El cáncer de tiroides al igual que otros cánceres, es un crecimiento incontrolado de células con capacidad de extenderse hacia tejidos diferentes a donde se generó.
Miguel Agustín Madero Fernández del Castillo, Endocrinólogo y Maestro de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila unidad Torreón, explica que es importante definir el nódulo tiroideo y el cáncer de tiroides, pues ambos se expresan igual con un nódulo (bola), un crecimiento anormal dentro de la tiroides, que en su mayoría suelen ser lesiones no malignas, sin embargo alrededor del 10 por ciento de todos los nódulos en la tiroides resultan malignos.
Entre los distintos tipos de cánceres que puede hacer, el de la tiroides tiene distintas variantes, pero la más común de ellas tiene un curso relativamente lento y con una limitada capacidad de expandirse a diferencia de cánceres en otros sitios, lo que puede ser una buena noticia, aunque no deja de ser un cáncer con patologías que se tienen que atender.
El número de casos de cáncer de tiroides ha ido en aumento en las últimas décadas, lo cual manifiesta podría tener una explicación al hecho de que se detecta más debido a que se cuenta con equipos de ultrasonido que brindan una más clara de ciertas lesiones, aunque diversos estudios han tratado de dilucidar si esa es la razón por la que en la actualidad se ven más casos de cáncer, aunque existen más explicaciones al respecto.
Se argumenta que si se tiene una exposición a radiación de distintos tipos, ya sea solar, ultravioleta o radiación ionizante, puede originarse un cáncer, pues la tiroides está expuesta a diferencia de otros órganos.
“La tiroides está en el cuello, a una distancia de milímetros de la piel y esto se asume que podría tener algún papel, se han tratado de analizar otros factores como algunas toxinas en el ambiente, pero no existe alguna claridad que nos diga que es lo que ha hecho que aumente la prevalencia del cáncer de tiroides en los últimos años”.
La manifestación general del cáncer de tiroides, es una bolita que puede detectar la familia o el propio paciente quien al estarse aseando, rasurando o aplicando crema en el cuello puede notarlo.
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Cuando llega haber otras manifestaciones es porque el tumor ha crecido inconvenientemente, por ejemplo está muy cerca la tiroides, del paso de un nervio que va a las cuerdas bucales, denominado nervio laríngeo recurrente, el cual si se llega a comprimir de alguna manera puede generar disfonía, es decir, alteración en la voz, que es cuando por alguna razón se ha ubicado en ese sitio o es un tumor muy grande.
En otras ocasiones puede llegar a comprimir el esófago que también está muy relacionado y llega a presentar problemas de disfagia que es una deglución inadecuada, lo cual es raro, pero puede también suceder.
El especialista menciona que el cáncer de tiroides, es un cáncer con un curso diferente a otros tipos de cánceres que se conocen y que son agresivos.
Explica que cuando una persona se detecta un nódulo en la tiroides, debe ser supervisado y guiado por su médico de confianza para comenzar con los estudios, que en primera instancia es un ultrasonido, mismo que reitera, es sumamente útil para ver las lesiones que tienen probabilidades de ser malignas.
El nódulo está integrado por células que se han organizado, funcionan demás, ponen en reposo el resto de la tiroides y eso es extraordinariamente raro que sean malignos, si por el contrario no funcionan demás, simplemente ahí están, son nódulos que tendrían que estudiarse un poco más, cuenta un poco el tamaño pero también otras características que a través de distintos métodos es clasificarlo por ultrasonido y se le da grados.
De acuerdo a los grados que tiene, se indica o no el siguiente estudio que es hacer una biopsia, misma que señala que solamente con la palabra, la gente se imagina que es abrir y en este caso se trata de una biopsia por punción, que es una aguja delgada a través de la que se hace el estudio, teniendo el control del ultrasonido a través del cual se ve el trayecto de la aguja, se toma la muestra del sitio específico, se ve al microscopio y se diagnostica.
Aquellas personas que tengan lesiones sospechosas de ser malignas o claramente malignas por el procedimiento de biopsia, deberán someterse a cirugía, aunque también se puede encontrar que el nódulo resulte no maligno.
Alrededor del 10 por ciento de los nódulos son malignos, por lo que el 90 por ciento de las personas no requieren operación, pero tienen el seguimiento de vigilancia, a veces puede repetir la biopsia.
El endocrinólogo, manifiesta que al momento en el que se retira la tiroides, la persona tiene que recibir tratamiento, que al mismo tiempo sirve para frenar los estímulos que hacen crecer a la tiroides. Uno de los tratamientos es a través de hormonas tiroideas después de la cirugía y el otro puede ser aunque no en todos los casos, yodo radioactivo.
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