Rubí y Jaime, el matrimonio tamaulipeco que combate al covid-19 en Operación Chapultepec

Son enfermeros, tienen cuatro de casados y tomaron la decisión de ir juntos a Tijuana para tratar de salvar vidas en medio de la pandemia.

Rubí y Jaime, el matrimonio tamaulipeco que combate al covid-19 en Operación Chapultepec. (Cortesía)
Jesús García
Tampico /

Son trabajadores de la salud originarios de Tamaulipas, van para cuatro años de matrimonio y decidieron formar parte de la “Operación Chapultepec” para tratar de salvar vidas en medio de la pandemia. Es el caso de Rubí y Jaime, ambos enfermeros generales, que no se sienten como superhéroes, como les dice la gente, porque ellos en realidad están en riesgo.

Rubí Pérez Calles y Jaime Gabriel Zamarrón, ambos enfermeros generales en el Hospital General 6 del IMSS en Ciudad Madero, tomaron la decisión de juntos atender la convocatoria de la Operación Chapultepec y ponerse a disposición de las autoridades sanitarias.

“Habíamos querido participar en la primera convocatoria en abril y mayo, pero no estaban tan estructurados los protocolos. En el segundo llamado nos apuntamos, creíamos que íbamos a la Ciudad de México”, comentó Jaime, pero fueron canalizados al Hospital Regional 1 de Tijuana.

El reto es grande, aseguran los especialistas en enfermería originarios de la zona sur de Tamaulipas, pero no titubearon al tener una oportunidad histórica de trascender en medio de la pandemia, pero ante todo, de servir a la población en una zona de verdadero conflicto de salud pública.

Dan su servicio en el Hospital Regional 1 de Tijuna. (Cortesía)

Rubí expresa que la ciudadanía debe ser más empática con quienes le hacen frente a la pandemia, a quienes la miran a los ojos y siguen luchando, porque en Tijuana “cada piso del hospital es para 80 camas y, por ejemplo, el primer piso que es para pacientes graves ya está lleno”.

Con casi cuatro años de matrimonio y dos de novios, los trabajadores de la salud tamaulipecos están en una zona en donde el “panorama puede ser desolador” ante el aumento de los contagios, además de que el flujo de mexicoamericanos es constante por la frontera.

Reconocen que uno de los motivos por los cuales aceptaron la convocatoria lanzada por Zoé Robledo Aburto, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social en el país, fue porque aún no tienen hijos, así que consideran eso les da un poco más de valor para enfrentar al virus.

Sin embargo, en medio de esta lucha que inició en Tamaulipas a mediados de marzo y que ya tiene diez meses, lo más difícil es poder ver que la gente que está a tu alrededor está perdiendo la batalla ante algo que no se puede ver, tocar, pero sabes que es capaz de quitarte la vida.

“Nos toca atender en esta pandemia y creo que lo más duro es cuando empiezas a atender a tus compañeros, porque se debilita mucho tu ánimo, te da mucha tristeza; sin embargo, no puedes bajar la guardia, porque la sociedad te pone este estereotipo de superhéroes”, enfatizó Jaime.

Al final, tanto Rubí como Jaime, aseguran “somos personas que arriesgamos la vida por los demás, por eso nos dicen super héroes, pero nada más les recordamos que en realidad los super héroes no mueren”.


EAS