Del miedo al abuso de fármacos para la disfunción eréctil

El problema para mantener una erección firme se está presentando en hombres jóvenes, coinciden urólogos. Muchos recurren al ‘viagra’ sin necesitarlo.

El origen de este trastorno puede ser físico o psicológico, según los especialistas (Especial).
Maricarmen Rello
Guadalajara /

Percatarse de que padecen disfunción eréctil es devastador para los hombres adultos, aun activos sexualmente. Darse cuenta de que no se logra mantener una erección firme cuando se es todavía joven, exacerba lo exacerba. Hasta hace poco eran raros los casos que se registraban en menores de cuarenta años, pero hoy este trastorno comienza a verse más en jóvenes en sus treinta y hasta en algún veinteañero, coinciden urólogos aquí entrevistados, quienes añaden un problema adicional: Muchos recurren a la automedicación, sin consultar a un especialista y... sin necesitar los fármacos.

Para Saulo Camarena Romero, andrólogo y maestro del Departamento de Reproducción Humana del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara, del miedo y la vergüenza que causaba consumir medicamentos para la disfunción eréctil, la libre venta y el mercado negro, motivaron que se vendieran sin control. En su opinión fármacos como el sildenafil, que se popularizó con el nombre comercial de Viagra “no debían venderse sin receta médica”.

Con su aparición, hace veinte años, el Viagra revolucionó los tratamientos para la disfunción eréctil. El mecanismo de ésta y otras sales (vardenafilo y tadalafil) consiste en aumentar el flujo sanguíneo hacia el pene durante la estimulación sexual. Sin embargo, tiene implicaciones cardiovasculares. De hecho, el sildenafil inicialmente fue diseñado para tratar la hipertensión arterial y la angina de pecho, por lo que debe ser prescrito por un médico que valore el estado de salud y conozca la historia clínica del paciente; ya que tiene algunas contraindicaciones, por ejemplo en pacientes con infarto agudo al miocardio reciente.

El entrevistado recordó que el origen de este trastorno puede ser físico o psicológico. Generalmente en los adultos mayores de cincuenta años, el problema es físico: derivado de que los vasos sanguíneos están obstruidos, por enfermedades como la diabetes que lesiona los nervios periféricos, por trastornos cardiovasculares, obesidad o tabaquismo. Fumar estrecha los vasos sanguíneos, lo cual puede causar o empeorar la disfunción eréctil. En tanto que en hombres jóvenes tiende a ser causado por motivos psicológicos, alto nivel de estrés, fatiga mental, temor al mal desempeño, entre otros factores que se combinan “y que no requieren de un tratamiento farmacológico para revertirlos”, insiste.

El uso de ciertos fármacos (algunos antidepresivos) provoca esta disfunción. Lo mismo que el abuso del alcohol y drogas ilegales como metanfetaminas, cocaína u ciertos opiáceos también pueden producir disfunción eréctil. Esto ha llevado a que sus consumidores, recurran al Viagra para contrarrestar el efecto que les provocan estas sustancias estimulantes, sin darse cuenta que es una mezcla peligrosa, indicó Camarena. Problemas cardiacos y falla renal se cuentan entre las posibles consecuencias.

Por su parte, el coordinador de la Clínica del Varón de la Secretaría de Salud Jalisco, Ramón Barajas Morfín, señaló que el Viagra se volvió muy popular, por la falsa creencia de que mejora el desempeño sexual. Es por ello que “creyendo tendrán erecciones más duraderas, muchos jóvenes que no tienen disfunción eréctil consumen estos medicamentos”. El urólogo ha atendido cinco casos el último año y comparte que hay jóvenes que buscaban desde un efecto afrodisíaco para aumentar la libido, verse ‘más dotados’, tener la erección más tiempo hasta recuperarse pronto para poder mantener más encuentros sexuales.

Coincide que no hay suficientes estudios sobre los efectos del fármaco entre quienes no sufren disfunción eréctil, pero ha evidenciado dependencia psicológica y una enorme presión por el desempeño, que los lleva a más temor y al cabo, por tener problemas de erección, por lo que recomienda evitar su consumo.

Tratamiento

Hoy día, existen alternativas para tratar la disfunción eréctil. El doctor Saulo Camarena recomienda en principio acudir con un especialista en urología, y si es andrólogo mejor, quien hará la evaluación del trastorno, que es más común a medida que se envejece y que puede ser indicativo de otras enfermedades. De factores como la edad y el origen dependerá su tratamiento, que sí es reversible en la mayoría de los casos.

El uso de fármacos orales es una de las primeras alternativas, muy eficaz, cuando el problema es físico. Basta tomar la pastilla azul (Viagra u otra sustancia) previo a un encuentro sexual aunado a un estilo de vida que implica perder peso, dejar de fumar, no consumir drogas ilícitas y hacer más actividad física.

Es importante mejorar el control de la diabetes y mantener el nivel adecuado de azúcar en sangre y vigilar el consumo de fármacos que pueden estar interfiriendo; además es necesaria la atención psicológica para resolver la ansiedad y el estrés, que pueden empeorar la disfunción eréctil, y superar el golpe a la autoestima. Éste suele generar problemas en la relación de pareja, al no saber cómo afrontar el trastorno.

El andrólogo Saulo Camarena apuntó que hay otros tratamientos, que van desde inyecciones en la base o en un costado del pene (también aumentan el flujo sanguíneo), la bomba de vacío (un dispositivo para llevar sangre al pene y crear una erección) y el implante quirúrgico peniano. Lo importante es dar el primer paso, olvidarse de los miedos y acudir al especialista, con todas las dudas. Eso a cambio de recuperar la actividad sexual coital.

Claves

Disfunción eréctil

La disfunción eréctil es la dificultad para lograr o mantener una erección lo suficientemente firme para sostener una relación sexual.

Este trastorno es más común a medida que se envejece: lo padecen 10% de los varones a los 40 años de edad y hasta el 50% al llegar a los 70 años de edad.

Puede derivarse de enfermedades como la diabetes, la presión arterial alta y otros padecimientos cardíacos.

La dificultad para mantener una erección puede anticipar el diagnóstico de diabetes.

Para la atención

Informar al médico lo que está ocurriendo.

Si tiene diabetes mantener bajo control los niveles de azúcar en sangre.

Atender otros problemas de salud.

Verificar si los medicamentos que consume no favorecen el trastorno.

Buscar asesoramiento psicológico para manejar el estrés, la ansiedad y los problemas de autoestima y de pareja.

Deja de fumar. Estrecha los vasos sanguíneos, lo cual puede causar o empeorar la disfunción eréctil.

Combatir el sobrepeso.

Realizar actividad física diaria. Reduce el estrés, contribuye a bajar de peso y aumenta el flujo sanguíneo.

Limitar el consumo de alcohol.

Llevar el tratamiento indicado por el especialista médico y bajo prescripción.

Fuente: Mayo Clinic

SRN

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