Entorno socioeconómico, factor que origina la conducta violenta: especialista

El jefe de Neurofisiología del Instituto Nacional de Psiquiatría "Juan Ramón de la Fuente" señala que la violencia repercute más intensamente en el individuo cuando hay un mayor índice de pobreza.

El especialista señala que el aspecto económico y cultural incide directamente en la conducta violenta de la persona. | Rolando Riestra
Luis Carlos Valdés
Torreón, Coahuila /

De acuerdo al INEGI, de enero a diciembre de 2023, en México se registraron, de manera preliminar, 31 mil 062 homicidios. A nivel nacional, la tasa fue de 24.0 homicidios por cada 100 mil habitantes. 

El principal medio que se utilizó para provocar los homicidios fue el disparo de armas de fuego, con 70.0 por ciento. Siguieron el uso de arma blanca, con 9.5 % y ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación, con 7.0 por ciento. Pero, ¿qué determina la conducta violenta en las personas que les lleva a este nivel de violencia?

Entrevistado por MILENIO Laguna en su visita a Torreón, Eduardo Calixto González, jefe de Neurofisiología del Instituto Nacional de Psiquiatría “Juan Ramón de la Fuente”, refiere las variables que son determinantes para generar la conducta violenta en la persona, en donde factores biológicos, psicológicos y sociales son determinantes en la génesis de la violencia en el individuo.

¿Es factible que la conducta violenta pueda ser heredada a través de la genética?

Difícilmente. No diría que sea un factor determinante, sin embargo, puede estar contribuyendo en algunos aspectos, pero si lo viéramos en una gráfica en un análisis estadístico, la herencia no contribuye más allá de 10%. En términos generales, enzimas, sustancias neuroquímicas, pero lo que sí contribuye esté determinado este ciclo contra lo social y violento. Cómo contribuye su entorno, aspectos de aprendizaje, el cambio de cómo se habla, el impacto directo sobre golpes, la violencia, la generación de daños directamente a la persona, esto contribuye a un proceso violento, de génesis de violencia.

¿Qué tan determinante son las condiciones socioeconómicas para incentivar una conducta violenta?

Contribuye también. El aspecto económico y cultural incide directamente. A un mayor índice de pobreza, la violencia repercute más intensamente. Si se analiza desde nuestra especie, que son los mamíferos, hay que reconocer que la gran mayoría de nosotros genera condiciones de aprendizajes para buscar lo óptimo. Cuando nos hacen competir por lo que consideramos un derecho, aparece la violencia. Cuando se nos quitan privilegios, aparece la violencia. Entonces si juntamos estas variables, con un índice protéico bajo, induce un bajo aprendizaje y esto incide sobre no aprender algunos elementos que en alguna etapa deben ser considerados. Por lo que la presencia de proteínas en una etapa crítica de la formación del cerebro y la reorganización, sí induce a la conducta violenta.

¿Qué provoca que no se alcance el nivel adecuado?

La alimentación, el fenómeno de alteración prefrontal. Cuando una persona tiene esta condición, se presentan trastornos de la personalidad como los procesos que les llamamos -sin poca corteza prefrontal-, y que disfrutan haciendo lo que hacen; es decir, estos trastornos oscilan en los individuos que son asesinos seriales, victimarios constantes, las personas a las que ya no les importa si han matado uno o dos personas. La aparición de los psicópatas como tal, que son individuos organizados, que son capaces de mediar paso por paso y que hacen que sucedan cosas sin que ellos estén presentes. Un psicópata no necesariamente es una persona inteligente sino que es más organizado, es más analítico. Mientras que un sociópata está desorganizado, responde de manera desproporcionada a ciertos estímulos.

¿Habría algún ejemplo que marque la diferencia entre un psicópata y un sociópata?

Yo lo narro de una manera muy simple: Batman es un psicópata y el Guasón es un sociópata; estas personalidades están asociadas y esta interacción nos tiene muy impactados. La violencia es un trastorno que comienza en la infancia.

¿Es factible que la persona se autodiagnostique y procure atención especializada?

Es algo complicado, porque la persona violenta no se ve violenta a sí misma. La alexitimia, es la incapacidad de reconocer la emoción que tiene. Pero 1.5% de la población en el mundo tiene alexitimia; es el trastorno de no reconocer si estoy feliz, contento, molesto. La persona enojada no se ve enojada, aunque alce la voz y su tono suene molesto o enojado. “Así hablo”, “así soy y si quieres”, se justifican algunos. La alexitimia es un fenómeno originado entre los siete y catorce años que, de adultos no lo vemos, pero los demás sí.

Ante esta situación ¿qué es lo que tendríamos que hacer?

Nos convendría tener un espacio en donde reconociéramos más nuestras debilidades. Es aquí cuando entra el entorno y los profesionales. Si hay quien dice que la persona tiene un problema y puede dar una opción para mejorar, esto ayudaría mucho; pero esto sucede solo en 30% de los casos. Es decir que de diez personas, siete prefieren tener su alexitimia, aun sabiendo que tienen la enfermedad. Tenemos un factor de convivencia en violencia que se está trascendiendo a la siguiente generación, y este es el gran problema que tenemos como sociedad, como país. Por lo que las comunidades más violentas están en condiciones de generar más violencia en los siguientes 15 a 20 años.

¿Hay tratamientos que permitan controlar o remediar este comportamiento?

Si lo hay, es psicológico y psiquiátrico, tanto para psicopatías y trastornos, sí existen. Hoy es posible adecuarlos y manejarlos. Habrá casos en donde nos cueste más trabajo, que requiera el trabajo del médico, psicólogo, psiquiátrico en la misma proporción y la generación de un seguimiento terapéutico que sí puede ayudar. Hoy tenemos futuro y esperanza. No es que el violento tenga que ser violento. Los mismos eventos que hemos visto en paralelo al evento de la sociedad nos han dado la razón. Hoy tenemos un problema en la NFL que se llama Encefalopatía Traumática Crónica, donde un jugador de la NFL de la línea ofensiva, recibe en promedio de 11 mil a 12 mil golpes en toda su carrera como jugador profesional.

¿La tecnología de los casos ha cambiado?

Ahora. Pero yo hablo de lo que pasó en la década de los setentas y ochentas. Y tenemos casos espantosos en donde ha habido asesinos seriales, en donde estos jugadores marcan un antes y un después en su comportamiento desde que son jugadores. Y es ahí donde pensamos que si no tenemos la prefrontal somos más violentos. Podemos ser las personas más tranquilas, pero si en un momento dado es demasiado el proceso emotivo y liberamos gran cantidad de dopamina, haya un descontrol total ante la falta de la corteza prefrontal.

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