El embajador de Israel, Zvi Tal, termina por estos días su ciclo en México. Orgulloso, muestra los logros tras cuatro años de una labor que abarcó distintas esferas en el contexto de los 70 años de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Zvi Tal observa un mundo fragmentado en cuanto al liderazgo y advierte sobre el riesgo del protagonismo de las redes sociales. Sobre su labor en México, resalta que el comercio ya rebasó los mil millones de dólares entre las dos naciones y resalta la trascendencia del nearshoring.
De sus inicios como diplomático a hoy, ¿cómo ve el mundo?
El mundo de hoy no responde a reglas que conocimos en el pasado; se hablaba del mundo bipolar entre EU y la URSS después unipolar, luego multipolar y hoy existe una gran fragmentación.
Además, el papel que ahora tienen las redes sociales con su gran poder. Antes estaba muy claro quiénes eran los grandes actores: los jefes de Gobierno y después las multinacionales pero hoy: ¿quién es?, ¿la persona que manda algo en redes con gran difusión impactando e influyendo en la opinión pública?
Al llegar como embajador, ¿tenía en mente lo que era México?
No (ríe). Creo que ambos países padecemos de una imagen distorsionada en la opinión pública mundial y en los medios. Lo que me llamó la atención desde el primer día fue la calidez humana y el orgullo de ser mexicano, de proyectar una alegría a pesar de las dificultades.
Veo la importancia del legado cultural que ustedes cuidan de manera impresionante, soy un gran fan de la cultura maya.
Deduzco que la comida yucateca es su favorita...
Sí, la yucateca y también platillos de otros estados; me gusta mucho el chile poblano, por ejemplo; no solo me gusta la comida, también la naturaleza, la cultura, el folclor y la convivencia entre las tradiciones indígenas y la fe cristiana.
¿Cómo ve la relación entre ambos países?
Festejamos los 70 años de las relaciones. La idea fue poder resumir lo que se ha logrado a lo largo de estas siete décadas y examinar juntos los próximos pasos.
Un ejemplo en el tema económico es el Tratado de Libre Comercio entre ambos países que nos dio la plataforma para superar el año pasado la barrera de los mil millones de dólares en intercambios comerciales.
¿Qué buscan ambos países?
El primer tema que surge cuando tenemos reuniones es cómo o cuánto va a invertir Israel. Nosotros tenemos un perfil distinto a EU, Japón, Alemania o España por lo que la respuesta gira en que el valor agregado está en la tecnología.
Hoy creo que tenemos una oportunidad de oro por el nearshoring con, por un lado, los tratados de libre comercio con México, EU y Canadá, y por otro con los Emiratos Árabes Unidos y espero muy pronto con Bahréin. Unir estos dos polos económicos nos abre una ventana que nos toca aprovechar.
Y también está la relación a través del turismo
El perfil de los turistas israelíes está cambiando ya no son mochileros ahora son familias, hombres de negocios, es muy diversificado el perfil y el volumen está incrementándose cada año. Estamos intentando convencer a Aeroméxico de abrir un vuelo directo entre la Ciudad de México y Tel Aviv. En cuanto a mexicanos en Israel, la Tierra Santa les atrae mucho.
¿Qué va a extrañar de México?
La gente, la diversidad cultural, el contacto humano tan fácil, tan sencillo. Mi canción preferida es “México en la piel” y yo me voy a llevar a México en la piel y en el corazón.