Noviembre, conocido como el mes Azul o Movember, mes de los bigotes solidarios y el moño azul, se ha designado para promover la concientización sobre la salud del hombre, centrándose principalmente en el cáncer de próstata. Al igual que en octubre, en que las instituciones de salud públicas y privadas realizan diversas actividades para la prevención del cáncer de mama en la mujer, el mes de noviembre se dedica exclusivamente a la salud de los hombres.
Felipe de Jesús Tavares García, Cirujano Urólogo y Urólogo Oncólogo, manifiesta que las principales enfermedades de la próstata, son la hiperplasia prostática o crecimiento benigno de la próstata, lo que significa que con la edad la próstata crece de tamaño y dificulta el flujo de la orina, es cuando el hombre empieza a tener dificultad para orinar.
“El problema no es que crezca, el problema es que cuando crece estorba el flujo de la orina y los señores sienten que cuando orinan el chorro es débil, es delgado, es corto, es intermitente, orinan un chorrito, no orinan continuo, van a orinar muy seguido, se levantan mucho a orinar en la noche y así progresivamente hasta que un día por más que puja y hace esfuerzo para orinar ya no puede y tiene que ir a urgencias para que le pongan una sonda”.
El tratamiento va dependiendo de la severidad de los síntomas, por lo que puede atenderse con medicamento o hasta una cirugía que consiste en cortar la parte de la próstata que estorba el flujo de la orina.
La otra gran enfermedad de la próstata, es el cáncer de la próstata que a diferencia de la hiperplasia o próstata crecida que es muy sintomática, el cáncer de próstata no da síntomas en etapa inicial ni en etapa intermedia.
Antígeno prostático
Antes de 1985, la única manera de detectar cáncer de próstata era haciendo tacto rectal a los pacientes, en aquellos años la Organización Mundial de la Salud indicaba hacer una vez por año el estudio a partir de los 45 años.
Después de 1985 la detección se puede hacer a través de un estudio y una prueba de laboratorio llamada antígeno prostático, que es una proteína que se produce en la próstata.
“El único lugar del cuerpo en donde se produce es en la próstata y se puede medir en sangre. El antígeno prostático es muy alto en el semen, pero en la sangre su valor es muy bajo y muy constante”.
El especialista manifiesta que el antígeno no diagnostica cáncer, pero sirve para encontrar pacientes que puedan tenerlo, si el antígeno prostático está en rango normal es muy seguro decir que ese hombre no tiene cáncer de próstata.
Los pacientes son considerados en 3 grupos según la prueba: antígeno normal, antígeno en zona gris y antígeno patológico. El antígeno se mide en nanogramos, por lo que si el resultado es menor de 4 es normal y en ese momento no hay sospecha de cáncer de próstata.
Si el antígeno sale mayor de 4 pero menor de 10, se llama zona gris, que quiere decir que no hay claridad de porqué está alto, pero hay muchas posibilidades de cáncer, aunque se tienen las herramientas para determinar si el rango es por algo inflamatorio o por un tumor.
“En ese rango hay muchas cosas que pueden elevar el antígeno, eyacular eleva el antígeno, algunas bebidas alcohólicas, una infección en la orina, una próstata muy grande produce más antígeno que una próstata más chica, por cada gramo de próstata, se producen 15 nanogramos de antígeno”.
Cuando el antígeno prostático es mayor de 10 se considera patológico, es decir ya hay mayor sospecha, sin embargo, una prostatitis aguda severa, una próstata muy grande, un hombre que trae sonda para orinar, pueden elevar el antígeno y no por cáncer.
Al detectar a un paciente con antígeno muy alto, se recomienda hacer aparte de la prueba de laboratorio y un tacto rectal y en caso de que los dos estén sospechosos, el paciente es candidato a una biopsia de próstata. La recomendación es que a partir de los 45 años el hombre acuda a consulta para asesoría, pues entre los 45 y los 60 años es raro que se presenten problemas, sin embargo es cuando empiezan los cambios que van a desencadenar problemas después de los 60 años.
CALE