Tragones Anónimos, alternativa que salva vidas: "a los 18 años ya pesaba 103 kilos"

En México existen alrededor de 40 grupos y en Torreón diez. Representan un lugar de reunión para aquellas personas que tienen sobrepeso y buscan la manera de aprender a comer y hacerlo un hábito.

Tragones Anónimos. | Manuel Guadarrama
Jorge Maldonado Varela
Torreón, Coahuila /

Sin importar condición social ni edad, el tragonismo resulta una enfermedad incurable con la que hay que aprender a vivir cada día, si no, las repercusiones en la salud florecen hasta causar síntomas que los acercan a la muerte, en un camino entre la desesperación e impotencia por dejar de ser productivos en la vida por su mismo peso. 

Como manantial en un desierto describen al movimiento Tragones Anónimos, lugar donde se reúnen personas con sobrepeso para aprender a comer y hacerlo un hábito, que además de ser una alternativa para prevenir las enfermedades que deja la obesidad, evita que se llegue al quirófano con las cirugías de moda como la banda gástrica o el bypass. 

En México hay alrededor de 40 grupos de Tragones Anónimos y en Torreón existen diez, uno de ellos es el llamado Nueva Vida 24 Horas, que con poco más de 60 integrantes tienen 22 años de ser el salvavidas de aquellos que la delicia del comer se vuelve un mar de problemas. 

Entre sus paredes queda el testimonio de cómo les ha cambiado el aspecto, la actitud, el autoestima y su vida en general. Ahí comparten su experiencia y su sentir, pero también la esperanza y fortaleza para poder bajar esos kilos que solo abonan a la o las enfermedades.

"A los 18 ya pesaba 103 kilos"

Guadalupe es una mujer que desde hace 38 años acudió por primera vez a un Tragones Anónimos. Impulsada por su esposo, no dudó en pedir ayuda porque su peso aumentaba de manera considerable. 

“Nunca fui delgada pero al casarme a los 18 años ya pesaba 103 kilos. Subí 50 kilos en un año y medio sin darme cuenta, cuando acordé ya era talla 44. Empecé a tomar anfetaminas para bajar de peso pero terminé en el hospital. Cuando ingreso al grupo logré bajar 46 kilos en menos de siete meses”, expresó para MILENIO.

Como metodología el grupo utiliza las técnicas de los grupos de Alcohólicos Anónimos, junto con un plan de alimentación integral para cada persona que es anexada. 

Sin embargo, dice que los integrantes de este hogar están conscientes de que la lucha contra los kilos de más, es permanente. 

“Nos damos cuenta que el problema no es en lo que comes, sino que el problema está en lo que se come con las emociones. También nos dimos cuenta que esto es para siempre, que es una nueva forma de vivir de manera saludable para ti y para tu familia. Yo no padezco diabetes ni hipertensión”.

Guadalupe es una mujer que desde hace 38 años acudió por primera vez a un Tragones Anónimos. | Manuel Guadarrama

Daniel llegó a pesar 208 kilos

Por su parte, Daniel es un hombre de 47 años de edad que cuando llegó al grupo hace 12 años pesaba 208 kilos. 

En ese momento le era imposible caminar una cuadra, incluso se llegó a desmayar por el esfuerzo que hacía. Al arribar al centro lo hizo con un tanque de oxígeno por si era requerido al anexarse. 

“El estar anexado me ha ayudado a conocer mis defectos de carácter, los cuales descubrí en este grupo que son los que me han llevado a comer. Mi defecto es la gula”. 

Es consciente de que el tragonismo es una enfermedad progresiva, mortal e incurable, por lo cual considera que el grupo Nueva Vida ha sido eso para él. 

Daniel es un hombre de 47 años de edad que cuando llegó al grupo hace 12 años pesaba 208 kilos. | Manuel Guadarrama

Compartir su experiencia y escuchar la de los demás le sirve de reflejo a lo que viven diariamente y para entender su enfermedad. 

“Si no existiera este tipo de grupos sería crítico para mí y para muchos porque hemos encontrado un lugar que de cierta manera nos entiende, aquí compartimos y escuchamos experiencia y nos damos cuenta que pasamos situaciones muy parecidas. Encontré un lugar donde logré bajar de peso”. 

Daniel compartió que ahora come alimentos básicos en platillos balanceados, con porciones medidas y pesadas. Come carne, granos, frutas y verduras, cuando antes su comida se basaba en grandes cantidades de harinas y refrescos. 

“En un día normal solía comprarme 8 burritos; cuatro en la mañana con tres donas de azúcar, un vaso de café y un refresco, en la tarde los otros cuatro burritos, otro refresco, unas frituras y un panqué. Para la cena compraba algo pero llegaba por un refresco de 2 litros”, recordó Daniel, quien añade que ahora entiende que parte de su tragonismo se debía a su ansiedad y nerviosismo.

Grupo cumple 22 años

En el marco de su 22 aniversario, para compartir más experiencias y testimonios de vida, además de celebrar, el grupo Nueva Vida tiene pactada la Junta Pública Informativa a llevarse a cabo el próximo 10 de agosto, la cual será abierta al público en general, en punto de las 18:00 horas desde el Centro de Convenciones San Ángel.

Grupo de Tragones Anónimos cumple 22 años. | Manuel Guadarrama

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