Cientos de perros esperan ansiosos en los albergues deseando que una familia los elija para ser parte de ella y reciban amor, cuidados y respeto, por lo que Vannia Castillo, coordinadora de la agrupación Hopeful Pachuca, llama a la sociedad a pensar dos veces la compra de un cachorro, “porque es mejor adoptar y darle un hogar a un perrito en situación de calle”.
Debido a las diferentes situaciones de crueldad humana como el descuido, abandono y maltrato que han enfrentado miles de perros y gatos, es que la adopción, a través de esta asociación, ahora solicita diferentes requisitos para asegurar que el nuevo acompañante familiar de cuatro patas, tenga la vida que se merece.
“Tenemos varios filtros para dar en adopción a perritos, porque hay unos que no conviven con más perros, otros que necesitan una dieta especial, y es por ello que, lo primero que hacemos es un cuestionario de adopción con el fin de tener la información básica de la familia o la persona que lo adoptará, y después se hace visita al domicilio indicado para corroborar los datos.
“Ya después se da la autorización de la adopción, pero se firma un contrato en la que pedimos la copia del INE, comprobante de domicilio y una vez verificado todo, entregamos al perrito y de ahí, hacemos seguimiento fotográfico o visitas esporádicas a domicilios, para asegurarnos que los perritos estén en óptimas condiciones”, dijo Castillo.
A pesar de que no es que busquen un perfil específico de adoptantes, la experiencia en la materia le ha enseñado a “olfatear” a quienes no son capaces de hacerse responsables de un lomito, por lo que hace caso a la intuición para evitarle problemas.
“En Hopeful Pachuca llegamos a rescatar unos 30 a 35 perros anuales, y afortunadamente la mayoría encuentra hogar, aunque este año ha sido más complicado, solo hemos dado unos siete, pero mientras hallamos a las personas correctas los mantenemos en este albergue”.
“Realmente Hopeful es como hogar temporal, y mantenemos este espacio con lo que realizamos por fuera, el spa, la estética canica, tenemos hotel canino, guarderías y paseos, por lo que, con ello, mantenemos los gastos fijos como la renta del terreno y el alimento (tres bultos de 25 kilos por semana).
Vania llama a todas aquellas personas que desean regalar a un perrito “a que haya consciencia de que no es un juguete, que un perro vive de entre ocho a 15 años y conlleva muchos gastos: desparasitación, vacunas, atención médica, por lo que sería bueno que lo pensaran dos veces antes de adquirir una vida, no lo tomen a la ligera”, concluyó.