Brota la Navidad en Festival de Villancicos

Historia

Aparte de una nariz roja y reluciente, Rodolfo el Reno tiene una hermosa voz que cautiva cuando canta villancicos.

El Festival de Villancicos se organizó en el jardín de niños Salvador Díaz Mirón, en la colonia Los Ébanos, en Apodaca.
Francisco Zúñiga
Apodaca /

Aparte de una nariz roja y reluciente, Rodolfo el Reno tiene una hermosa voz que cautiva cuando canta villancicos. Igual que los duendes, las santaclositas y los pinitos que brotaron de la imaginación de maestras y padres de familia para deleitar el mundo con su voz.

“Era Rodolfo el Reno, que tenía la nariz, roja como la grana, y de un brillo singular…”, entonaban.

Cada uno lleva su propio ritmo y a veces cambian de tono o se retrasan, pero a nadie le importa. Todos cantan divinamente, como los ángeles.

Lo sabemos porque todos ellos participaron en el Festival de Villancicos que se organizó en el Jardín de Niños Salvador Díaz Mirón, en la colonia Los Ébanos, de Apodaca.

“El fin de esta muestra es, como tenemos dos años de pandemia, que los niños se expresen, convivan, y los padres participen al igual que toda la comunidad en sí, para que desarrollen muchas habilidades artísticas, de todo tipo”, explicó la maestra Julieta Carreón, educadora en el jardín de niños anfitrión.

Por ahí anduvieron los pequeños santacloses, tomados de la mano, camino al escenario, todos vestidos de rojo, con un coqueto sombrero para el frío.

“Yo soy la Santa Clos, vine a cantar villancicos”, dijo una niña mientras esperaba el turno de su escuela para pasar al escenario. Por cierto, olvidó cuál canción interpretaría.

La Navidad invadió toda la escuela, adornada con lámparas hechas con globos y platos desechables, y un pino enorme con botellas de plástico recicladas; verdes, por supuesto.

 Los monitos de nieve muy elegantes con su bufanda roja y su sombrero de copa. Los pinitos muy verdes y los duendes siempre felices. Al final los renos, que sufrieron para acomodarse la rebelde cornamenta.

No podían faltar los caramelos, que siempre son los más dulces de todos.

En total, participaron diez jardines de niños de la zona 30 de la región 06, con sede en Apodaca.

“Son diez jardines, es el primer evento después de la pandemia donde participan los papás, y hubo mucha colaboración, ellos ayudaron a los adornos, y sin su apoyo no hubiera sido posible “, aseveró la maestra Carreón.

Fue toda una fiesta llena de Navidad, con los niños luciendo sus dotes artísticas, y para los papás no pudo haber mejor regalo de Navidad que esa alegría que desbordaron los niños al cantar sus villancicos.


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