Desde hace 18 años Leonardo José Labastida se ha dedicado a la producción de árboles de navidad en la comunidad de San Miguel Mimiapan en Xonacatlán, Estado de México.
Por allá de los años 70´s, su principal actividad era la producción de papa, sin embargo, dejó de ser costeable y dejó que sus terrenos se conviertan en bosque.
En el 2005 le surgió la inquietud de sembrar árboles y aunque parecería un negocio redondo, solo le permite generar un ahorro a lo largo del año, pues es hasta la temporada invernal cuando cosecha el fruto de su trabajo.
"Tenemos el ahorro guardado y hasta esta navidad lo recuperamos, el resto del año no tenemos ningún sueldo, pero nos dedicamos a la cría de animales y la siembra de maíz".
Para él y otros productores, el trabajo inicia en enero con la fertilización y la fumigación para evitar plagas. A medidos de mayo vuelven a limpiar para prevenir incendios; acción que repiten en junio y julio, mientras en septiembre y octubre podan los ejemplares de oyamel, ocote y pseudotsuga para que estén listos para la venta a partir de noviembre. Sus hijos lo apoyan en su labor.
Sequía complica el trabajo
Con la intensa sequía de los último meses, al menos 40 por ciento de los árboles se mueren, empero para evitar más pérdidas, aprovechan las raíces de los troncos para conseguir una nueva planta. Asimismo, a veces el tamaño imposibilita que sobreviva, por ello lo ideal es que tengan mínimos tres años en bolsa en los viveros para que resista la sequía.
"Cuando tienen ese tamaño es muy raro que se seque, resiste porque le hacemos el cajete y ahí se almacena el agua. Para poderlos cortar mínimo son entre seis y siete años".
Los árboles que están en las plantaciones ya no requieren un sistema de riesgo porque sus raíces alcanzan el subsuelo, pero cuando son pequeños y se plantan en junio y julio debe empezar a regarse de diciembre a mayo, por lo menos una vez cada 15 días.
Para esta temporada su plantación "Labastida" tiene listos para su comercialización entre 300 y 400 árboles, aunque entre las diferentes plantaciones suman alrededor de 40 mil ejemplares distribuidos en 157 hectáreas. Con esta actividad -asegura- recupera sus terrenos y contribuye al cuidado de la naturaleza porque ayuda a la recarga de los mantos acuíferos, la captura de carbono durante el crecimiento del árbol y previenen la erosión.
Siembra de árboles suple la tala clandestina
A la fecha en San Miguel Mimiapan hay 94 productores de árboles de la mitad, de los cuales no todos tienen registro, pero están en el proceso. Cabe mencionar que la actividad productiva de la población en general en San Miguel Mimiapan es la siembra de maíz, haba, cebada y avena, así como la crianza de animales.
De acuerdo con el alcalde Xonacatlán, Alfredo González, una plantación puede dar empleo a por lo menos 10 personas y en esta temporada de fin de año, al menos 300 familias de San Miguel Mimiapan y Santiago Tejocotillos, se ven beneficiadas con esta actividad y poco ha suplido a la tala clandestina.
"Seguimos teniendo problemas con la falta clandestina y estás actividades permiten encauzar el trabajo en la zona y que las familias tengan un empleo legal. También se están impartiendo talleres para la elaboración de artesanías de madera".
Por esta razón, los caminos y accesos solo se rehabilitaron a dos kilómetros de las plantaciones para evitar que lleguen los tala montes.
"Tenemos bloqueados los accesos para que no lleguen, no hemos cuantificado la perdida por tala, pero si hemos combatido en 60 por ciento la afectación".
Actualmente -sostuvo- han colaborado de cerca con la policía estatal y la Guardia Nacional para resguardar tanto los bosques como el arribo de los más de 5 mil visitantes que esperan está temporada.
"Entre semana tendremos alrededor de tres patrullas, sábados y domingos, cuando haya más gente, mandaremos el triple en diferentes zonas y contaremos con un módulo informativo".
Tras el primer corte de árbol de navidad de la temporada, apuntó que los productores estiman más de 15 millones de pesos en derrama económica y esperan el mayor arribo de personas entre la segunda semana de noviembre y las dos primeras semanas de diciembre. "A partir de ahí va disminuyendo".