A lo largo de sus 30 años de vida, Daniel N ha sufrido la temporada invernal de manera especial. Paciente asmático desde que tiene memoria, se prepara todo el otoño para resistir el embate de los frentes fríos y la proliferación de los virus que atacan las vías respiratorias.
Como cada temporada invernal, con un incremento de 4.5% en la incidencia de las infecciones respiratorias agudas (ira) en el primer mes de la estación, se recomienda a la población en general reforzar medidas de prevención básicas como el lavado de manos frecuente, el uso de cubrebocas en lugares cerrados y la vacunación.
Estas medidas son aún más relevantes en pacientes con asma, quienes también necesitan tener un tratamiento de control de su enfermedad, ya que virus como el de la influenza causan exacerbaciones y crisis a ocho de cada 10 niños, y a 50% de los adultos asmáticos.
En este contexto, los pacientes con asma se presentan como un grupo poblacional de alto riesgo, pues síntomas como tos, sibilancias, opresión en el pecho o dificultad para respirar “aparecen como una respuesta exagerada del propio sistema inmunológico a cosas que normalmente se encuentran en el ambiente pero que son reconocidas como dañinas y producen inflamación a nivel bronquial”, explica Said Arablin Oropeza, gerente médico de inmunología de Sanofi.
Los medicamentos comúnmente utilizados en el manejo del asma son los corticoides inhalados y broncodilatadores. Sin embargo, en los casos más graves se encuentran disponibles otros tratamientos que disminuyen la inflamación de forma específica, como “la terapia biológica con anticuerpos monoclonales, que permiten un control a largo plazo, evitan la pérdida de la función pulmonar y disminuyen el riesgo de crisis fatales”, detalla el doctor Arablin, inmunólogo pediatra.
La manera más efectiva de prevenir la influenza estacional es la vacunación. Desafortunadamente las estadísticas indican que el número de pacientes asmáticos que reciben la vacuna de la influenza apenas cercana a 30%, lo que los coloca en una situación de mayor riesgo de presentar no solo la infección, sino también de exacerbación del asma.
Por eso, desde noviembre Daniel acudió con su especialista de cabecera para tener a la mano su tratamiento de asma y se vacunó contra la influenza para crear anticuerpos en tiempo y forma (unas seis semanas antes de la entrada del invierno).
Cabe señalar que, en México, la campaña de vacunación contra influenza cubre un amplio grupo poblacional, como niños menores de cinco años, adultos mayores, mujeres embarazadas y pacientes con enfermedades crónicas.
Numeralia: 4.5% se incrementaron los casos de infecciones respiratorias agudas de noviembre a diciembre