Especialistas del Instituto Nacional de Pediatría (INP) elaboran el protocolo de oncofertilidad dirigido a preservar la fertilidad en adolescentes sometidos a terapias radicales de cáncer que pudiesen causar esterilidad o imposibilitados para concebir en la vida adulta.
El proyecto forma parte de la Clínica de Supervivientes del Cáncer del INP y a través del Modelo de Atención Integral del Paciente Oncológico (Maipo) “es posible garantizar los derechos reproductivos a pacientes adolescentes que padecen cáncer”.
El investigador en Ciencias Médicas en el INP, Francisco Javier Jiménez Trejo, explicó que los tratamientos de quimio y radioterapia alteran las células troncales gonadales o células madre, como las espermatogonias en hombres, y ovogonias en mujeres, lo que podría causar infertilidad o incluso esterilidad.
El impulsor del proyecto explicó que la oncofertilidad es una reciente rama de las ciencias médicas; se ha implementado en otros países para disminuir o eliminar efectos colaterales a través de la crioconservación y criopreservación de los órganos sexuales de ambos sexos (a nivel testicular y espermático en varones, y ovarios y óvulos en niñas y adolescentes), debido al efecto, algunas veces irreversible, de la radio y quimioterapia.
Con la oncofertilidad, se aplican técnicas para criocongelar tejido ovárico y testicular para crioconservación y posterior reimplantación al supervivir y ser declarado el paciente libre de cáncer, así como los óvulos y espermatozoides para que sean utilizados en técnicas de reproducción asistida (por ejemplo, fertilización in vitro); para que, en caso de que la persona lo decida, pueda concebir.
La familia del paciente juega un importante papel en la toma de decisiones informadas.
Los adolescentes candidatos al procedimiento de oncofertilidad deben estar de acuerdo con recibir el tratamiento, tener la autorización de sus padres o personas responsables de su cuidado y haber sido diagnosticados con cáncer, o recibido terapias radicales causantes de infertilidad como tratamiento.
Este nuevo servicio integral, que está en proyecto, estará compuesto por personal de oncología, nutrición, endocrinología, estomatología, psicología, psiquiatría, servicio social e investigadores en biología de la reproducción, entre otros profesionales de la salud.
Sobre la Clínica de Supervivientes del Cáncer, la directora de esta unidad, Rocío Cárdenas Cardos, dio a conocer que fue creada hace dos años; atiende 400 pacientes y cada semana acuden en promedio ocho, quienes se encuentran en remisión, para vigilar su adecuada evolución.
“Para considerar que un paciente es superviviente, tienen que pasar cinco años sin recaídas, después de haber concluido su tratamiento”.
Esta unidad opera con un enfoque multidisciplinario
La directora informó que este enfoque es para prevenir posibles secuelas derivadas del tratamiento oncológico, como depresión, problemas cardíacos, endocrinológicos, de crecimiento, neurológicos y psicológicos, entre otros.
Cárdenas Cardos subrayó que el servicio de oncofertilidad fusionado con la Clínica de Supervivientes de Cáncer representa un paso importante en la atención a las personas con neoplasias, debido a que la pérdida de la fertilidad es uno de los principales problemas que enfrentan por los tratamientos que deben recibir para el cáncer.
“Gracias a los protocolos actuales, superviven más pacientes infantiles y juveniles, por lo que es fundamental implementar este tipo de proyectos en un instituto tan importante como lo es Pediatría y replicar este modelo a lo largo del país.”
Resaltó la coordinación interinstitucional que mantiene el INP, en el caso de personas que cumplieron la mayoría de edad y por tanto fueron remitidas a otras instituciones, con el objetivo de que continúen con sus tratamientos o vigilancia por remisión y seguimiento de fertilidad.
Actualmente, el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) también cuenta con un grupo de pacientes llamado Comunidad de Supervivientes de Cáncer para personas mayores de 18 años y un programa llamado Mamá en Movimiento, que ha ido incrementando su intervención con pacientes de ambos sexos.
ST