El pasado 30 de agosto, alumnos y maestros regresaron a clases presenciales en Tamaulipas, bajo todos los protocolos marcados por las autoridades sanitarias para evitar contagios de covid-19, sin embargo una maestra cuenta que en la primera semana se contagió, además relata cómo cambiaron las clases y la dinámica de convivencia entre los alumnos, por lo que a su parecer no hay condiciones ni de infraestructura ni de salud para esta modalidad de trabajo.
La maestra da clases en una de las escuelas ubicadas en municipios de Tamaulipas que están en Fase 1, es decir donde el semáforo epidemiológico si tiene permitida esta actividad de forma presencial.
Hace unos días, en su cuenta de Facebook publicó un texto donde relata cómo se ha vivido este regreso presencial a las aulas desde lo que a ella le ha tocado vivir con sus alumnos.
Se acabaron las risas, los trabajos en equipo y el recreo
Afirma que en los rostros se puede apreciar la preocupación de adultos y la confusión de alumnos, al ver que todos usamos caretas, guantes, desinfectantes y cubrebocas.
“Los pasillos se encuentran en su totalidad vacíos, ausentes de gritos, pláticas, alumnos, maestros, personal del plantel, que a decir verdad eran precisamente ellos quienes daban vida a esos espacios de la escuela”.
Añade que en los salones de clase predomina un constante sonido que protagoniza el rociador desinfectante, ya que en todo momento hay que limpiar el área de trabajo.
“Se acabaron las risas, los juegos, el compañerismo, los trabajos en equipo, las actividades recreativas, la manipulación de materiales didácticos, el ir y venir al escritorio y el poder ser solidario con tu compañero que se le olvidó el lápiz, el sacapuntas o el borrador”.
Sobre el tan esperado recreo comenta que sólo quedó en recuerdos, pues ahora tiene que omitirse para evitar contactos físicos entre alumnos.
“Los juegos quedaron atrás porque están prohibidos entre los alumnos, sobre todo si estos implican grupos de más de tres”.
Si alguien da positivo, el resto de la escuela está en riesgo
Cuenta que desde el primer día de clases empezó con la mejor actitud y siempre cuidándose, pues usó doble cubrebocas, careta, desinfectantes y demás; pero acepta que tenía miedo por ella y por la salud de los alumnos.
“Aquí estamos haciéndole frente a la situación, con temor, sí con mucho temor, ¿por qué?, porque tenemos la grandísima responsabilidad de, además de impartir clases, cuidar a sus hijos, nietos, hermanos, sobrinos, de un posible contagio”.
Y a pesar de que siguió todas las medidas sanitarias, el covid-19 la alcanzó. Se encuentra estable y trabajando desde casa de forma virtual con sus alumnos.
“A solo una semana de haber retomado las clases presenciales con mis alumnos ya soy positiva covid, que aclaro, no es un hecho que me contagie en la escuela, pero sí es un hecho que puse en peligro la salud de toda la comunidad escolar, y eso es preocupante”.
- Te recomendamos Después de 33 días intubada por covid, se recupera en el Torre Cantú Ciencia y Salud
Ante esta situación, afirma que aún no hay condiciones para regresar a clases pues el covid-19 sigue presente y no se puede saber dónde se contagian.
“Mi opinión como maestra que ya se encuentra trabajando de manera presencial, es que no estamos en las condiciones ni de infraestructura, ni económicas, ni de salud como para llevar esta modalidad de trabajo, el tiempo es reducido (para evitar contagios), no tenemos recreo (para evitar contagios) y si alguien sale contagiado todo el resto de la escuela está en riesgo de poder estarlo”.
EAS