¿Qué significa el ayuno en la Cuaresma?

El ayuno no consiste solamente en abstenerse de tomar algún alimento, sino de solidarizarse con las necesidades de los más pobres.

Ayuno en cuaresma. | Mauricio Román
Lili Figueroa
Torreón, Coahuila /

La Cuaresma es un periodo de 46 días, desde el Miércoles de Ceniza hasta la víspera del domingo de Resurrección, y para la iglesia católica, es el tiempo litúrgico de preparación para la Pascua, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Dicho ayuno se ha practicado desde el siglo IV de forma regular, como una forma de ayudar a la oración y para purificar nuestro cuerpo, y así disponernos mejor para la escucha de nuestra oración con Dios.

El sacerdote Alberto Torres Frausto, párroco de la Parroquia de la Resurrección del Señor, en Concordia, Coahuila, habló en entrevista para MILENIO acerca del ayuno en estos días santos.

"La Cuaresma empieza con el ayuno y la abstinencia, que es la privación voluntaria de comida durante algún tiempo, por motivo religioso como acto de culto ante Dios, el ayuno son dos dos días, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo", explicó el padre.

Por lo tanto, el ayuno es una forma de abstenerse de alimentos corporales y una forma más de penitencia y de oración, ya que Jesucristo realizó esta práctica en momentos importantes, especialmente cuando se disponía a hacer oración.

En el Evangelio, Jesús brinda algunas 'pistas' de cómo vivir el ayuno y su verdadero sentido. Por ejemplo, en la lectura de (Mateo 6, 1-6.16-18), nos habla sobre cuál es la forma adecuada de vivirlo, diciendo: "Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan."

Por otra parte, el presbítero agregó, "el ayuno no consiste solamente en abstenerse de tomar algún alimento, sino de solidarizarse con las necesidades de los más pobres y los más desprotegidos y más en este tiempo el Papa Francisco nos invita a que, tanto el Miércoles de Ceniza, como el Viernes Santo, ayunemos pidiéndole a Dios que se detengan todos los conflictos bélicos en Ucrania".

El ayuno es una tradición de la fe cristiana, que consiste en ingerir una sola comida fuerte en el día, como una forma de penitencia, que tiene por objetivo la reconversión espiritual y alejarnos del consumismo.

Este sacrificio que hacen los creyentes, debe considerar como comida completa o plato fuerte, alimentos que sean fuente de proteínas, almidones y vegetales.

Al cuestionarle al padre Alberto, a quiénes obliga el ayuno, respondió, "a personas de 18 años en adelante, hasta los 59, de los 60 en delante no se les obliga porque algunas personas mayores tienen que tomar medicamento y tienen que desayunar algo para que no les caiga mal su tratamiento".

Agregó que otras personas con alguna condición particular de salud, principalmente si son diabéticos, no son obligadas a ayunar porque pueden sufrir una mayor descompensación.

Tampoco deben hacerlo los niños, adolescentes, mujeres embarazadas o que están dando de lactar, porque se estarían comprometiendo sus reservas de energía y nutrientes.

Al pedir a las personas que consuman pescados y no carne, se hace referencia a que “coman del lado de los pobres y los desprotegidos”.

Otra explicación para no comer carne, es por hacer un sacrificio de penitencia, controlando a la voluntad para evitar un alimento que es apetitoso, ya que si no puedes decirle que no a unos tacos, no vas a poder decirle que no a tentaciones más fuertes, así que la vigilia sirve para hacer que nuestra voluntad actúe para nuestro bien.

"Lo cierto es que la cosa no es solamente no comer carne, sino es privarse de la manera personal para ser compartido y solidario con el que menos tiene, ante los ojos de Dios y ante los ojos de este mundo", señaló el sacerdote.

En sí el ayuno y la abstinencia es una obligación de la Iglesia Católica para todas aquellas personas que quieran voluntariamente seguir a Cristo. En términos teóricos es muy sencillo: el ayuno significa renunciar a la comida, y la abstinencia renunciar a comer carne.

Para finalizar el padre Torres Frausto cerró la entrevista con una opinión personal, "el ayuno nos debe de ayudar a hacer un alto en el camino y encontrarnos a solas con Dios, y ver qué tanto estoy haciendo el proyecto del Padre en mi vida y de esa manera, haciendo ese alto, iniciar un camino de conversión a Dios y con mi testimonio y mis obras, invitar a otros a que también se conviertan a Dios en sus vidas".

CALE

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.