Familiares de Román Quintanar Maya, migrante de Tlahuelilpan fallecido durante su travesía para alcanzar el “sueño americano”, esperan la repatriación de su cuerpo y por ello solicitaron el apoyo de las autoridades mexicanas para agilizar el proceso y el de la población para costear el trámite.
Román, tenía 31 años de edad, era residente de la colonia Cuauhtémoc, en Tlahuelilpan, estaba casado y dejó en la orfandad a tres hijos. Un mes antes de irse hacia Estados Unidos había abandonado su empleo en una refresquera asentada en Tula de Allende.
Años atrás ingresó a estudiar una carrera en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) pero no la concluyó. Tras abandonar la escuela tuvo varios oficios y como muchos habitantes de la región se enfrentó a la falta de oportunidades.
Además su familia fue severamente afectada por el covid-19, pues sus padres María de Jesús Maya Mera y Humberto Quintanar Pérez, ambos de 60 años de edad, fallecieron en abril del año pasado a causa de complicaciones de salud por covid-19.
Recientemente un familiar de su esposa le prestó el dinero para pagarle al “pollero” por su cruce hacia el vecino país, en donde pensaba trabajar dos o tres años para cumplir su sueño de construir una casa para su familia.
La ruta
Su hermana María de los Ángeles Quintanar Maya dijo que su hermano salió hacia el norte el 23 de abril. Primero llegó a Monterrey, luego a Coahuila y después a Piedras Negras para partir hacia Texas.
Fue el sábado 14 de mayo cuando a la esposa de Román una persona le informó que ya habían dejado al grupo en el desierto, para que recorriera la recta final.
Pero ya no tuvieron más noticias de él y por ello reportaron a Migración el hecho, con la finalidad de que se pusieran en contacto con sus homólogos estadounidenses para realizar su búsqueda; el lunes 16 de mayo el consulado le informó a Elizabeth Huascuauhtli Teopatzin, esposa de Román, sobre la localización de un cuerpo con las características de Román, este hallazgo fue realizado por personal de la Patrulla Fronteriza en un poblado del condado de Maverick, Texas.
Desde entonces comenzó el “viacrucis” para repatriar su cuerpo, y para ello la esposa de Román se ha puesto en contacto con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y con el consulado, pero le han informado que es un proceso largo, además de que, dice su hermana, también es costoso pues deben cubrir los gastos.
Su hermana agradeció la solidaridad de vecinos, amigos y familiares, quienes han apoyado económicamente para costear el proceso de repatriación; ni los candidatos a gobernadores los apoyaron ni las autoridades municipales de Tlahuelilpan.
Por ello sus familiares solicitaron el apoyo de las autoridades y de la población para lograr la repatriación de Román e incluso pusieron a disposición la cuenta Bancomer 4152 3137 8133 5950, a nombre de la esposa, para recaudar los fondos que les permitan concretar el trámite.