La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia entre las personas mayores, sin embargo, se puede presentar en personas jóvenes, pues en el Centro de Alzheimer de La Laguna se han atendido personas desde los 45 años de edad.
La demencia es un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades diarias.
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Hay diferentes tipos de demencia
Blanca Inés Martínez de De Alba, presidenta del Consejo Directivo del Centro Alzheimer de La Laguna A.C, manifiesta que entre el 60 y 80 por ciento de los diagnósticos de demencia corresponden a Alzheimer, sin embargo existen otro tipo de demencias como la vascular, mixta, demencia por parkinson, demencia de pick, frontotemporales, entre otras.
El alzheimer a la fecha es un padecimiento incurable que afecta las habilidades del pensamiento, el comportamiento, la conducta, el juicio, la memoria y conforme avanza, el paciente se va convirtiendo cada vez más en una persona dependiente.
Lo que se puede observar de una persona con alzheimer, es que se vuelve repetitivo, olvida las cosas que acaban de suceder, el haberse bañado, haber hecho una llamada o haber ido de compras y olvidar que estuvo ahí o hechos importantes, entre otras.
“La persona puede tener conductas inapropiadas, en un principio hacerse retraído, no querer hacer cosas que ordinariamente hacía, salir con los amigos o tener conductas erráticas, retirar las cosas, enojarse”.
Es necesario que la persona no trate de evadir o negar la enfermedad, debido a que al momento de negar el diagnóstico, se pierden tiempos valiosos para poder enfrentar el manejo del paciente.
“Es muy importante que la persona que se asume como la cuidadora, sepa que también tiene una responsabilidad del autocuidado, porque el cuidador primario se auto-colapsa y va a estar en una situación de fragilidad”.
Consideró importante realizar un diagnóstico diferencial, ya que por lo general puede hacer un manejo similar en los diferentes tipos de demencia, hay algunas cosas que se tienen que acotar, ya que en algunos tipos de demencia puede haber cambios importantes de comportamiento, por lo que se tienen que abordar desde el punto de vista ya sea psiquiátrico o médico.
“Uno de los derechos de las personas con alzheimer una vez que ha sido diagnosticada, primero que nada es que no sea separada de su trabajo hasta que ya no se lo permita la enfermedad”.
Las personas que acuden al Centro de Alzheimer, aún y cuando ya haya sido valorada por el neurólogo o el geriatra, son canalizadas al psicólogo acompañados por el familiar o la persona que viva con ella y posteriormente se programa una entrevista y valoración integral geriátrica.
“La persona está estimulada aquí en todas las áreas desde el punto de vista cognitivo, socialización que es muy importante, se hacen amigos, hacen actividades que tienen que ver con lectoescritura, verbalización, cálculo, gimnasio cerebral”.
De igual manera, algunos de los pacientes reciben actividades de robótica que es compleja que algunos pacientes pueden realizar y otros no, por lo que se monitorea la habilidad de cada persona.
Actualmente el Centro de Alzheimer cuenta con 22 pacientes en su mayoría de 70 años y más, aunque reiteró que se han tenido pacientes jóvenes de 48 años que presentan demencia vascular, frontotemporales, entre otras.
El paciente, indica, deja de acudir a terapias, cuando ya el avance de la enfermedad no le permite recibir ningún beneficio con los programas que ofrece el Centro Alzheimer.
¿Cómo es la atención médica de una persona con alzheimer?
La enfermedad de alzheimer fue descubierta por el neurólogo y psiquiatra alemán, Alois Alzheimer, quien la detectó en una mujer de 51 años de edad, una paciente muy joven para su época, pues en la actualidad ésta enfermedad se presenta en personas mayores de 65 años.
Oscar Hernández García, médico internista, manifiesta que aunque todavía se desconoce qué genera ésta enfermedad, el alzheimer está asociado al estilo de vida y a la edad, aunque en algunos casos se presenta en personas jóvenes.
Las personas no tienen una buena calidad de vida, que son sedentarias, con obesidad, diabetes e hipertensión, es probable que tengan una mayor predisposición al alzheimer, junto con el factor hereditario.
Señala que el especialista para poder diagnosticar esta enfermedad, generalmente realiza tomografías y resonancias para descartar que haya un tumor o un problema psiquiátrico.
El diagnóstico de alzheimer generalmente es clínico, los estudios se realizan para descartar otras patologías como tumores o neoplasias a nivel cerebral.
Asegura que no existe tratamiento, aunque se aplican algunos medicamentos que pueden retrasar su evolución, pero no curar la enfermedad.
Explica que cuando se puede hacer algo para retrasar un poco la enfermedad, es con rehabilitación, entrenamiento no solamente cognitivo mental, sino físico y de preparación.
El alzheimer se asocia a enfermedades como el parkinson, lo que conlleva a otros padecimientos como la desnutrición por la falta de apetito, depresión, trastorno del sueño, entre otros que van deteriorando la calidad de vida del paciente.
“Con la falta de movilidad los pacientes tienden a la posición fetal, cada vez están más tiempo en la cama y es más difícil sacarlos y moverlos y se les tienen que hacer ejercicios para movilizarnos para que no se les hagan úlceras o llagas”.
Uno de los problemas de salud que presenta el paciente al estar postrado en cama sin movilidad, es la neumonía por estasis, debido a que la persona acumula moco en los pulmones, que al no ser expulsados a través de la tos, estornudo o al limpiarse la nariz, puede convertirse en una neumonía.
El especialista recomienda a las personas que empiezan a presentar algún problema de memoria, que acudan a tiempo con un especialista, ya sea de medicina interna, neurólogo o un geriatra para que se realice el diagnóstico de manera integral y determinar si presenta algún problema de demencia como el alzheimer.
Señales de alerta
- Cambios de memoria que afectan la vida cotidiana
- Dificultad para planificar o resolver problemas
- Dificultad para desempeñar tareas habituales
- Desorientación de tiempo y lugar
- Dificultad para comprender imágenes visuales
- Problemas de lenguaje al hablar o al escribir
- Disminución o falta de buen juicio.
- Pérdida de iniciativa para participar en actividades sociales y del trabajo
- Cambios en el humor y personalidad
Si presenta 3 o más de estas señales se recomienda acudir al médico neurólogo, médico geriatra o al médico internista
aarp