"Hacer tamales es un arte": Doña Paula lleva 20 años vendiendo en Pachuca

Doña Paula vende sus tamales en 14 pesos y en 18 pesos con bolillo. Reconoce que hay días flojos y otros que son buenos; en estos últimos, en los buenos, da gracias a Dios.

Doña Paula es tamalera desde hace dos decadas. (Alejandro Reyes)
Alejandro Reyes
Pachuca /

De los 69 años de doña Paula 20 de ellos los ha dedicado a vender tamales. Sus clientes: trabajadores de gobierno y personas que cruzan entre las calles de Moctezuma y José María Iglesias, en Pachuca.

Ahí, religiosamente, de lunes a sábado, a partir de las siete de la mañana doña Paula vende tamales de chile verde, rojo, jitomate y dulce, tortas de tamal y chilaquiles. Recoge el bracero, su bote de tamales, su pequeña mesa entre las 10 y las 10:30 de la mañana y un auto la lleva de regreso a casa.


Paula Rivera Zamora, bajita, pelo corto cubierto de canas, cuenta que una mujer vendía tamales en el lugar en el que está ahora y fue ella quien le dejó el sitio porque ya no lo iba a ocupar.

“Entonces nos dijo: si quieren ponerse, yo inicié con mi hermano, los dos empezamos aquí, pero solo estuvo como un año porque él puso su negocio de comida aquí en la colonia Morelos”, dice.

Doña Paula cuenta que actualmente prepara pocos tamales, entre 100 y 120 pero que antes hacía 200 para vender. Conocedora de su negocio explica que la cantidad de tamales depende de los días de la semana pues en quincena es cuando le va mejor en las ventas.

-¿Por qué pasó de preparar 200 a 100 tamales?

-Porque bajó mucho la venta y ahorita cuando hace calor baja más.

-¿Y qué días son los de mayor venta?

-Los jueves y los viernes.

-¿Cuál es el tamal que más le compra la gente?

-Más el verde.

-¿Se lo compran solo o en torta?

-En tortita casi la mayoría.

Doña Paula vende sus tamales en 14 pesos y en 18 pesos con bolillo. Reconoce que hay días flojos y otros que son buenos, en estos últimos, en los buenos, da gracias a Dios.

Los tamales han sacado a doña Paula de muchos apuros 

Se levanta a las cuatro de la mañana, allá en la colonia del Castillo, en Pachuca, a hacer sus tamales, un día antes prepara todo, la masa, el chile, la carne y en la mañana los hace junto a su esposo, Ángel Bautista, se cuecen en hora y media y a las siete un auto rojo la deja en la esquina en la que lleva ya dos décadas.

-¿Qué siente llevar 20 años vendiendo?

-Ahora sí que un orgullo y además satisfacción de que a mi edad todavía trabajo, no me he sentado a esperar a que me ayuden.

-¿Qué significan para usted los tamales?

-Me han sacado de muchos apuros, la verdad sí.

-¿Como cuáles?

-La cuestión de la casa, las enfermedades de mi esposo.

Doña Paula dice que tiene una hermana que hace tamales y fue con ella con quien aprendió a hacerlos, con María de la Rosa. Dice que ella ya no trabaja pero que vendió tamales por muchos años.

Abrigada, con delantal amarillo, doña Paula sonríe al contar que a la gente le gustan sus tamales, que le dicen que están muy ricos y que en la ciudad no hay como los que ella vende.

-¿Y usted cómo se siente cuando le dicen que sus tamales están ricos?

-Como pavo real-. Doña Paula vuelve a sonreír.


-¿Qué le dicen sus clientes?

-Que están ricos, que ya no hacen tamales como los de aquí.


-¿Tiene alguna receta secreta?

-No, los preparo normal.


-Pero tiene sazón en la mano.

-Sí, es que nosotros siempre nos hemos dedicado a la cocina, antes de esto yo trabajé en un restaurante.

Dice que todos los días se siente bien -y da gracias a Dios- al llegar a vender sus tamales, que llega a la esquina con ánimo, con ganas de salir adelante y que todos la conocen como la señora Paula.

“Después de vender me voy a mi casa, a darle de almorzar a mi señor, a mis hijos y me voy al mercado a comprar todo lo que necesito para el siguiente día venir a vender”, cuenta.
El tamal que más vende es el verde. (Alejandro Reyes)

Doña Paula dice que sus tamales los hace de pollo y de carne de puerco y que todos se le acaban al terminar la jornada. La mujer nuevamente da gracias a Dios por la venta.

-Ahorita que ya se viene el 2 de Candelaria ¿cómo son las ventas?

-Antes eran buenísimas, traía yo hasta 300, 500 tamales y se vendían, ahora ya no, ya bajo muchísimo, por mucho ya llego a traer 200 tamales ese día, ya no se vende como antes.

-¿Y por qué cree que ya no se venden como antes?

-Pues es que todo está muy caro la verdad, hay mucha gente que ya no consume mucho, ya la piensa para hacer una fiesta con pedidos de tamales.

-Pero los tamales son una tradición.

-Eso sí, ahí vamos.

Doña Paula cuenta que cuando comenzó a vender sus tamales en la esquina sus nietos eran unos niños y ahora son profesionales. Con las ventas le dio estudios a sus hijos, César y Ángel, hasta la preparatoria.

-Hacer tamales es un arte, siempre me ha gustado trabajar, me da gusto que me dicen que están ricos-, dice.

-¿Por cuánto tiempo más se ve vendiendo sus tamales?

-Híjole la verdad no sé, hasta que diosito me diga ya hasta aquí.

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