Conoce a Andrés, el cubano mexicano avecindado en Pachuca

No sólo cena en el espacio, platica con la encargada, con los policías, con la persona que prepara la cena, con el médico, con el enfermero. Es un hombre dispuesto a colaborar en lo que haga falta

Es el segundo año que Andrés acude al espacio proporcionado por el gobierno.
Alejandro Reyes
Pachuca /

Andrés Ramiro Naranjo Pardo nació en la Habana, Cuba, en 1961, tiene 63 años, de los cuales 27 los ha vivido en México y de esos, dos años y medio los ha pasado en Pachuca, la capital de Hidalgo. El de enero de 1997, a las 22:30 horas, arribó a la Ciudad de México y se considera cubano mexicano.

Llegó al país casado con una mexicana, sin embargo en 2009 se divorciaron, fue entonces que se dio, como él dice, un tiempito, para conocer el país y visitó Veracruz, Colima, Jalisco, Guanajuato y ahora Hidalgo.

-He tenido la oportunidad de conocer varios estados de la República en donde me han tratado muy bien, me han tratado excelentemente-, asegura.

Así llegó a Pachuca 

Estaba en Veracruz cuando decidió, después de que no soportara más el calor, visitar la ciudad de Pachuca. Andrés es profesor de educación física especializado en futbol y preparador físico.

Le habían hablado de Pachuca, le habían dicho que era la cuna del futbol y al ser profesor de educación física especializado en futbol vino a la ciudad para conocerla y acá está desde entonces.

También es árbitro de partidos de futbol, desde juegos de menores hasta adultos. Al llegar a Pachuca fue a lo que él llama el colegio de árbitros de la ciudad a pedir una oportunidad para arbitrear pero lo rechazaron por no tener uniforme.

Andrés, un hombre bajito, cuerpo grueso, lentes, barba del color de la luna, manos pequeñas y el acento como código postal de su país, es uno de los pocos que hacen uso del refugio invernal para personas en situación de calle desde su apertura el 13 de diciembre. Andrés no se queda en refugio, solo cena en él y se ha convertido en el usuario número uno del lugar.

En diciembre de 2023 acudió junto con otros cubanos al refugio invernal ubicado en ese entonces en una bodega en la colonia Morelos, frente a la gasolinera Dos Caminos, en la calle Camerino Mendoza número 111, esquina con avenida del Trabajo.

-Necesitábamos el apoyo, mis paisanos en aquel momento venían sin nada-, dice.

El año pasado solo iba a cenar, a desayunar, en ocasiones a platicar, no se quedaba porque tenía dónde vivir. Hizo amistad con los integrantes del colectivo por la inclusión de los derechos humanos quienes le dijeron que este año se abriría nuevamente el refugio, ahora en la calle Amapola, número 203, en la colonia ampliación Santa Julia.

-Este año está en mejores condiciones que el año pasado, tiene una mejor estructura el lugar y está más bonito y la atención es más directa y desde que abrió no he fallado un día-, cuenta.

El Refugio Invernal para personas en situación de calle abrió el pasado 13 de diciembre, el servicio se dará hasta el 13 de marzo de 2025. El horario de ingreso es a partir de las 18:30 horas, los usuarios pueden pernoctar en el lugar, se les da una cena, ropa, pueden bañarse y la salida es a las 8:00 horas del día siguiente.

Andrés no solo cena en el refugio, platica con la encargada, con los policías, con la persona que prepara la cena, con el médico, con el enfermero, es un hombre dispuesto a colaborar en lo que haga falta.

-¿Por qué dice que ahora el refugio está en mejores condiciones que el año pasado?

-Hombre porque el año pasado estaba aceptable pudiéramos llamarlo así pero hoy es como un hotel tres estrellas, la verdad.

-¿Cómo era el otro refugio?

-Vamos a decirlo así, regular el de allá y este es excelente.

En el refugio los usuarios son revisados por un médico, enfermeros y elementos de seguridad pública municipal, la atención es para 30 personas al día, se les da un kit de limpieza personal, cobijas, uso de regaderas, cena y desayuno.

Andrés sabe qué le han dado de comer cada que acude a cenar al refugio: el primer día tamales y pan de dulce; día dos, tulancingueñas; tercer día, tortas; cuarto día, tacos dorados; quinto día, chalupas.

-¿Y le gusta la comida mexicana?

-Yo tengo 27 años en México y estoy completamente adaptado, de manera que me gusta la cultura, la comida, los paisajes y disfruto todas las tradiciones, me gusta la comida que me han dado aquí y me gusta toda la comida mexicana.

-¿Entonces usted viene, cena y platica?

-Generalmente sí, si hay una persona que se va a acostar yo me voy.

-¿Y piensa venir los tres meses que estará abierto el refugio?

-Sí claro.

Andrés vive en Santa Julia, no tiene un trabajo. Luego de divorciarse, su esposa Luz María Espinoza, le pasa un apoyo económico y con ello paga un cuarto y comida. Se considera mexicano porque se naturalizó en mayo de 2004, hace 20 años.

-¿Ya se siente mexicano?

-Claro.

-Y qué le gusta de México?

-Todo, el clima, su costa, las tradiciones, la cultura y me gusta la manera de ser del mexicano que es muy amable y sobre todo que el mexicano te da la mano, siempre tiene la voluntad de ayudar.

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