Raúl de Lucio platica tranquilamente con “su compadre”, mientras toma un poco el sol sobre plaza Juárez, donde se colocan algunos aseadores de calzado desde años atrás.
Platica que desde las 8:00 de la mañana estaciona su carrito junto al parque, acomoda sus materiales, se toma un café y se alista para dar “grasa” a quienes gustan de traer los zapatos impecables antes de entrar al trabajo, actividad que realiza desde hace más de 30 años, “porque es una herencia que viene desde mi abuelo y luego se la pasó a mi padre y después a mí.
“Era difícil la situación cuando era niño, no había para pagar la escuela, para enviarnos a aprender, no se pudo, así que desde chamaco me puse a lustrar zapatos y con el tiempo, la técnica ha ido mejoran- do”, expresa.
Frente a él, su compadre Juan Hernández, quien desde hace unos días se quedó sin empleo, “así que le dije que se viniera, acá nos acompañamos y trabajamos, porque el Sol sale para todos.
“Un cliente lo hace él, el próximo yo y así, porque hay que sacar para comer, pero siempre Dios nos da, este trabajo me enseña a saber de las personas, conocerlas y pues yo todo se lo dejo a Dios”, dice Raúl.
Desde hace más de 30 años, Raúl trabaja en plaza Juárez y platica que le han llegado los zapatos del gobernador Francisco Olvera, así como de otros reconocidos políticos, “me traían sus zapatos para lustrarlos y así, les daba grasa hasta dejarlos impecables y pues gracias a mi trabajo, siempre regresan los clientes, me gusta lo que hago”, expresa.
Confía en Dios
Señala que presidentes municipales también acuden a su trabajo y más cuando deben entrar al cuarto piso del palacio de gobierno, “así que conocemos a muchos, a políticos, funcionariosytrabajadores”, platica.
Señala su compadre que “cuando te quieren pagar con un billete de 500 pesos, pues no tenemos para dar cambio ni de 200, por lo que yo sí les pido credencial para que haya la garantía de que regresen y paguen”, situación con la que difiere Raúl, “porque yo no, yo sé lo dejo a Dios, y pues confío en la gente que me dice que me regresará a pagar y pues si no lo hacen, se lo dejó al de allá arriba”, señala.
“Ojo de chícharo, queda en Dios y lo sé que mañana lo volveré a ver, sé que no se va a cambiar de trabajo, así que seguro me vendrá a pagar”, expone seguro Raúl.
Indicó que “por la pandemia o la situación económica el trabajo ha bajado mucho, también creo que es por el cambio de gobierno, la gente anda gastada, pero sí, ha bajado mucho el trabajo”.
Desde las 15:00 horas cierran el negocio para regresar a casa a descansar, “porque ya estoy viejito, pero mañana regreso a echar grasa a los zapatos de quienes deseen que sus zapatos estén como nuevos, porque no es recomendable la esponja esa que venden para limpiar, quiebran los zapatos y se destruyen, por lo que es mejor el trabajo y los productos que nosotros utilizamos, porque el calzado queda diferente”, finalizó.