En memoria de seis policías municipales que murieron en cumplimiento de su deber, el Congreso local instaló hoy un altar de muertos con las fotografías de los elementos.
De acuerdo con los diputados locales, se instaló la fotografía de cuatro policías municipales de San Nicolás, Carlos García Leija, Gil Hernández Medellín, Oscar Alvarado Benavides, y Osiel Espinoza; de Pesquería a Hugo Cano Cruz y de Guadalupe a Jonathan Monjaraz Maldonado.
La diputada Paola Coronado, dijo que la policía entendida en su acepción general, es una instancia de control social formal, encargada de proteger la vida, la integridad física y la seguridad de las personas. Y, en su sentido individual, corresponde a una persona, única e irrepetible, que como nosotros sueña, ama y que busca siempre lo mejor para los suyos… pero que nos protege a todos.
“Algunos dirán que esta situación es provocada por ellos mismos, y tal vez les asista algo de razón, pero debemos ser serios y aceptar que tampoco es una situación generalizada.
“Todos los días nos dan cuenta las redes sociales de hechos heroicos, de actos de honestidad atribuidos a estos servidores públicos que cada mañana salen, aún a riesgo de su vida, a cumplir con el digno encargo que voluntariamente han jurado: Servir y proteger”, dijo.
Queremos, añadió, honrar y recordar a todos las policías que ofrendaron el máximo sacrificio, muchos de ellos bajo las balas cobardes de la traición, aquellas de quienes deshonran el código de los hombres de armas al no permitirles, cuando menos, la oportunidad de estar prevenidos.
“Quiero llamar su atención sobre un objeto que se integra específicamente a esta conmemoración; se trata de la llama votiva, esa que ven ustedes arder; votivo califica todo aquello que es resultado de un voto, una ofrenda o dedicación, y esta costumbre ha sido copiada por numerosísimos países que desean, con esa medida, rendir sentido homenaje a todos aquellos que dieron su vida en pro de sus ideales y convicciones.
“Con ella, queremos rendir tributo, primeramente, a sus familias, por permitir que su ser querido combatiera desde la primera línea por un mundo mejor, aun sabiendo del alto costo que supone renunciar a llevar una vida cotidiana, sin sobresaltos ni angustia”, concluyó.