Chocolate tradicional bebida ancestral en el Festival del Paste 2022

Antonia es una maestra jubilada y, desde hace 10 años, vende champurrado, atole de guayaba, coco, mazapán ponche y chocolate, este último, elaborado con la receta de la huasteca hidalguense

Antonia cubre sus gastos con la venta de sus bebidas y participa en cada feria y evento a la que la invitan (Jorge Sánchez)
Elizabeth Hernández
Real del Monte; Hidalgo /

Antonia Naranjo Ibarra nació en Huejutla, allá en la huasteca hidalguense en donde aprendió a amar, consagrar y disfrutar del cacao, que, para ella, unió a su familia y le trae recuerdos únicos cuando sirve un jarrito de barro con esta bebida ancestral en el Festival del Paste 2022.

Antonia se levantó este domingo desde temprana hora para poner a hervir las bebidas calientes que van desde champurrado, atole de guayaba y coco, así como ponche, las cuales atraen a visitantes y turistas que, después del primer sorbo le preguntan que a cómo el refill, a lo que, con una sonrisa de confianza, les contesta que 40 pesos, porque saben que volverán, porque su chocolate es el rey de su puesto, único dentro de este festival.

"Se me acabó todo el viernes y el sábado, así que vamos a preparar más", explica mientras atiende uno, dos, tres, cuatro y más tarros de barro que da con su bebida; no para, sirve uno de champurrado, otro de atole de guayaba y da vueltas para tomar más jarritos para ver la alegría de quienes compran con una sonrisa de satisfacción y placer al dar el primer sorbo.

"El chocolate es con la receta de Huejutla, de donde soy. Yo fui maestra muchos años y ya soy jubilada, así que, yo no me detengo y pues ahora vendo mis bebidas, mi chocolate.


 Recuerdo que, de pequeña, mi mamá y una de sus amigas iban a casa para preparar el chocolate, así que cada que lo hacían, pues aprendí el proceso porque a mis hermanos y a mí no nos dejaba, porque sí es laborioso.


 Así que empezaban a tostarlos, de ahí a pelarlo es difícil, porque uno se quema las yemas de los dedos mientras uno pela de semilla por semilla", dice.

Sus hermanos, primos y vecinos se unían para vivir está ceremonia, estos olores que la hacen viajar a su infancia y en el momento justo que, al concluir de moler el cacao después de dorarlo y pelarlo, se lavaba el molcajete en un agua para hacer el primer chocolate de agua que su madre realizaba y les daba con un pan a cada uno de sus hermanos.

Señala que, muchas personas le dicen que está cara su bebida, "y aprendí a no discutir porque uno se cansa, pero no saben del trabajo que hay detrás de la preparación de cada bebida, pero creo que los que saben, entienden el valor que hay en cada jarrito", dice.

Ahora, Antonia cubre sus gastos con la venta de sus bebidas y participa en cada feria y evento a la que la invitan, porque sabe que es garantía de que su receta de chocolate caliente es única porque, así como a ella, también a quien prueba de su bebida, le llegará al corazón.

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