Especialistas coincidieron en que los sistema alimentarios actuales, centrados en la fabricación de productos ultra procesados y sin valor nutricional, sólo contribuyen a incrementar las enfermedad crónicas y, por ello resulta esencial la formación de una red latinoamericana contra los alimentos chatarra.
En la presentación de la Red Latinoamericana de Estados para la Transformación de los Sistemas Alimentarios y una Mejor Nutrición, integrada en alianza con 16 naciones de Latinoamérica, José Moya Medina, representante de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en México, detalló que la industria “no está cumpliendo su propósito fundamental de proporcionar alimentos saludables para todas las personas.
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“En cambio, están contribuyendo a la enfermedad, la degradación ambiental y la desigualdad", alertó.
Por ello, en México como en diversos países de la región predomina la obesidad, la desnutrición, el déficit de micro nutrientes, las enfermedades y, por supuesto, una inseguridad alimentaria.
“Necesitamos transformar los sistemas alimentarios especialmente cuando se orientan hacia el lucro y la productividad, creando un ciclo vicioso de enfermedad que afecta principalmente a los más vulnerables".
La inseguridad alimentaria afecta a 248 millones, datos del 2022. Además, en América Latina la tasa de sobrepeso y obesidad en los últimos 52 años se triplicó, afectando al 62 por ciento de la población, la prevalencia mas alta en el mundo.
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Ruy López Ridaura, puntualizó que se llevarán a cabo acciones coordinadas para el control de productos comestibles ultra procesados y estrategias para articular cadenas agroalimentarias que inicien en la producción agroecológica, así como medidas de prevención y control de la mala nutrición por todas sus causas.
Entre las naciones que participan en la red destacan Chile, República Dominicana, Barbados, Colombia, Argentina, El Salvador, Guatemala, Ecuador, Brasil, Perú, Belice y Panamá.
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud puntualizó que las políticas públicas deben estar dirigidas a la transformación del sistema alimentario en un marco regulatorio regional contundente, que sea justo, saludable y sustentable.
Los productos ultra procesados son uno de los principales focos de la epidemia de obesidad y doble carga de enfermedad, deficiencia de micro nutrimentos y desnutrición.
El director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Simón Barquera Cervera, señaló que con esta red Latinoamérica pasó de ser una región pasiva, a una que aplica políticas de alimentación como son los impuestos a los refrescos y el etiquetado de advertencia que está en vigor en cinco países de la región.
La titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF), Nuria Fernández Espresate, resaltó la importancia de los pueblos originarios y sus tradiciones en el cambio hacia sistemas alimentarios sostenibles como el 'plato del buen comer' y la 'dieta de la milpa'.
En México, añadió, hay 200 mil comunidades de menos de cinco mil habitantes, y muchas naciones de América se encuentran en situaciones similares. En estas áreas, los niños tienen al centro escolar como la única posibilidad de recibir una comida completa, por esto es importante fortalecer la mejor nutrición.
La oficial principal de Políticas de Seguridad Alimentaria y Nutrición de la FAO para América Latina y el Caribe, Daniela Godoy Gabler, indicó que entre las tareas de la red está la revisión de guías alimentarias, programas de alimentación y nutrición en las escuelas y la protección y promoción de la lactancia materna.
Detalló que es fundamental atender la mala nutrición como la deficiencia de micronutrientes, de manera particular, durante los primeros mil días, pero también en la población adolescente y los adultos mayores.
La conformación de la red tiene el apoyo de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
IOG