La masturbación es una de las prácticas sexuales más comunes debido a su naturaleza, ya sea en la intimidad o con tu pareja; sin embargo, existen muchos tabúes y mitos entorno a ella, siendo la más típica la de la frecuencia. Algunos consideran que hacerlo de forma diaria está mal, llegando a catalogarlo como una acción que se debe evitar.
Por otra parte, existen aquellos que aseguran que la masturbación produce beneficios; a continuación te aclaramos la incógnita.
¿Masturbarse todos los día es malo?
La respuesta es no, de hecho, de acuerdo con expertos, esta práctica es resultado de una conducta natural que permite conocer tu cuerpo y sus límites sexuales, así como la respuesta ante determinados estímulos. En pocas palabras, la masturbación trae beneficios.
Diversos estudios han demostrado que tanto la masturbación masculina como la femenina ofrecen una serie de beneficios que mejoran la salud y vida sexual.
- Te permite conocerte a ti mismo, no solo en lo corporal, también en lo mental. Con ella puedes explorar tus fantasías y ser consciente de ti mismo en el ámbito sexual.
- Tiene un beneficio relajante, tanto físico como emocional, ayudante a descargar tensiones a través de la liberación de endorfina mediante el orgasmo. La endorfina son hormonas bloqueadoras del dolor que producen placer o sensación de agrado.
- Permite conocer a detalle tus zonas erógenas y puntos de mayor placer, así como las prácticas que lo generen.
- Es benéfica a la hora de desarrollar un mejor control eyaculatorio.
- Ejercita la función eréctil debido a que se produce mayor oxigenación en los tejidos.
¿Qué provoca en tu cuerpo la masturbación?
Ahora, con respecto a lo que genera en tu cuerpo:
- En el caso de las mujeres o personas menstruantes, alivia malestares derivados de dicho proceso y la tensión muscular.
- Fortalece el tono muscular de la zona pélvica y anal
- Mejora la autoestima y la imagen corporal.
¿Cuándo se convierte en algo malo?
Aunque como detallamos arriba, la masturbación en una práctica común, existe el riego de que esta se convierta en adicción. Misma que debe ser tratada por une especialista en sexología y psicología. Los signos que evidencian una adicción hacia esta práctica sexual son:
- La necesidad de masturbarte al grado de interferir con el desarrollo de tu vida cotidiana.
- La necesidad de masturbarte en contextos inapropiados, es decir, en lugares públicos, el trabajo, la escuela o entornos no destinados para la actividad.
- Imposibilidad de pasar un tiempo prolongado sin masturbarte.
- Aparición de lesiones en la zona genital como inflamación o irritación derivado de la constante manipulación de los órganos, además de incomodidad y molestia en manos y muñecas.
FM