Paz Serrano ya no ve con los mismos ojos las mañanas, ni los atardeceres. El dolor en su pecho es tan profundo que a veces prefiere desaparecer por un momento y que su alma fuera guiada hasta donde está su hija Irandi, quien lleva 12 días desaparecida, y el dolor sigue taladrando su cabeza, su corazón y así, los días se van junto con la incertidumbre de no saber nada de su hija.
Irandi Avecias Serrano desapareció, de la nada. Ella iba acompañada por José Efrén Cruz Zúñiga, su pareja desde hace más de año y medio, y con quien se había ido a vivir hace unos meses y habían logrado emprender como diseñadores.
El trabajo que les dejó el 14 de febrero los había dejado exhaustos, pero también felices porque podrían “darse una escapadita” a la playa, así que decidieron irse un fin de semana a Veracruz.
“Le dijo a su hermano que se irían a la playita, y se comunicaron aún con ella el miércoles 15 y hasta el jueves 16 de febrero con la mañana, pero de ahí no supimos nada más y lo último que escuchó mi hermana de su hija fue ‘te amo mamita’, y no sabemos más”, indicó Ana Belén, tía de Irandi y hermana de Paz, quien cuida ahora a su hermana de 51 años porque tiene alteración nerviosa y estrés , “pero ya la estamos atendiendo y ya no puede responder”, expone.
Y no es por demás, no sólo por el hecho de estar sufriendo por la incertidumbre de no saber en dónde está Irandi, sino porque estos días han sido los peores en su vida, sobre todo por el desgaste de iniciar con la búsqueda de su hija en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), en donde aseguran, “hay poca empatía y sensibilidad contra la familia de las víctimas”.
“Quiero hacer un llamado a las autoridades para que sean más sensibles, más empáticos con la atención a familiares que acuden para realizar la ficha de búsqueda porque, además de la burocracia, fue una experiencia horrenda para mi hermana, quien acudió junto a la mamá de José Efrén, el novio de Irandi, ya que llegaron desde las 14:00 horas y salieron hasta las 23:30 horas de ese mismo día, sin comer, sin agua y todo el tiempo molestadas por el lugar en donde se sentaban, no es posible eso”, cuenta Ana Belén.
A media noche, y después de esta situación, se logró la ficha de búsqueda, además de recabar algunos datos como que sabían que habían llegado a Poza Rica, Veracruz, en donde José Efrén tiene un hermano, quien tampoco contesta las llamadas.
“La señora tampoco tiene la dirección de su hijo que vive allá, por lo que no sabemos por dónde empezar y de acuerdo a la PGJEH, ellos estarían investigando, pero al parecer no han hecho nada. Hay desconfianza a nivel de enojo con la familia de José Efrén porque no está apoyando, nosotros no podemos solos, pero seguimos confiando en que todo saldrá bien y la hallaremos”, asegura la tía de Irandi.
Hace dos días, en Mixquiahuala, municipio de donde es originaria Irandi, realizaron una marcha “y pues esperamos que el presidente municipal cumpla la promesa de ir a solicitar más apoyo y que se mueva la investigación en Veracruz, por lo que esperamos que sí cumpla”, señala Ana Belén.
Mientras familiares y amigos se mueven en redes sociales, en protestas pacíficas, llamados, entrevistas, Paz Serrano sigue viendo de lejos la foto de Irandi, recuerda su sonrisa, sus ojos, su lucha constante por salir adelante y recuerda los “te amo” que le dijo cada día, y con lágrimas en los ojos solo puede preguntar “¿Dónde estás Irandi?”, esperando que llegue pronto y vuelva a entrar por la puerta de su casa.