Ciclos lunares, oportunidad para dar a la vida la importancia que merece

“Necesitamos transitar del antropocetrismo al biocentrismo, a entender que todos los seres merecen el mismo respeto por el hecho de compartir la vida”

Son un referente muy básico, identificar esos patrones, esas inercias naturales, nos puede ayudar a organizar mejor nuestros tiempo. (A. Evaristo)
Alejandro Evaristo
Pachuca /

Movimiento Tierra es una red que agrupa a varias entidades, asociaciones civiles, sociedades de protección rural y sociedades de prestación de servicios, cuyo objetivo primordial es impulsar la sustentabilidad a través de sus diferentes especialidades y en diferentes regiones del estado.

Por ejemplo, hay miembros que están en Huasca y se enfocan en la agricultura orgánica; otros están en Santiago de Anaya y están más involucrados en la permacultura, un sistema de principios agrícolas, económicos, políticos y sociales basado en patrones y características del ecosistema natural a través de diversas ramas, como el diseño ecológico, el ambiental, la ingeniería ecológica y gestión integrada de recursos hídricos, entre otros, y en Cardonal, donde promueven el desarrollo comunitario.

Esta red es responsable de la producción de lunarios o sincronarios desde hace unos seis o siete años, un documento en el que se detallan los ciclos lunares y que permite identificar esos patrones, esas inercias naturales que pueden ayudar a los seres humanos a organizar mejor tiempos y actividades para obtener mejores resultados.

“Para nosotros es una actividad fundamental porque tenemos claro que la parte de la pérdida de brújula de nuestra civilización es el que estamos desconectados de la naturaleza”, explican representantes de la red.

Penosa realidad

El ser humano es naturaleza, dicen, “creemos que la pandemia por ejemplo es un llamado de atención a la humanidad para dejar de ponerse en el centro nos parece que estamos en una coyuntura histórica muy importante donde debemos cambiar nuestra forma de organización como seres humanos”.

Antes, explican, la humanidad estaba organizada de manera teocéntrica, es decir, Dios era el aspecto central de la existencia, pero ahora es antropocéntrica, la prioridad y la medida y centro de todas las cosas es el ser humano.

“Tenemos grandes avances y es notable y gracias a eso tenemos muchas ventajas hoy día; la edad promedio de vida se ha elevado y hay muchas cosas buenas; sin embargo la naturaleza nos está poniendo un límite, estamos afectando mucho el orden natural de las cosas, el equilibrio (…), por eso necesitamos transitar del antropocetrismo al biocentrismo, a entender que todos los seres vivos merecen el mismo respeto por el hecho de compartir la vida”.

Para los miembros de Movimiento Tierra estamos en un tiempo en el que, como hidalguenses y mexicanos, tenemos muchas ventajas por el lugar dónde vivimos y cómo vivimos, pero la situación es muy complicada porque hay problemas económicos, sociales, ambientales y más que pretender cambiar al mundo o el sistema por completo, debemos empezar a hacer la diferencia a partir de los actos individuales.

Hay que cambiar la mentalidad, dejar de pensar que un bosque plagado ya es muy complicado sanarlo en masivo, hay que cambiar la perspectiva y ver al árbol como individuo y empezar a hacer esos cambios, “empezar a sanar el propio árbol sin pretender que el bosque en general se sane”.

Sincronario

Los ciclos lunares son un referente muy básico que desde pequeños podemos entender cuando vemos la luna llena o cuando la vemos crecer o la vemos menguar; “identificar esos patrones, esas inercias naturales, nos puede ayudar a organizar mejor nuestros tiempos”.

El sincronario o lunario está hecho para que la gente en el campo, las personas cuya actividad está más relacionada con la tierra, sepan qué momento es más propicio para sembrar, para cosechar, para cortar esqueje, para abonar, para distintas labores, “nos parece fundamental llevar este mensaje de regresar a la naturaleza, de dejar de estar tan desconectados a nuestro ser natural”.

Retomando la metáfora del árbol agregan, podría parecer egoísta, “pero tenemos claro que no podemos dar a los demás lo que no tenemos; primero hay que estar bien con uno mismo, en equilibrio, poder cultivar hacia sí lo que se quiere para los demás, y ya después regar, distribuir y compartir ese bien para afuera”.

Hay que recordar que un árbol por sí mismo puede generar un bien común: produce oxígeno, sombra y más es un bien común y ahí es donde podemos darnos cuenta de que no es una posición individualista, sino que pretende ser un poco más modesta y realista, del campo de acción o de incidencia que cada quien puede tener.

Pero, ¿por qué la gente que no se dedica a trabajar la tierra tendría que conocer los ciclos lunares? La respuesta es sencilla, para poder como sociedad tener mayor equilibrio, armonizar nuestras actividades con el ambiente.

“Por ejemplo, si queremos organizar alguna capacitación, fiesta o evento que queremos que sea exitoso y con movimiento, con mucha bulla y gente, solo es necesario observar a los ciclos lunares en los siguientes meses y ver qué fecha es la más cercana a la luna llena, que es la más propicia para que la energía esté más adecuada a esa actividad que vamos a organizar”.

Otra aplicación, detallan, es cuando hay que darle las gracias a alguien con quien ya no se quiere colaborar, el proceso resulta más sencillo cuando lo hacemos en una luna menguante, cuando los problemas vienen a menos y la energía viene disminuyendo.

Esta es la sexta o séptima edición del lunario/sincronario: “lo hacemos de manera cooperativa, como trabajamos en red cuando tenemos la necesidad de mandarlo a imprimir invitamos a amigos o personas que estamos en el mismo canal a que se sumen y de manera cooperativa aporten una parte para que su marca salga y les toque una parte del tiraje y es así como lo hemos logrado hacer.

“En realidad son muchos logos los que se ven y no todos aportan porque parte de nuestro objeto social como organización y como red es trabajar con grupos campesinos, cooperativas y hay algunos que no tienen para aportar pero que forman parte del movimiento y también se les incluye”.

Este documento les sirve también como material de capacitación y de comunicación, “porque nos damos a conocer como red, como organización y presentamos algo que es parte del mensaje que nos interesa mucho dar, pero también de capacitación en el campo porque es parte de las labores que hacemos de trabajar con la tierra y de que los cultivos y demás estén en función de los ciclos”.

El lunario se puede adquirir a través de las redes sociales de cada uno de los miembros de la red o en algunos establecimientos, como en conocida cadena de autoservicio local y tiene un costo que podría ser de 50 pesos al menudeo pero si compran a partir de 6 piezas podría ser de 40 pesos.

“Este tipo de materiales cuestan más de 100 pesos, más envío, pero lo dejamos accesible porque lo que buscamos es que el mensaje se disemine. No estamos cerrados a que alguien pudiera carecer de recursos suficientes al momento y le interesa adquirirlo podríamos obsequiarlo porque es parte del objeto social de algunos de los involucrados en la red, pero pues tenemos que recuperar algo de la inversión”.

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