Adán Armenta, esposo de Yolli García Álvarez, ex comisionada presidenta del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI), denunció que agentes policiacos la mantienen esposada a su cama de hospital, donde espera una cirugía de corazón programada para el próximo jueves, mientras permanece en prisión preventiva sin sentencia por una presunta venganza del gobernador Cuitláhuac García.
Para Armenta, su esposa es una “presa política” del gobernador de la entidad.
“La están esposando, pero incluso contra la indicación médica, porque el médico le dijo que tiene que estar caminando en lapsos de media hora, por la tarde, por la noche, todo el tiempo que pueda, para ejercitarse un poco y no mantenerse tan débil por la cama; pero no hay nadie que les diga nada, es el problema.
“Han de creer que se quiere escapar, pero escapar es lo menos que pensaríamos porque le afecta mucho más al problema de que de por sí ya tenemos”, acusó Armenta.
Además, aunque han solicitado a la dirección del Centro de Alta Especialidad de Veracruz que se permita el acceso al abogado de Yolli, no lo han autorizado, por lo que la ex comisionada no ha podido tener comunicación con su defensa legal.
Desde hace dos años, Yolli García fue privada de su libertad, acusada de presuntos delitos que no ameritan seguir el proceso legal en reclusión y que, a decir de sus defensores, se trata de una represalia del gobernador de la entidad.
La ex comisionada de transparencia y también ex magistrada electoral está acusada de coalición, abuso de autoridad y ejercicio indebido del servicio público por presuntamente haber autorizado indebidamente los nombramientos de dos servidores públicos en el IVAI.
Para sus defensores, dichas acusaciones son sólo un pretexto para cobrar represalias contra Yolli García por resoluciones de transparencia tomadas en el pleno del IVAI, mientras ella fue presidenta, que desagradaron al gobernador.
Los otros dos comisionados del pleno del IVAI también fueron acusados, pero a diferencia de la presidenta, ellos siguen su proceso en libertad, lo que, a decir de activistas, es una muestra de la violencia política de género que se ejerce contra Yolli García.
Sin embargo, en los dos años que lleva de prisión preventiva, la salud de su corazón se ha deteriorado, al grado de que ahora necesita una cirugía para reemplazarle la válvula mitral, la cual separa las dos cavidades (aurícula y ventrículo) del lado izquierdo del corazón.
Armenta informó a MILENIO que la cirugía está programada para el jueves 10 de marzo a las 08:00 horas.
Sin embargo, después de la operación, Yolli García requerirá de una dieta libre de carne de cerdo, medicamentos controlados y análisis continuos de sangre.
Por ello, el temor de su esposo y de su abogado es que una vez que salga de la operación y de los cinco días de terapia intensiva en los que permanecerá, las autoridades del penal de Pacho Viejo insistan en regresarla al reclusorio, donde no existen las condiciones para resguardar y garantizar la salud de la ex comisionada tras su cirugía.
“Después del hospital, la intención de ellos va a ser querérsela llevar, pero sabemos que es un atentado contra su vida el querérsela llevar, el simple hecho de pretender llevársela en las condiciones en las que está en la cárcel es un atentado directo a la vida de Yolli, porque no hay condiciones para que esté en esa situación en la cárcel”, expresó Adán Armenta.
El jueves 24 de febrero, activistas, defensores de derechos humanos, periodistas, comisionados de transparencia y organizaciones ciudadanas de transparencia y rendición de cuentas enviaron una carta a la Comisión Estatal de Derechos Humanos para exigir que Yolli García siga su proceso en libertad, e iniciaron una campaña en redes sociales bajo el lema #JusticiaParaYolli y #YolliLibre.