba de mayor poder a los políticos del centro.
En entrevista con MILENIO, el senador Ricardo Monreal cuenta cómo ha sido abrirse paso en medio del desprecio de la política nacional, cuando no se tiene un padrino político.
Refiere esos éxitos que le han permitido mantenerse al frente de la bancada de su partido, pero también habla de las acusaciones de una presunta relación de su familia con el narcotráfico, de los señalamientos de nepotismo y de cómo es sobrevivir a esas crisis políticas recurrentes.
A pesar de que considera que tendrá que remar “a contracorriente” en su búsqueda por la candidatura de Morena a la Presidencia de México, Monreal asegura que es parte del “equipo de alianzas” del presidente Andrés Manuel López Obrador, que lo admira, respeta su lucha histórica.
Y sobre Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la capital del país, señala que “no hay resentimientos ni odios”.
El zacatecano recuerda que sus superiores no querían que fuera regidor, y lo fue. Tampoco apostaron por él cuando se lanzó como diputado federal, senador o gobernador de Zacatecas, y aun así consiguió esos espacios políticos. Aunque no lo quieran, siempre gana. “Ya he ganado con intrigas y guerra sucia”, afirma.
Ricardo Monreal nació en una familia de 14 hermanos, campesina y modesta. Su padre estudió hasta segundo grado de primaria y su madre murió joven, a los 36, dejando huérfanos a sus niños.
El senador que solía sentarse en los salones de Palacio Nacional con el Presidente tuvo un pasado en el que vendió chiles y tomates en el mercado.
—¿Cómo fue para un político de un estado llegar a la política nacional, hacerse respetar?—
"Es muy difícil. La política se centralizó mucho e incluso se decía con desdén, por no decir con desprecio a los políticos locales, de bajo nivel, cuando aspirabas a ser senador decían: 'no, aquí no se decide eso, se decide en el centro'."Es muy difícil luchar contra esos estereotipos. Y es muy difícil luchar con una posición superior o de mayor nivel político cuando no tienes detrás de ti a quien te apadrine o tu padre fue un político de alto nivel, gobernador o secretario de Estado, si no tienes eso es complicadísimo avanzar. Pero mi ejemplo es claro: de vendedor de agua fresca, chile y tomates en el mercado… a ser gobernador y ocupar los puestos de mayor relieve.
Monreal recuerda que su carrera política empezó cuando era muy joven: regidor, secretario municipal, asesor jurídico en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el único donde se podía militar en un estado agrarista como Zacatecas.
Hasta que intentó ser gobernador. Ese podría ser el primer momento en que Ricardo Monreal estuvo en el escenario mediático de tiempo completo. Corría el año de 1998. El entonces presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Mariano Palacios Alcocer, decidió que Monreal no iría como candidato a la gubernatura de Zacatecas. Argumentó que su familia tenía supuestos nexos con el crimen organizado.
—Cuéntenos de este episodio. ¿Se lo siguen recordando?—
"No había nada, era falso, porque si hubiera sido cierto, no hubiera sido gobernador. Y luego más adelante acusan a mi familia con Felipe Calderón y se demuestra que era simplemente una persecución política. Lo cierto es que siempre he caminado contra corriente, ha sido muy difícil mi entorno político y luchar contra este tipo de intrigas y calumnias, pero finalmente hemos logrado salir adelante".
Fue en este periodo cuando Monreal conoce a Andrés Manuel López Obrador. En esa época el tabasqueño era el dirigente nacional del PRD y el zacatecano un joven político derrotado por su propio partido, el PRI.
Recuerda que se vieron en un modesto departamento de un amigo. Monreal no esperaba mucho, pero cuando conoció a López Obrador le sorprendió su lucidez, el lenguaje y sobre todo la invitación que le hizo. Esa fue la primera negativa.
Unos meses después, lo volvió a buscar. Monreal contestó que era muy difícil aceptar la candidatura por el PRD. La tercera fue la vencida. Lo hizo por dignidad, luego de que el PRI lo amedrentara.
Durante la campaña de 1998 recibió muchos ataques de sus adversarios, pero era otra época, la izquierda no estaba tan dividida: lo acompañaron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador, entre otros políticos destacados.
Años más tarde, le devolvió el favor. Previo a la campaña de 2006, Monreal acompañó al ahora Presidente haciendo trabajo territorial en Guerrero, Michoacán y otros estados de la zona.
—Pero Calderón los vuelve a acusar. La Sedena y la PGR aseguraron unas 14.5 toneladas de mariguana en la bodega de su familia.
"Después de muchos años se regresó a la bodega y se dijo: 'disculpen. No tenían nada que ver ustedes'. Es decir, todo se aclaró pero finalmente la mancha y la guerra sucia había causado un gran daño a la familia y a mí, porque yo era un adversario muy frontal de Calderón dado que lo combatí en las cámaras, dado que yo era senador del 2006 al 2012.
"Fue duro el embate que sostuve, pero no me esperé años para denunciar, sino que en el momento en que gobernaba yo era opositor, hubo toda una siembra, un montaje contra un hermano mío, Cándido, que tenía una empacadora de chiles. Y que por cierto después se la regresaron (la bodega) pero toda desmantelada, toda destruida".
—Se viene el 2011, acompañó al Presidente como coordinador de campaña. ¿Cómo fue?
