Economía devastada en Tula: Pérdidas millonarias y cierres definitivos

Negocios no podrán recuperarse tras los daños sufridos por la inundación en el municipio, cierres definitivos son obligatorios y lamentables pues hay pérdidas millonarias

Sin recuperarse la economía en Tula, a un mes de la inundación. (Francisco Villeda)
Francisco Villeda
Tula de Allende /

La actividad comercial en las zonas afectadas por el desbordamiento del río Tula resultó devastada, por lo que las pérdidas económicas son millonarias y en algunos casos establecimientos situados sobre la calzada Melchor Ocampo van a cerrar o cambiar de inmueble por el riesgo de nuevas inundaciones.

Estela Moreno Cornejo, quien es presidenta de la delegación Tula de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), externó que son por lo menos mil 400 comercios afectados en la zona centro del municipio tras la inundación, con pérdidas totales, de acuerdo al censo que su instancia realizó.



Expresó que todos los rubros comerciales fueron afectados, pues tan sólo en las calzadas Melchor Ocampo e Ignacio Zaragoza, se asentaban un gran número de establecimientos, desde pequeños negocios hasta sucursales de cadenas.

En el sitio, por ejemplo, se encontraba una sucursal de la empresa Waldos, la cual paulatinamente ha retirado su mercancía dañada y realizado las tareas de limpieza y desinfección del inmueble, aunque no reabrirá esa sucursal ante el riesgo de un nuevo siniestro; así pues, la franquicia únicamente mantendrá su sucursal ubicada a espaldas de la catedral de Tula.

La dirigente de Canaco agregó que la empresa Ánfora también retirando su mercancía dañada del local situado en la avenida Melchor Ocampo, con la intención de cerrar la sucursal, pues de acuerdo a lo que les ha dado a conocer la franquicia a sus arrendatarios, cerrarán.

Algunos otros establecimientos, entre ellos un banco, han manifestado su intención de dejar la zona centro del municipio por el riesgo de otra inundación, pero todavía no se tiene nada definido en esta materia, lo que representaría un impacto al sector de arrendadores.

Por otra parte, la dirigente expresó que ya trabajaba en la gestión de apoyos, vía créditos, pues señaló que los comerciantes de la zona más que despensas requieren el otorgamiento de créditos.

Expresó que ante las instancias están solicitando los apoyos para que los comerciantes puedan retomar su actividad, aunque dijo que hasta ahora no hay un plazo específico para que comience la reactivación de la economía en Tula.

Expuso que se están llenando diversos formularios y realizando censos para conocer la situación de los comercios, a fin de que las autoridades tengan los datos precisos para otorgar los apoyos.

Plaza del Taco

Otro de los espacios que resultó severamente dañado fue la Plaza del Taco, ubicado sobre la calle Colegio Militar, esquina con la avenida 5 de Mayo. Ese espacio es uno de los que constantemente presenta afectaciones por inundación. Sin embargo, en esta ocasión el daño fue mayor, pues el nivel que alcanzó el agua residual en el punto fue mayor, y por ende requiere un trabajo extenuante  de limpieza y rehabilitación.

La dirigente del espacio, Sandra Ortega Reyes, indicó que laboran a paso lento debido a la falta de recursos económicos propios y de apoyos de parte de algún nivel de gobierno, motivo por el que, consideró, la reapertura del espacio, que actualmente se encuentra en labores de limpieza, desinfección y repintado, se prevé para algunos días más, quizá el 22 de octubre, más de un mes después del siniestro.


Señaló que la inoperancia del espacio genera falta de recursos y sin ellos no pueden hacer de manera oportuna la inversión para rehabilitar el espacio, que desde hace varias administraciones ha pedido el apoyo gubernamental para mejoras y con ello atraer más visitantes.

Desde hace 52 años Aurelio Barrios Alpizar, alias "Chocolín" es taquero, pero tiene ya 26 años ofreciendo su producto en la tradicional Plaza del Taco; toda una vida, dice el hombre, quien a pesar de la adversidad mantiene un buen semblante, pues espera que salgan adelante de esta catástrofe. Él es uno de los 22 locatarios que se vio afectado por la inundación que cubrió con el agua de drenaje hasta la parte alta de los establecimientos, casi cuatro metros de altura en algunos puntos.

