Diego Caleb Montoya Ramírez es un niño de 4 años que le encanta colorear, armar rompecabezas, andar en bicicleta, escuchar cuentos y disfruta estar con su familia, pero un día empezó a tener diferentes malestares que no eran normales, tras diversos análisis fue diagnosticado un 15 de diciembre del 2021 con leucemia linfoblástica aguda, un tipo de cáncer en la sangre y común en la niñez.
Ahora tiene la esperanza de seguir adelante gracias a la detección del cáncer y tratamiento oportuno, el cual no ha sido fácil y ha resultado ser costoso, sin embargo gracias a las redes sociales, al apoyo de las personas y a la donación de las tapitas de plástico el pequeño busca vencer el cáncer.
- Te recomendamos OPS lanza campaña de sensibilización sobre cáncer infantil en América Latina y el Caribe Ciencia y Salud
Diego tenía 3 años cuando comenzó a presentar falta de apetito, ya no jugaba ni corría, tenía fiebres esporádicas, infección en los oídos y garganta, moretones, sangrados en el oído y encías, aftas en la boca, todos los malestares de forma repentina por lo que su madre Osiris Ramírez se alertó al ver que ninguna consulta y medicamento aliviaban a su hijo.
“Fueron síntomas de golpe que empezaron aproximadamente el 13 de noviembre, desde infecciones, fiebres muy altas que iban y venían, se le quitaban dos días y venían de vuelta”, explicó.
Osiris contó que ingresaron a urgencias y fue detectado con una anemia muy fuerte por lo que los enviaron al Hospital Universitario donde le realizaron al pequeño todos los análisis necesarios para detectar un posible cáncer, el cual desafortunadamente fue positivo.
“Él cayó un 10 de diciembre del 2021 a urgencias en el Hospital Universitario, el 13 de diciembre le hicieron transfusiones de sangre, estudios, le dieron medicamentos, le hicieron el aspirado de médula y el 15 de diciembre nos dan el resultado que salió positivo a leucemia linfoblástica aguda.”
"Los doctores al principio de la noticia nos hablaron con completa crudeza y verdad, el cáncer es mortal pero también hay una tasa muy alta de niños que se salvan con un tratamiento oportuno y al pie de la letra, existen las recaídas, que son aún más peligrosas y agresivas, pero tenemos fe en que todo estará bien, y que pronto Diego va lograr estar limpio."
La madre del menor destacó que el procedimiento médico fue inmediato y el 20 de diciembre del 2021 comenzaron con el esquema de quimioterapias y con la importante ayuda que brinda la recolección de tapitas.
Una tapita de plástico es una esperanza
Osiris Ramírez explicó que las tapitas de plástico son una gran ayuda para poder pagar todo lo que involucra el procedimiento médico y las quimioterapias de su hijo, pues les ayuda no solo a costear las quimios, sino que también se ocupa comprar comida, medicamentos extras, el traslado, las consultas externas, entre otros.
Destacó que por un kilo de tapas reciben alrededor de 4 pesos, por lo que se necesitan 200 o 300 kilos, sino es que hasta media tonelada para que se pueda tener un buen ingreso que les permita dar un alivio económico a la costosa enfermedad que resulta ser el cáncer.
"La ayuda de las tapitas no es como tú me das un bote y ya se completó una quimioterapia o una consulta, no, nosotros contamos con grandes cantidades de tapitas que tienen que ser más de 200 o 300 kilos para que nos pueda beneficiar, porque 1 kilo está en 4 pesos, y necesitamos completar."
"Nos han apoyado muchísimas empresas, colonias, escuelas y secundarias, entre ellas el colegio Anglo Español y la primaria Lázaro Salinas Alanís, incluso la colonia Ex Hacienda El Rosario ubicada en Juárez, donde vive el papá de Diego, mandó a hacer un corazón especial para juntar tapitas para Diego."
Diego, un niño valiente
Osiris Ramírez habló sobre cómo fue para Diego recibir esta enfermedad , señalando que como todos los niños no comprendía lo que significa el cáncer por lo que lo llevaba a molestar con las personas que lo rodeaban.
"Él no entendía, se enojaba con nosotros, con las doctoras, con las enfermeras, con todo el mundo estaba enojado porque eran demasiados piquetes los que él recibía, ya tenía venas reventadas, manitas moretonedas, sus brazos, las piernas, entonces yo me le fui metiendo por el lado de 'mi amor, tú te tienes que curar, estás enfermo, hay algo en tu cuerpo que tenemos que atacar mediante el medicamento que te ponen por los piquetes, te queremos ayudar, ellos no son malos'."
Señaló que ella comprendía que se enojara pues habían vómitos, dolores de cabeza, nauseas, dolor de estomago, incluso llegó a perder la movilidad en sus piernas, sin embargo al pasar los meses él empezó a entender el proceso que estaban viviendo, sabía que lloraban y se preocupaban por él.
"Él solito nos decía 'Mami, yo soy valiente y no voy a llorar, voy a pasar, voy a ser muy fuerte, no llores'."
En cuanto a la pérdida del cabello mencionó que la primera vez fue la más dura, pero su papá, en conjunto con su abuelo y tío se unieron a él.
"La pérdida del cabello a causa de las quimioterapias creo que fue la más duro, pero su papá, su abuelo y su tío se unieron a él la primera vez que Diego perdió el cabello porque han sido 3 veces, afortunadamente el cabello crecía, lentamente pero lo hizo, ahora estamos estables con quimios esporádicas cada 15 días y avanzando con el tratamiento."
De la mano con Diego Caleb, una página que les brinda compañía y ayuda
La madre de Diego creó una página en Facebook titulada "De la mano con Diego Caleb" el 16 de enero de 2022 en donde ha relatado hasta la fecha el procedimiento que han estado viviendo, los buenos y malos momentos, así como solicitar apoyo con tapitas de plástico y agradecer a todos aquellos que les han ayudado.
Ramírez mencionó que fue gracias a una madre de una niña que padece lo mismo que Diego la que le dio la idea, pues le dijo que le ayudaría mucho a pedir ayuda con tapas de plásticos, ya que son un apoyo económico para los padres o familiares y así costear lo necesario.
"Yo no quería al principio, me daba pena, pero después hice la página, al principio no le di mucha difusión después sí y solita se empezó a mover, la gente empezó a apoyar mucho, comenzó a preguntar y la gente venía a nuestros domicilios desde muy lejos a empezar a traer tapitas, después empezaron las ayudas económicas para poder costear el tratamiento de Diego."
Asimismo dijo que fue una gran ayuda emocional por todas las palabras de aliento, los mensajes llenos de amor y con mucha empatía que les llegan en mensajes y comentarios.
"Fue sumamente reconfortante, de nosotros estar sumamente tristes, muy preocupados por la inestabilidad y porque no sabíamos qué rumbo iba a tomar este proceso, la verdad es que muchísima gente nos empezó a apoyar a preguntar, a interesarse sobre el caso de mi hijo".
“Ahorita vamos aproximadamente a mitad de camino porque son dos años y cachito de tratamiento, aún nos falta, pero seguimos en esto, con toda la fe de que vamos a llegar a tocar esa bendita campana que tocan los niños cuando se liberan de esta enfermedad.”