Don Abel tiene un segundo nombre que pocos conocen, Jamabiel, dos ex esposas, un tercer matrimonio, cuatro hermanos, siete hijos, 25 nietos, nueve bisnietos, 71 años y 33 de ellos, casi la mitad de su vida, dedicados a la venta de tacos de jabalí en Pachuca.
Nació en Singuilucan el 12 de abril de 1952, una partera lo trajo a este mundo. Sus padres, Alberto León y Flora Morales, comerciantes, a los seis meses de nacido se mudaron con él a Pachuca. Abel Jamabiel León Morales estudió hasta el cuarto de primaria en la escuela Justo Sierra y comenzó a trabajar desde los diez años.
Jugando. Dice que así empezó a vender tacos. Todo inició allá por la década de los años 80. Tenía un puesto de verduras y un día acompañó a Francisco Rodríguez Pérez, secretario general de la Central de Abastos de Pachuca, a comprar manzanas a Chihuahua.
-Allá nos invitaron unos señores un asadito de cordero junto a la leña, lo prenden, lo amarran y lo ponen a darle vuelta, cuando ya está cocido van y calientan su tortilla en las brasas, se hacen su taquito y a comer-, cuenta el empresario en su restaurante El Arca.
Don Abel le preguntó a las personas que los invitaron a comer dónde vendían el aparato en el que colocaron al cordero, le respondieron que ahí, en Bachíniva, todos los habitantes tenían uno en su casa y que si le gustaba se lo podía llevar, se lo regalaron. Lo trajo consigo a Pachuca. Eran dos tubos soldados a un ring de automóvil divididos en tres partes para colocar la carne.
Después don Abel y Francisco Rodríguez, a quien considera amigo y hermano, juntaron a varios conocidos y comenzaron a asar cordero en el aparato. A veces le salía bien y otras no tan bien.
Asaba cordero y en ocasiones cerdo. Por aquel tiempo, Rafael Arriaga Paz, notario número 1 de Pachuca, andaba en campaña para la presidencia municipal de Pachuca. Lo invitaron a comer del asado y dice don Abel que le gustó.
-Ya después, el señor Santos Islas, que tiene mucho jabalí, me dijo: hazme un jabalí, le dije va, lo sacrifiqué, lo mariné, lo hice. Nombre, cuál fue la sorpresa de la suavidad de la carne, tiernito, sabroso, dije: hay cabr*n, entonces lo empecé a promover y hasta la fecha.
Don Abel comenzó a vender tacos de jabalí en 1990. Vendía a domicilio y no tenía un lugar establecido. El primer político a quien le vendió tacos de jabalí fue a Rafael Arriaga, ya como presidente municipal de Pachuca.
Después de él siguió el gobernador del estado en ese entonces Manuel Ángel Núñez Soto, sus sucesores Miguel Osorio Chong, Francisco Olvera Ruiz, Omar Fayad Meneses y el actual mandatario estatal, Julio Menchaca Salazar.
-¿Cómo fue que empezó a vender tacos de jabalí a políticos, artistas, deportistas y periodistas?
-Porque la mejor propaganda que tenemos es de boca en boca y sin costo, cuando nosotros invitamos al licenciado Rafael Arriaga Paz, él invitó a otras personas que andaban en campaña y decían: oye no has probado el jabalí que hace don Abel, saben bien, saben rico. Gracias a Dios de boca en boca hemos crecido.
Don Abel ha estrechado las manos de los ex presidentes de la República Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y ellos han probado sus tacos de jabalí.
También han llevado a la boca sus tacos los periodistas José Luis Arévalo, Carlos Loret de Mola, Jacobo Zabludovsky, Joaquín López Dóriga, Carlos Marín, Ricardo Rocha, Adela Micha además de políticos, conductores de televisión, actores, artistas, cantantes, comentaristas deportivos, luchadores y ex futbolistas.
Jorge Conde Gómez es el responsable de que don Abel tuviera el primer establecimiento para vender sus tacos. Por tres años le dijo que se pusiera en un lugar pero don Abel le daba largas hasta que un día lo citó en San Javier a las cinco de la tarde y le dijo, en el lugar en el que se encontraron, que ahí vendería sus tacos de jabalí. El 15 de septiembre de este año ese lugar cumplirá 17 años.
Don Abel tiene ocho restaurantes, de los cuales cinco están en Pachuca: en el bulevar Colosio, El Arca, San Javier, San Antonio y junto a la Preparatoria número 1; uno en Tulancingo, uno en Valle de Bravo y uno más en la Ciudad de México.
-¿Cuál es la receta para preparar el jabalí?
-Híjole, esa sí te la debo, la receta secreta está en la marinada, ese es el éxito.
-¿Cómo se puede distinguir un taco de jabalí de uno de cerdo?
-En la suavidad y en el sabor.
-¿Qué le dice la gente cuando prueba sus tacos de jabalí?
-Hijo me felicitan y eso es lo que a mí me llena.
-¿Por qué se toma fotos con políticos, deportistas y periodistas?
-Porque ellos me lo piden, nos podemos tomar una foto don Abel, sí como no.
-¿Y por qué las ha colocado en sus restaurantes?
-Pues para que te des cuenta quién ha probado lo mío.
-¿Qué es para usted el jabalí don Abel?
-Todo, mi vida, sin pensarlo jamás, los amo y de eso vivo, no sé quién los mandó ser tan ricos, tan sabrosos.
-¿Qué le ha dejado a usted dedicarse todo este tiempo a la venta de tacos?
-Mucha satisfacción, mucho bienestar, no soy rico, no soy millonario pero vivo bien gracias a Dios, mis hijos están bien, no estudiamos pero sabemos trabajar.
Julio César, Alfredo, Abel, David, Eduardo, Omar y Alma son los hijos de don Abel. Todos trabajan en el mismo negocio que emprendió su padre hace tres décadas en Pachuca.
Don Abel habla de todas las personas que han probado sus tacos, de quienes lo han ayudado y se siente agradecido, pero se le ahoga la voz y las lágrimas envuelven sus ojos pequeños cuando menciona al ex gobernador Miguel Ángel Osorio Chong, a quien considera su jefe, lo llama así porque dice que lo ayudó mucho, hizo que su negocio creciera y lo presumía en su círculo social y político.
-¿Hasta cuándo se dedicará a la venta de tacos de jabalí?
-Hasta que Dios me dé licencia.
-¿Cómo le gustaría que lo recordara la gente?
-Siento que la gente me va a recordar como una persona de bien, como una persona humilde y sencilla.
-¿Cree en Dios?
-Claro.
Los tubos que los vendedores de manzanas de Bachíniva le regalaron allá por los años 80 para asar cordero, los mismos en los que descubrió el sabor del jabalí, los tiene guardados en su casa como reliquia.
El último personaje que probó los tacos de Don Abel fue Saúl el ‘Canelo’ Álvarez, uno de los mejores boxeadores del mundo libra por libra. Saúl invitó a don Abel a su pelea contra John Ryder en Guadalajara en la que retuvo sus títulos y luego a su rancho. Ahí el Canelo se comió tres tacos de jabalí.