Los dulces forman parte de nuestro día a día, son alimentos que consumimos y relacionamos con el azúcar, las golosinas, el antojo y el gusto de probar algo rico.
Hay una gran cantidad de dulces en México, sin embargo cada entidad cuenta con sus propios dulces típicos de la región, algunos originarios y otros que se quedaron en el estado debido a la popularidad que tomaron.
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Arturo Santoscoy es el propietario del Museo del Dulce, un lugar en el que decidió arraigar en Nuevo León las dulces tradiciones y costumbres del estado, quien además nos compartió algunos dulces típicos y un poco de historia necesaria para entender por qué en la mayoría de las golosinas sus ingredientes están basados en leche y azúcar.
Dulces típicos
Las glorias forman parte de la identidad de Nuevo León, ya que es uno de los dulces característicos y más conocidos fuera del estado, estas son originarias del municipio de Linares con ingredientes simples como leche, azúcar y nuez.
“Las primeras glorias fueron producidas en Linares, Nuevo León, Natalia de Medina fue la que creó este dulce, se dice que una persona al probarlo le dijo que ‘sabía a gloria’ y a partir de ahí le empezó a llamar glorias a este dulce de nuez”, señaló Santoscoy.
De igual forma, los dulces de leche son típicos de la región como las bolitas de leche, las cuales consisten en leche quemada revolcadas con azúcar haciendo una capa dura pero con un centro cremoso; así también los gusanitos, conocidos por la forma que tienen al ser palitos cortos con líneas marcadas alrededor y las barritas de leche, rectángulos de leche quemada que suelen ser adornados con nuez, aunque pueden tener formas diferentes como corazones, círculos, entre otros.
Las nueces garapiñadas también son uno de los dulces más usuales que puedes encontrar en el estado y con pocos ingredientes siendo el agua, azúcar y la nuez los que forman este dulce.
Además, están las palanquetas originarias del municipio de Guadalupe, dulces rectangulares hechas a base de cacahuate, nueces, pepitas, entre otros y miel de piloncillo, con una consistencia maciza y crujiente; otro de los dulces, pero este poco conocido, es el dulce de frijol de Agualeguas con ingredientes como frijoles, azúcar o piloncillo, leche y canela.
Y aunque no es considerado un dulce como tal se puede destacar la miel de abeja y caña de azúcar de Allende, las cuales son características de la región, así como los turcos de Santiago, una empanada elaborada a base de harina de trigo, rellenos de carne seca endulzado con piloncillo y el pan semita de Bustamante hecho de canela, piloncillo, nuez y anís.
Un poco de historia
De acuerdo con Arturo Santoscoy, el origen de los dulces en Nuevo León se debe a la influencia de los españoles, árabes, judíos y sefarditas, así como también los alimentos e ingredientes que ingresaron al estado.
“Los españoles, árabes, judíos y los sefarditas llegan a justa ciudad con sus costumbres y tradiciones, desde luego con sus comidas y con sus postres. Ellos traían todos los ingredientes y utilizaban estos productos para su consumo propio, ellos consumían el dulce de leche con azúcar y piloncillo,” expresó.
“La agricultura fue una actividad indispensable para sobrevivir en el noreste de antaño. Los colonizadores introdujeron la caña de azúcar y cultivaron árboles frutales, hortalizas y maíz para autoconsumo de los primeros pobladores que decidieron habitar esta tierra.”
Asimismo, mencionó que la introducción de la ganadería, por la cual es reconocida la entidad, tuvo mucho que ver en la elaboración y creación de los dulces.
“Aquí en Monterrey también ellos trajeron el ganado y ese, lo que era las chivitas, las vacas, y ese tipo de ganado se comenzó a reproducir aquí en nuestro estado por las tierras que son muy áridas y ellos comenzaron a adaptarse aquí, en nuestras tierras tan calientes, entonces todo esto, la gente empezó a producir el dulce de leche con azúcar y nuez, que es parte de nuestro conocimiento y se empezó a hacer toda una tradición aquí en nuestro estado de Nuevo León”.
“Nuevo León conserva una tradición dulcera artesanal que es orgullo de su identidad. La mezcla de leche y azúcar es lo que dio origen a los diversos dulces artesanales típicos de la región. Comenzaron a elaborarse sabrosos postres con leche, de cabra o vaca, que se combinaban con nueces, piñones, cacahuates, almendras y pepitas; huevo, harina de trigo o maíz; mieles de piloncillo, de abeja, azúcar o aguamiel; coco, canela, frutas frescas o secas”, se lee en una de las placas del negocio.
Museo del Dulce
El museo abrió en abril del 2015 con la intención de resaltar los dulces del norte, duró abierto 5 años y luego en marzo del 2020 cerró debido a la pandemia, sin embargo Arturo Santoscoy buscó durante esos dos años continuar vendiendo sus dulces y seguir difundiendo la tradición de Nuevo León.
“Lo que hacíamos nosotros (durante pandemia) era vender dulces, vender productos a domicilio que es ahí donde empieza a generar más el te entrego a domicilio, poníamos anuncios en redes sociales, había mucha gente que nos conocía aquí en Monterrey, amigos, clientes y familiares, de esa manera logramos sobrevivir los 2 años que llevó la pandemia”.
“Este es un proyecto que a mí me costó un poquito más de 35 años en encontrar un espacio para lograr nuestro sueño que fue muchísimos años como un sueño el poder realizar el Museo del Dulce y después de 35 años encontramos en el Paseo Santa Lucia este espacio para poder dar a conocer o rescatar nuestras tradiciones y costumbres del estado de Nuevo León, y en sí del noreste de la República”, comentó.
Santoscoy dijo que el motivo por el cual decidió a crear el museo fue por su deseo de compartir las recetas de los dulces, así como mantener las tradiciones y raíces de Nuevo León ante generaciones nuevas.
“Desde los 12 años yo veía que mucha gente pedía la receta de los dulces, te comparto que los dulceros somos muy celosos, sin embargo, yo dije ‘¿por qué no decirle a la gente cómo se hace un dulce de leche, un quesito de nuez, las nueces garapiñadas?’ Y empezamos a crear esa idea, tardé 35 años en lograr aterrizar el museo.”
“La misión es que no se pierdan las tradiciones, que rescatamos sus tradiciones y costumbres, que conozcan los jóvenes y niños un dulce, una fruta, un membrillo, hay jóvenes en la actualidad que no conocen un higo, un dulce típico, sin embargo, esa es la misión del Museo del Dulce.”
De igual forma, Arturo expresó que tiene planes a futuro y desea abrir otra sucursal, además de que tiene un proyecto de crear o hacer más museos para los Pueblos Mágicos de Nuevo León, sin embargo se encuentra buscando el apoyo de las personas y de inversionistas para poder extender su sueño y levar a nuevas generaciones esta dulce tradición.
El Museo del Dulce se encuentra cerrado actualmente, sin embargo la venta de dulces continúa en el Paseo Santa Lucía, justo debajo del Museo de Historia Natural y cuentan con una nueva sucursal en Plaza Fiesta San Agustín, en los locales 15 y 16.