Como otros locatarios, la tarde del sábado se encuentra trabajando en las tareas de rehabilitación de su establecimiento, aunque admite que transcurren de manera lenta los trabajos, pues carecen de los recursos suficientes para la reinversión, y en su caso, dice, aunque ya está por terminar la rehabilitación de su espacio, todavía le falta reponer el mobiliario, refrigerador y otros artículos más.

A unos metros dos jóvenes pintan el techado, y señalan que pronto estarán de nuevo en operación, pues están trabajando por "levantarse", pero reconocen que hay muchos pendientes, aunque señalaron que se requiere de la participación de todos para reactivar el punto gastronómico.

Apertura de espacios

El tianguis municipal es otro punto de venta que espera el apoyo gubernamental para retomar sus actividades normales, pues los 400 vendedores en ese espacio tuvieron pérdidas económicas totales, debido a que el agua residual alcanzó casi los tres metros de altura.

Patricia Badillo Bárcenas, dirigente del tianguis, recordó que a las tres semanas de la inundación pudieron retomar actividades pues ya contaban con el aval de las autoridades sanitarias, pero sólo un 10 por ciento de comerciantes lo hizo, debido a la falta de recursos.

Quienes retomaron actividades lo hicieron porque accedieron a préstamos familiares o a financieras, pues hasta el momento no han recibido créditos gubernamentales para reactivar los negocios al cien por ciento.

Hasta ahora sólo un 30 por ciento de los locatarios del tianguis han retomado sus actividades, y quienes lo han hecho se enfrentan a la falta de clientes y a las constante alertas de desbordamiento. Irónicamente tres días después de la reapertura del tianguis algunos pasillos se inundaron con agua de lluvia, y tuvieron que limpiar y desinfectar nuevamente.

Vendedoras de frutas y verduras del inmueble señalaron que la primera semana de octubre registraron importantes pérdidas; una de las vendedoras del pasillo principal externó que las ventas fueron muy bajas, tanto que incluso dudó en invertir para la segunda semana del mes, y aunque lo hizo tuvo que reducir el monto económico.

El sábado 9 de octubre esperaba, junto con otros comerciantes, la llegada de las frutas y verduras procedentes de la central de abastos, para tener mercancía fresca al día siguiente.

Explicó que durante la tarde del sábado descargan la mercancía, y la acomodan por varias horas, para que a las 7 de la mañana del domingo, que abre las puertas el tianguis, el producto ya esté listo para su venta. Están conscientes de la precaria situación económica del municipio tras la inundación, sin embargo los tianguistas solicitaron el apoyo de los habitantes para que realicen sus compras en el sitio y así se reactive la economía, pues por el momento no hay.

Transporte público

El servicio de transporte público también se vio afectado, debido a que tanto la terminal de microbuses, ubicada en la avenida 5 de mayo, se inundó y al menos 40 unidades resultaron dañadas por el ingreso del agua residual.

La Central de Autobuses, ubicada sobre la calle Xicoténcatl también resultó afectada pues 80 autobuses se dañaron por el ingreso del agua a las instalaciones; la empresa propietaria de ambas instalaciones convino con la aseguradora y asumió parte del costo de reparación de las unidades, mientras que otro tanto fue aportado por la empresa, como parte de las pólizas.

Ambas terminales estuvieron anegadas por varios días, y mientras tanto las unidades que lograron salvarse de la inundación operaron desde el estacionamiento de una plaza comercial ubicada en la colonia El Salitre.

En los primeros días el servicio de transporte público presentó múltiples retrasos, pues ante la falta de unidades las corridas se redujeron drásticamente hacia todos los destinos, situación que se fue normalizando paulatinamente.

Todavía hace unos días las terminales dieron a conocer a sus usuarios que debido al incremento que estaba presentando el río Tula por las últimas precipitaciones en el Valle de México, trasladarían sus operaciones de manera provisional al estacionamiento de la plaza comercial, pero una vez que se superó la alerta de desbordamiento las terminales reanudaron sus actividades normales. A más de un mes del siniestro todavía hay temor entre los miembros de este sector.