La industria de alimentos y bebidas ha utilizado el edulcorante artificial aspartamo, hoy en debate, por más de 30 años, ya que señalan que es 200 veces más dulce que el azúcar y bajo en calorías.
Más de seis mil productos en el mundo utilizan este edulcorante, entre los que destacan. chicles, productos de pastelería, gelatinas, refrescos, mezclas para postres, pudines, postres congelados, yogures, edulcorantes de mesa y algunos productos farmacéuticos, tales como vitaminas y pastillas para la tos sin azúcar.
A mediados de mayo pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una nueva directriz sobre los edulcorantes, en la que desaconsejaba su uso para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles (ENT), así como por ser “posiblemente cancerígenos” y afirmó que “los edulcorantes sin azúcar no son factores dietéticos esenciales y carecen de valor nutricional”.
Sin embargo, información de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard, consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), sostiene que consumir aspartamo para ayudar a controlar el peso sigue siendo razonable, ya que –subrayan- al evaluar las investigaciones existentes, la OMS reclasificó al aspartamo como posiblemente causante de cáncer, pero no cambió su recomendación sobre la ingesta diaria aceptable.
Asimismo, un artículo de Scott Neuman, publicado en la National Public Radio (NPR), de Estados Unidos, menciona que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU (FDA, por sus siglas en inglés) ha referido estar al tanto de las conclusiones de la OMS, pero –destaca- eso "no significa que el aspartamo esté realmente relacionado con el cáncer".
Y agrega: “la OMS utiliza un sistema de clasificación de cuatro niveles: cancerígeno; probablemente cancerígeno; posiblemente cancerígeno, y no cancerígeno”.
También refiere que otras sustancias identificadas como “posiblemente cancerígenas” incluyen extractos de aloe vera, vegetales encurtidos tradicionales asiáticos, algunos combustibles para vehículos y ciertos productos químicos utilizados en tintorería, carpintería e imprenta.
Por su parte, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS también ha clasificado la carne roja como “probablemente cancerígena” y la carne procesada como “cancerígena”.
Respecto a los límites seguros del aspartamo, desde 1981, el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios de la OMS y la Organización para la Agricultura y la Alimentación han establecido el límite seguro de 0 a 40 mg. por kg. de peso corporal.
Y han recomendado que desde temprana edad se reduzca considerablemente el dulzor de la dieta, para prevenir enfermedades y mejorar la salud.