Más de 800 reclusos que se encuentran en el penal de Altamira fueron vacunados contra la influenza en una jornada de salud.
Las Secretarías de Seguridad Pública y de Salud, así como Derechos Humanos, llevaron a cabo la jornada en el interior del Centro de Ejecución de Sanciones (Cedes) de Altamira.
La brigada de salud se llevó a las 822 personas privadas de su libertad que se encuentran en este centro penitenciario de la zona sur de Tamaulipas bajo la coordinación de la subsecretaria de Ejecución de Sanciones y Reinserción Social del estado, Olga Noemí Carrizales Hernández.
Con estrictas medidas de higiene, orden y el apoyo de la doctora Fabiola Ortega, se les aplicó a cada uno la vacuna contra la influenza, entre ellos a las 57 mujeres, algunas mamás.
Anteriormente se llevó a cabo la aplicación de exámenes de glucosa, detección de VIH, cáncer de mama y cervicouterino, distribución de insumos de primera necesidad para el cuidado de la higiene íntima.
Indicó la SSP que las condiciones de vida y sobre todo las perspectivas de políticas sociales, en particular la salud, hacia las mujeres privadas de su libertad en Tamaulipas tiene un margen de inclusión elevado, permitiendo que el sistema penitenciario se adapte a la maternidad y garantice que los hijos menores de edad acompañen hasta cierta edad a sus madres en reclusión, acción con la que dejan de ser invisibles al estado de derecho.
EAS