"Las condiciones económicas eran difíciles, nos enfrentamos a una campaña de Estado. Enrique Peña Nieto era un producto electoral atractivo y con mucho dinero. Y sin embargo fuimos subiendo, pero nos faltó vigilancia, estructura, dinero, no aportó nadie, salvo el recurso público, entonces tuvimos muchas deficiencias, pero estoy seguro que en esa ocasión la elección fue comprada y distinta a la de 2006".
En 2015, Monreal, un político del interior, acepta la propuesta del presidente López Obrador de ir por una de las alcaldías más importantes de la Ciudad de México, la Cuauhtémoc.
El zacatecano recuerda que aceptó porque el Presidente y él sabían que para poder competir como jefe de Gobierno necesitaba tener el respaldo y la legitimidad que da una alcaldía en la capital. Monreal y Morena le quitaron la hegemonía al PRD, viejo partido al que ellos pertenecieron.
Fue en ese entonces cuando le dejaron un millón de pesos en su oficina, con una amenaza por la “limpia” que estaba haciendo en la entonces delegación.
—Llegó a la delegación más chilanga e importante del país como foráneo, ¿fue difícil? Recibió hasta amenazas de muerte.
"No fue fácil que me aceptaran, pero ahora le puedo decir que es mi segundo hogar. Resistimos a la extorsión, resistimos a las complicidades, a las amenazas de muerte porque obviamente llegué y cambiamos muchas cosas. La gente sigue recordando nuestra función. La verdad me siento muy contento. La gente sabe que hicimos el mejor esfuerzo.
—Por ese entonces varios de sus colaboradores fueron encontrados con sumas de dinero, usted dijo que eran maniobras para afectarlos a usted. Pedro Pablo de Antuñano, director de Gobierno de su delegación—
"Le encontraron en su auto una caja con 800 mil pesos en efectivo, se aclaró y hasta se lo regresaron."No era asunto mío, pero él era director de Gobierno y se aprovechó ese momento para obviamente atacarme. Como el caso de José Manuel del Río, el cual espero que también se aclare. Porque la justicia, aunque tarde, pero llega, casi siempre.
Insiste en que está acostumbrado a remar contra corriente, no solo contra los de afuera, si no contra los de adentro, los de su partido.
“Obviamente no les gusta que sea independiente, que tenga mi opinión, es normal, toda mi vida ha sido así”.
"Cuando iba a ser regidor, el presidente municipal no quería que fuera y gracias a la gente gané. Cuando iba a ser diputado federal, el gobernador no lo quería y gané en contra de él por apoyo de la gente."Cuando iba a ser senador, no quería el gobernador que fuera senador y les gané por apoyo de la gente. Cuando iba a ser gobernador, el Presidente no quería y les gané con el apoyo. Cuando quería de nuevo ser senador, no quería el Presidente y gané con el apoyo, pero siempre con intriga, guerra sucia, y esto se recicla cada vez, porque ahí se queda, pero no queda la aclaración".
—¿Cómo fue el momento en que el Presidente se inclinó por Claudia Sheinbaum para la jefatura de la ciudad?
"Difícil, porque yo tenía un acuerdo con el Presidente desde que fui alcalde. Y finalmente el acuerdo él lo sabe y yo lo sé como quedó; al final yo decliné la invitación de participar con la oposición, me quedé en Morena para seguir luchando para que fuera Presidente. Él me ofreció incorporarme como senador y coordinador. Así lo hizo".
Pero fue difícil, insiste, “porque todas las encuestas me colocaban de favorito, arriba, pero la de ‘él no me colocaba arriba’. Pues ya no me fui y me quedé y sigo aquí en Morena, y porque tengo 25 años al lado del Presidente”.
Dice que con la jefa de Gobierno “no hay resentimientos ni odios, respeto al trabajo, caminando en condiciones de claridad en los propósitos y de respeto en los alcances y funciones de cada uno”.
—¿Usted quiere ser presidente todavía?—
"Por supuesto, voy a luchar para serlo. En el momento adecuado me voy a inscribir en el proceso interno que lleve a cabo Morena, una vez que lance la convocatoria Morena, me inscribiré.
Y aunque el Presidente no suele incluirlo en su lista de corcholatas, salvo en un pronunciamiento reciente, Monreal aseguró que respeta "su expresión y su posición, pero yo soy un hombre honorable y no voy hablar mal de él, porque es parte de la historia, pero tengo mi criterio, mi opinión, y en ello está el tema de inscribirme en su momento a pesar de lo que está pasando, los gestos, los símbolos o señalamientos que él pueda tener en favor de alguien”.
—¿Cuál es su relación actual con el Presidente?—
"De respeto, yo lo admiro, soy parte de su equipo de alianzas, y soy su compañero".
—¿Pero se reúnen? ¿Se llaman?—
"Ya no con la frecuencia de antes, pero ahora tengo comunicación interna y constitucionalmente con el secretario de Gobernación".
El zacatecano reitera que no hay pleito ni desencuentro, ni mucho menos asuntos que los vayan a dividir. Pero advierte que irá fuerte:
“A contracorriente, no será la excepción ahora. Percibo que será otra larga travesía, una jornada pesada en mi caso, en la lucha contra todo o contra otros grupos que aspiran a lo mismo que yo: la búsqueda de la Presidencia de la República”.
JLMR