A medida que aumentan las temperaturas con la inminente llegada del verano, llegan también las aventuras de vacaciones y del tiempo al aire libre, pero ante las olas de calor es claro que el riesgo de enfermedades graves es latente.
¿Cuáles son las mejores estrategias para mantenerse fresco cuando suben las temperaturas?
Usa ropa suelta y de manga larga
La luz solar directa calienta los vasos sanguíneos de la piel, enviando calor hacia el centro y elevando la temperatura corporal. Los bebés son particularmente vulnerables porque tienen una gran superficie de piel en relación con su volumen. Usar ropa holgada de manga larga puede ayudar a evitar esta sensación.
Mantén manos, cara y pies frescos
La llamada piel glabra, que se encuentra en las palmas de las manos, las plantas de los pies y la parte superior de la cara, contiene una red de vasos sanguíneos dedicados al control rápido de la temperatura. La aplicación de agua fría o una bolsa de hielo en estas áreas acelera el enfriamiento del cuerpo. Mojar la piel, con una toallita fría, por ejemplo, también ayuda a eliminar el calor corporal por evaporación, que es la misma razón por la que sudamos.
Evita las duchas frías
Quizá te parece contradictorio, pero una ducha fría puede ayudar a conservar el calor corporal al hacer que los vasos sanguíneos de la piel se contraigan. Esto debilita una de las estrategias clave del cuerpo para la pérdida de calor: acercar la sangre a la superficie de la piel, para que el calor pueda irradiarse (por eso nos vemos enrojecidos cuando tenemos calor). Una inmersión más prolongada en agua fría, como nadar en un lago, enfriará gradualmente el cuerpo, pero las duchas frías tienden a ser rápidas. Es mejor ducharse con agua tibia porque esto aumentará el flujo de sangre a la piel, aumentando así la pérdida de calor.
Mantente hidratado
Una razón importante por la que las olas de calor son mortales es la deshidratación. Cuando las personas pierden demasiado líquido a través del sudor, la sangre se espesa, aumentando el riesgo de coágulos y obliga al corazón a trabajar más. La sudoración intensa también altera el equilibrio de sodio y potasio en los fluidos corporales. Esto puede afectar las células nerviosas y musculares, ejerciendo más presión sobre el corazón. La clave es beber líquidos de manera regular durante el día, evitando la cafeína y el alcohol, que pueden hacer que vayas al baño con más frecuencia. No confíes en si te da sed o no, que puede ser un indicador poco fiable del estado de hidratación.
Parece contradictorio, pero beber algo caliente en un día cálido y seco puede ayudar a refrescar el cuerpo. Un estudio del Laboratorio de Ergonomía Térmica descubrió que beber una bebida caliente aumenta la producción de sudor, lo que a su vez refresca el cuerpo. Sólo hay una advertencia, este truco no funcionará si usas mucha ropa que puede atrapar el sudor o si el día, además de caluroso es húmedo. También es importante mantener tus líquidos a una buena temperatura, te recomendamos elegir un recipiente de acero inoxidable como una botella Hydro Flask que no transfiere sabores y que mantiene las bebidas frías por 24 horas y las calientes por 12; esto hará más fácil que te hidrates y disfrutes el proceso.
Cierra las cortinas y ventanas durante el día
Esto es particularmente importante para las habitaciones orientadas al sur, donde el sol que entra por las ventanas transformará el entorno en un invernadero. Como regla general, las ventanas deben mantenerse cerradas cuando la temperatura en el interior es más baja que en el exterior, generalmente cuando el día es más caluroso, pero es mejor abrirlas una vez que la temperatura del día desciende, por la mañana y durante la noche.
Busca espacios verdes
Los árboles y las plantas absorben agua por sus raíces y la emiten a través de sus hojas en un proceso llamado transpiración. Esto enfría su entorno inmediato, ya que el calor del aire circundante hace que el agua se evapore. Algunos estudios sugieren que las áreas suburbanas con árboles maduros son de 2 a 3 °C más frías que los espacios sin árboles. Además, disfrutar la sombra de los árboles siempre se agradece.
Evita las quemaduras solares
Nadie quiere una piel lastimada y adolorida, pero debes saber que el protector solar debe ser tu última línea de defensa contra el sol, en lugar de la primera. Es importante mantenerte a la la sombra cuando el índice UV esté en su punto más alto, generalmente entre las 11 am y las 3 pm; cubre tu piel con ropa ligera de algodón o lino y protégete la cabeza, el cuello y la cara con anteojos de sol y un sombrero de ala ancha. Si la exposición al sol es inevitable, opta por un protector solar con amplia protección contra los rayos UVA y UVB. El factor de protección solar (FPS) se refiere únicamente a la protección UVB. Dermatólogos recomiendan un protector solar con un SPF mínimo de 30 y una buena protección UVA, el cual debe aplicarse generosamente y volver a aplicarse cada dos horas, ya sea después de nadar, de hacer ejercicio o cualquier otra actividad.
Cuida tu alimentación
Beber mucha agua es una forma de mantenerse hidratado durante el verano, pero también se puede lograr comiendo alimentos que tengan un alto contenido de agua. Esto incluye frutas y verduras como melones, pepinos, limones, uvas, verduras de hoja verde y moras. Los alimentos picantes preparados con chiles también son buenos para refrescarse, ya que aumentan la circulación y provocan la transpiración. Y si bien el helado puede parecer refrescante en el momento, sólo te hará sentir más calor a largo plazo, pero el hielo con sabor es una buena alternativa.
Disfruta el verano, ¡cuídate y cuida a los tuyos!