Ignacio Villalobos Cisneros es un sobreviviente del cáncer. A sus 35 años de edad, enfrentó la lucha contra la enfermedad mientras él y su esposa esperaban el nacimiento de su hija.
Un tumor en el cuello llevó a los médicos a desahuciarlo, pero un milagro lo hizo ganar la batalla, y hoy, recuperado, hace su vida normal, rodeado del cariño de su familia y amigos.
Todo comienza en marzo de 2016, cuando frente al espejo ve en su cuello una protuberancia, un ganglio muy inflamado lo hace ir al hospital a realizarse una biopsia. El resultado: “Sarcoma maligno mortal, con una posibilidad de 1% de vida”. Una sentencia de muerte.
Un abismo se abrió sobre sus pies. Pensó en su esposa y en su bebé. Vinieron quimioterapias y radiaciones que lo dejaban agotado, pero con la fuerza suficiente para pedir a Dios que le permitiera vivir para ver nacer a su bebé.
El tumor mutó y un médico le dijo que su muerte era inevitable. Lo desahució. El tratamiento empezó a hacer estragos, perdió peso y cabello, su tez se oscureció y deshidrató. Comenzaba a perder la fe, creyó que Dios lo había abandonado y no quería saber de nadie.
En esos momentos de angustia, recordó un versículo de la Biblia que dice “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios; siempre te ayudaré”.
Vio a su hija nacer y participó en una carrera
Recuperó la fe y luchó. Vino luego el nacimiento de su hija en septiembre de 2016; agradeció a Dios por vivir ese momento y le dijo ya estaba en paz para aceptar la muerte. Hasta corrió una carrera de 5 kilómetros organizada por la Alianza contra el Cáncer de Mama.
A su regreso a la Ciudad de México para seguir su tratamiento, una doctora le dice sorprendida que el tumor había desaparecido, que su Dios lo estaba sanando. El milagro se había manifestado. En 2018 tocó la campana y pasó a la etapa de vigilancia y control.
Poco a poco recuperó su peso y su vida. Regresó a trabajar y hoy es catedrático y continúa preparándose académicamente, haciendo ejercicio y participando en carreras atléticas.
Pide no perder la fe
Agradecido con Dios por volver a nacer. Después de la bendición de sonar la campana, hoy llama a los pacientes a no perder la fe, pero también hace ver la importancia de no descuidar el tratamiento a pesar del covid.
“Hoy en el Día Mundial contra el Cáncer quiero animar a las personas que padecen esta enfermedad, un servidor es sobreviviente de un sarcoma maligno y gracias a Dios tuve la oportunidad de salir adelante, estoy completamente sano”.
Pide a quienes padecen actualmente la enfermedad no dejar de confiar en el Creador, porque él tiene la última palabra por más drástico que sea el diagnóstico.
Envía un mensaje especial a las personas que se dedican a tratar a los pacientes oncológicos y a las instituciones de salud en el marco de la pandemia: “No mengüen la atención; son tratamientos oportunos, puntuales, que se deben dar en su momento”.
EAS