Cáncer de mama; la micropigmentación devuelve autoestima de mujeres

Karla Santiesteban es una especialista que realiza un procedimiento de reconstrucción de pezón, asimismo de ceja, labios y de manera gratuita.

Micropigmentación Avanzada de Tampico, servicio gratuito (Foto/CORTESÍA)
Cristina Gómez y Sandra Sosa.
TAMAULIPAS /

Guerreras que han derrotado al cáncer de mama, reconstruyen su pezón con un proceso de micropigmentación que les devuelve la autoestima y completa la batalla ganada, volviendo a vivir en plenitud.

Desde hace ocho años, Karla Santiesteban realiza este procedimiento a mujeres que vencieron la enfermedad y deciden emprender una reconstrucción integral que está al alcance de todas.

Y es que el sitio donde labora, Micropigmentación Avanzada de Tampico, lo realiza de forma gratuita a todas aquellas mujeres que por su condición económica necesitan ser apoyadas, solo deben acudir a calle Obregón 310 zona centro de Tampico.

“Nosotros nos dedicamos a la micropigmentación, lo hacemos en ceja, ojos, labios, todo generalmente estético y la micropigmentación reconstructiva es una gama donde lo que hacemos es reconstruir la parte de la aureola y el pezón a las personas que vienen de un padecimiento de cáncer de mama”.

Estas mujeres ya pasaron por un proceso de quimioterapia y les han hecho una prótesis para reconstruir su seno, sin embargo quedan con la secuela de no tener pezón ni aureola.

“Se hace un dibujo y se va pigmentando a manera de que parezca natural el pezón y la aureola, se toma una medida para asemejar la forma, se maquilla y queda muy real, todo se hace cuidando mucho su privacidad, son personas que no quieren ser exhibidas”.

El proceso varía dependiendo de cada persona y su tratamiento médico, como requisito deben llevar la autorización de su doctor y se utilizan pigmentos vegetales que no pongan en riesgo la salud de mujer.

“Son mujeres guerreras, luchonas, con ganas de salir adelante, que ya pasaron y se sometieron a un proceso muy largo, traen muchas ganas de vivir y reincorporarse como una persona normal”.

Una vez que ya concluyeron su tratamiento quedaron libres del cáncer, el médico les pone una prótesis y posteriormente se puede realizar la pigmentación, misma que les va a durar de un año y medio a dos años y paulatinamente se está retocando.

“Salen muy felices, inclusive en una ocasión alguien me comentó que no dejaba que su marido la viera por miedo al rechazo y quedó muy contenta con los resultados, pero el caso me impactó”.

La mayoría de las mujeres que acuden son mayores de 35 años de edad, se han atendido alrededor de cien. “Me tocó una como de 25 años solamente”.

Comenta que también apoyan a hospitales y la idea surgió cuando en el DIF Tampico les hicieron saber de esta necesidad.

“Es una satisfacción enorme ver que puedes cambiarle la vida a una persona, muchas veces sienten pena de ir a una alberca pública, al probador de una tienda, que alguien las vaya a ver, se avergüenzan”.

Otro caso que impactó a Karla Santiesteban, fue cuando una persona solicitó sus servicios debido a que tenía una malformación en aureola y pezón.

“Tenía 65 años de edad, no se había casado por pena, se le pudo estructurar y se le dio una imagen natural, no sabía que esto existía, no se había atrevido a casarse”.

La micropigmentadora llama a valorar la vida, porque a veces estamos sanos y felices pero esta condición puede cambiar de un momento a otro, nadie está exento de ello.

“De ellas he aprendido a valorar la salud, a cuidarnos, hacernos los chequeos, detectado a tiempo puede salvar vidas”, subraya Karla Santiesteban.

El negocio invita a las mujeres que vencieron al cáncer de mama a realizarse una micropigmentación para sentirse más completas y renovadas.

Vencer el cáncer es seguir en lucha  

La pérdida de la mama por cáncer es un proceso difícil; extirpar el seno es inconcebible, pero el problema no termina ahí.

María “N”, a los 45 años de edad, tras haberse realizado un estudio de mastografía, 5 días después fue su marido quien recibió una llamada telefónica y por la cara de asombro que puso cuando escuchó del otro lado de la bocina lo que le estaban diciendo, fue suficiente para darse cuenta que había sido detectada con cáncer mamario.

Ahora enfrenta un linfedema, efectos secundarios de la cirugía y las terapias de radiación para el cáncer de mama que pueden aparecer en algunas mujeres posteriormente al tratamiento, que para soportar el dolor es necesario utilizar una manga oncológica, la cual es sumamente costosa sobre todo para quienes carecen de recursos.

Afirma que esta situación es insoportable, pues tiene poca movilidad; la molestia comienza desde la axila hasta el codo, además de la inflamación que la mantiene inmóvil después de la operación, ahora tiene que comprar la manga muy cara.

“Lo que le llamamos manga tiene un valor en el mercado de entre 3 mil a 4 mil pesos, que para quienes carecemos de recursos económicos es difícil adquirirla, pero con ello se aminora el dolor que cala hasta los huesos.

Otras pacientes quedan muy bien de sus brazos, yo a pesar de que llevé los extremos cuidados y que prácticamente dejé de lado mis actividades, no quedé del todo bien”.

Mujeres con cáncer mamario y su lucha trasvencer la enfermedad (Foto/CORTESÍA)


ELGH

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