Claudia Alejandra Guerrero Ozumbilla trabajó por años en un banco, pero la vida le dio la oportunidad de ser mamá y, aprovechando su licencia de maternidad y el dinamismo de su vida, probó algo que nunca había hecho: vender un producto que, en este caso fueron bolsas de mano.
“Nunca me puedo estar quieta, así que decidí apoyar a un amigo que vendía bolsas y pues así empezó la historia”, dice, al momento en que señaló que, al ver que tenía la habilidad de ventas, agradeció a su amigo y emprendió su propio negocio.
Sin embargo, nuevamente llegó la oportunidad de laborar en otra empresa bancaria, pero en esta ocasión no dejó de lado su negocio y continuó vendiendo sus bolsas, “después de salir del trabajo en el banco, entregaba mis pedidos, y aprovechaba los fines de semana para asistir a bazares, así fue como maduró poco a poco este emprendimiento hasta que me di cuenta que mis productos se maltrataban llevándolos en mi auto y supe que tenía que establecerme en un local”.
Sin embargo, en este ir y venir conoció a mujeres emprendedoras que realizaban sus propios productos o vendían diversidad de los mismos, ella terminó su situación laboral en el banco “y no desperdicié el tiempo, así que continué yendo a estos sitios para conocer más sobre este mundo y conocí a mujeres emprendedoras que me comentaron sobre el showroom, es decir, un lugar de exposición en donde pueden mostrarse los productos de diferentes emprendimientos y así comenzó Alexander & Sister Showroom.
“Se genera esta idea en la que, la primera que encontrara un lugar para rentar le diera espacio a la otra para exhibir sus productos y así cooperamos entre todas. La verdad es que desconocía de este concepto y, a finales de diciembre del año pasado se da la oportunidad y se inició el proyecto con ocho marcas y, al paso de tres meses, ya teníamos el doble”, señaló.
Este modelo, no sólo ayuda a Claudia Alejandra a exhibir sus bolsas y pagar ella sola la renta, sino ahora se divide entre las emprendedoras que pagan una cuota significativa, recursos que se ocupan para una joven que maneja redes sociales especializada en ventas y con ello, se genera una sinergia de ayuda y apoyo entre mujeres emprendedoras.
“Nos ayudamos entre todos y, definitivamente, esto está marcando una pauta, estamos generando una tribu de mujeres que se apoyan entre sí y se ha convertido en una red de apoyo”, dice.
Finalmente, hace un llamado a las mujeres a que sigan sus sueños, “a que se atrevan a generar sus propios ingresos porque los trabajos estables no son tan seguros”, y así, Alejandra y más mujeres hidalguenses muestran parte de lo que venden en este lugar que se ubica en José María Pino Suárez 100, Real de Minas, en Pachuca.