Congreso de Nuevo León pone límite a fiestas de vecinos ruidosos

El Congreso aprobó que los municipios establezcan en sus reglamentos los límites máximos de emisiones sonoras.

El Pleno del Congreso local aprobó que los municipios establezcan en sus reglamentos los límites máximos de emisiones sonoras. Foto: Kevin Recio
Kevin Recio
Monterry /

Por unanimidad de votos, el Pleno del Congreso local aprobó que los municipios establezcan en sus reglamentos los límites máximos de emisiones sonoras, los cuales serán de 55 decibeles para el horario comprendido de las 6:00 a las 22:00 horas y de 50 decibeles para el de las 22:00 a las 6:00 horas.

En sesión ordinaria de Pleno, Perla Villarreal, del PRI, leyó el dictamen que aprobó la reforma al Artículo 187 Bis a la Ley Ambiental del Estado de Nuevo León, en relación al ruido en zonas habitacionales.

También deberán llevarse a cabo las acciones preventivas y correctivas necesarias para evitar y mitigar los efectos negativos de tales contaminantes en los ecosistemas y en el ambiente y en su caso la reparación de los daños en bienes o personas, previo dictamen de la autoridad correspondiente.

“Es inminente la necesidad de incorporar en nuestro marco jurídico, disposiciones que fortalezcan las facultades de las autoridades, para prevenir y sancionar, en su caso, la contaminación por ruido en el caso de zonas habitacionales conformadas por viviendas unifamiliares y/o multifamiliares.
“La Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, coincide con los promoventes en el sentido de que la contaminación acústica es un problema ambiental importante, de ahí la necesidad de regular y ajustar los límites máximos permisibles de emisión de ruido de las fuentes fijas y su método de medición, en zonas habitacionales”, se lee en el dictamen.

Los diputados coincidieron que los efectos que causa el ruido en la salud de las personas son graves y se manifiestan de diversas formas, como el malestar que procede, no sólo de la interferencia, con la actividad o con el reposo, sino también de otras sensaciones menos definidas, pero a veces muy intensas y que redundan en la salud en la pérdida de la atención, concentración y rendimiento, e influyen negativamente sobre el sueño.

Además, indicaron, disminuye la productividad laboral, provocando falta de concentración, dificultad para comunicarse y sensación de hostilidad. Incluso estos factores inciden en que las ciudades se vuelvan inhóspitas o que generen esa sensación en sus habitantes.

La diputada del PRI, Ana González, respaldó la reforma, al considerarla necesaria.

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